H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO



  ¿Venganza?


    LAMENTABLE, muy lamentable el incidente que ocurrió la semana pasada en la puerta principal de acceso al edificio de la presidencia municipal en esta ciudad fronteriza.

    Elementos de la Armada de México comisionados a la guardia personal de la alcaldesa LETICIA SALAZAR VAZQUEZ impidieron el paso a dos escoltas armados del Secretario de Seguridad Pública en Tamaulipas, RAFAEL LOMELI MARTINEZ.

    Agendas de por medio, el alto funcionario estatal y la Jefa de la Comuna sostendrían una reunión de trabajo relacionada con la coordinación de los cuerpos de seguridad en Matamoros.

    La cita, la mañana del viernes, a donde acudió puntualmente LOMELI MARTINEZ luego de viajar ex profeso de ciudad Victoria, escoltado por personal armado de la dependencia a su cargo.

    Justo antes de traspasar el acceso principal a la presidencia municipal, el Secretario Estatal de Seguridad Pública fue abordado por un par de marinos quienes le manifestaron que su escolta armada no podía ingresar al edificio por instrucciones precisas de la alcaldesa SALAZAR VAZQUEZ.

    Con todo y que argumentó que se trataba de su guardia personal de seguridad y que estaban autorizados para portar armas de fuego de grueso calibre, los militares le impidieron el paso.

    Ante tal situación, RAFAEL LOMELI realizó una llamada vía teléfono celular y posteriormente decidió retirarse sin que se concretara la reunión de trabajo cuyo tema principal era, precisamente, la coordinación de las fuerzas de seguridad.

    El asunto, que por fortuna no pasó a mayores, justamente deja entrever la pésima relación y descoordinación entre ambas corporaciones armadas, lo que resulta lamentable por partida doble.

     Primero, porque se trató de un incidente que pudo degenerar en un enfrentamiento en cualquiera de sus géneros entre policías civiles y militares, y, segundo, porque la postura que asumieron ambas autoridades no arroja un resultado positivo.

    Dejar para mejor ocasión un diálogo oficial tan sólo por una medición de fuerzas o una orden no bien analizada, no habla bien ni de LETICIA SALAZAR ni de RAFAEL LOMELI.

     O bien la primera hubiese autorizado el ingreso de la escolta personal del encargado de la seguridad en la entidad a sabiendas de que no se trataba de desconocidos, o bien el segundo hubiera respetado la instrucción municipal en el entendido de que en ese recinto oficial bajo resguardo militar para nada necesitaba personal armado que resguardara su seguridad.

    Así de sencillo.

    Sin embargo, bien pudiese ser que el incidente tuviera otro origen derivado también de un altercado similar.

    Resulta que en el acto de inauguración de la Feria y Exposición de Tamaulipas, allá en ciudad Victoria, personal de la Secretaría de Seguridad Pública en Tamaulipas que resguardaba el recinto ferial impidió, en primea instancia, el paso de los marinos militares que resguardan la seguridad de la presidenta municipal de Matamoros. Posteriormente, se les permitió el acceso por una entrada secundaria.

   Sin embargo, como es lógico suponer, el orgullo militar ya estaba agredido ante la primera actitud de la autoridad policial civil.

   En consecuencia, existe la presunción de que los efectivos de la Marina Armada de México se cobraron la afrenta con la visita del funcionario estatal y sus policías de escolta.

    Cierto o falso, de lo que no queda ninguna duda es que no existe coordinación entre ambos cuerpos de seguridad.

    También, es una verdad de a kilo que, desafortunadamente, los militares que custodian a LETICIA SALAZAR VAZQUEZ en ocasiones cometen excesos en el cumplimiento de su misión. Molestas revisiones de mochilas escolares o de cámaras fotográficas y computadoras o bien sospechar de cada visitante en la Casa del Pueblo, son un par de ejemplos de lo antes expuesto.

    Ni hablar.

    Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx


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Editores periodico frontera

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