H, Matamoros, Tamaulipas:

¿Sólo para desfiles?


                                                    PALACIO
                                                       por: mario diaz

CON todo y la cacareada oficial, previo al sexto y último informe de gobierno del presidente FELIPE CALDERON HINOJOSA, lo cierto es que la escalada de violencia no cesa en gran parte del territorio nacional.
   Los asesinatos masivos que dan la vuelta al mundo, con el natural descrédito para el país, es la constante que deja como legado el mandato calderonista.
    De poco o nada sirve que en los tradicionales desfiles militares con motivo de la conmemoración del inicio de la Independencia mexicana, el Jefe del Ejecutivo Federal presuma el activo de fuerzas federales, lo mismo en armamento que en personal altamente adiestrado.
    La coordinación, garbo y disciplina del personal de élite de la Secretaría de la Defensa Nacional y Marina Armada de México no se ven reflejadas en las acciones en contra del crimen organizado.
    Lo anterior, porque, tal parece, que a los distintos cárteles de la droga que operan en la República Mexicana les importa un comino partido por la mitad lo que el gobierno federal presume cada 16 de Septiembre.
    El desfile militar frente a Palacio Nacional del pasado domingo, prácticamente es un claro ejemplo de la incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
     Modernas aeronaves y sofisticado armamento de tierra, además de personal apto para diversas acciones de combate, fueron exhibidas por el gobierno federal como una manera de inyectar confianza entre los ciudadanos aztecas en cuanto a seguridad pública.
    Sin embargo, lo teórico no necesariamente se refleja en la práctica, a juzgar por el poderío en todos los sentidos que demuestra el crimen organizado, a pesar de algunas acciones que son maximizadas.
     Cuestión de analizar cómo el gobierno del presidente CALDERON HINOJOSA se desgañita para dar a conocer la captura de tal o cual capo del narcotráfico, sin que tales acciones debiliten a los distintos grupos delictivos.
    En lo que va del presente mes, las fuerzas federales de apoyo han arrestado a gentes involucradas en el tráfico de drogas. No obstante, también en los últimos días se han registrado asesinatos masivos derivado de venganzas entre cárteles rivales y, lo más grave, mortales atentados en contra de funcionarios electos y en funciones.
     Desafortunadamente, la SEDENA, la SEMAR y la Policía Federal no han logrado dominar al crimen organizado que opera impunemente a lo largo y ancho de la geografía azteca.
     Lo peor del caso, es que su imagen se ha visto desmerecida ante el poco respeto que imponen a las bandas delictivas, cuyos integrantes los enfrentan cada vez que se topan en la vía pública.
    El Ejército Mexicano es la institución que es más cuestionada acerca de la vulnerabilidad de sus filas para resistir los tentadores embates de los zares de la droga.
    El último reducto, en lo que a confianza se refiere, lo mantiene aún la Marina Armada de México, dependencia federal que goza del visto bueno del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
     Al margen de la gallardía en los desfiles militares, es evidente que en la práctica el resultado no es proporcional a lo que se muestra y se presume.
     Tal parece que, dicho con todo respeto, soldados, marinos y policías federales sólo son capacitados para mostrar la máxima destreza, coordinación  y disciplina en cada aniversario de la Independencia de México, o bien, en acciones simuladas.
   Para desgracia de FELIPE CALDERON HINOJOSA, además de pasar a la historia como el gobernante que devolvió el poder al PRI, será juzgado por los mexicanos por el baño de sangre derramado durante su sexenio, producto de las 80 mil muertes oficiales que ha costado la campaña federal en contra del narcotráfico.
    Roja herencia habrá de recibir el mexiquense ENRIQUE PEÑA NIETO una vez que se coloque en el pecho la banda presidencial y sea el nuevo inquilino en Los Pinos.
    Quiérase o no, la descomposición del tejido social en los últimos doce años es un grave problema que enfrenta la sociedad mexicana, al margen de partidos políticos o de víboras prietas y tepocatas.
     En consecuencia, mucho habrá de trabajar el siguiente Jefe del Ejecutivo Federal en lo que a seguridad pública se refiere para devolver la tranquilidad a los mexicanos.
   Y hasta la próxima.
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Editores periodico frontera

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