-Desgaste extremo e innecesario
-Rebasado el estado mexicano
-Deberían importar otro modelo
GRAVE, muy grave lo
ocurrido el pasado viernes en el poblado San Martín Texmelucan, allá en el
estado de Puebla que gobierna ANTONIO GALI por un período constitucional de 2
años. La prudencia evitó un derramamiento de sangre pero, desafortunadamente,
exhibe una de las problemáticas que enfrenta el país como consecuencia de la
corrupción e impunidad.
En efecto, las imágenes
tomadas por la cámara empotrada en el casco de un elemento del Ejército
Mexicano son más que elocuentes de lo acontecido en esa zona centro de la
geografía azteca en donde se enfrentaron verbal y físicamente soldados y
habitantes de esa comunidad.
Como es del dominio
público, un grupo de elite de la Secretaría de la Defensa Nacional, creado
apenas el pasado 7 de marzo para detectar y clausurar tomas clandestinas en los
ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), acudió con ese fin hasta la colonia La
Purísima. Luego de eliminar el “ordeñamiento” del combustible, fueron agredidos con disparos de
arma de fuego a manos de civiles que tripulaban una camioneta de color negro.
Los militares respondieron al fuego e hirieron a algunos de los participantes,
situación que los pobladores consideraron como un abuso de autoridad.
Hasta ahí lo que ya es
historia, pero a la vez, lo que obliga a la necesaria reflexión acerca de la
labor de los militares en tareas netamente policiales y el estado de
indefensión ante la falta de certidumbre jurídica.
Por fortuna, la prudencia
del militar que llevaba la voz de mando evitó una tragedia más no la triste
imagen que, además de denigrante, deja en claro el desgaste del nuestro
Glorioso Ejército Mexicano con la población civil.
Constitucionalmente,
nuestras fuerzas armadas están capacitadas y disciplinadas para defender la
soberanía nacional y auxiliar a la población civil en casos de desastre. Es
decir, los efectivos del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea no fueron
entrenados ni adiestrados para realizar funciones policiacas preventivas o de
investigación.
Para mala fortuna de
México y los mexicanos, desde hace 18 años, el estado mexicano ha sido
vulnerado por el crimen organizado, dando paso a la corrupción que a su vez
genera la impunidad. Obviamente, las corporaciones policiales de los tres
niveles de gobierno fueron invadidas por ese cáncer. De ahí que a algún
“cerebro” se le ocurrió la creación del Mando Único en materia de seguridad
pública que, para efectos reales solo ha servido para tres cosas: para nada,
para nada y para nada.
Como suele suceder,
después de una “trastada” alguien tiene que pagar los platos rotos y,
justamente, los paganos han sido nuestras gloriosas fuerzas armadas. El estado
de indefensión ante la falta de un marco jurídico legal, percepciones
económicas e incentivos no proporcionales al riesgo de su nueva misión, además
de una formación propia de las fuerzas castrenses que en nada se asemeja a la
policía civil, quiérase o no, poco a poco está contaminando a soldados, marinos
y policías federales.
Lo ocurrido en aquella
comunidad poblana que dio la vuelta al mundo por medios cibernéticos genera
enojo, inconformidad e impotencia entre mexicanos con arraigo nacionalista. Que
un grupo de civiles, insulte, agreda, someta y obligue a retirarse a militares
que solo recibieron órdenes de detectar y clausurar tomas clandestinas de
ductos de PEMEX y que se vieron obligados a responder el fuego, de plano, es
una situación de desgaste extremo derivado del rebase del estado de derecho
azteca.
Cierto es que existen
casos documentados de abusos militares y siembra de armas y droga para
justificar “daños colaterales”. Sin embargo, las imágenes del pasado fin de
semana obligan a reflexionar a la triste etapa que vive nuestro país.
Ya que nuestros
legisladores son muy dados a importar modelos del gobierno estadounidense,
debieran analizar cómo en esa potencia mundial se respeta y se hace respetar-en
ocasiones con excesos-la integridad física de sus policías locales, estatales y
federales.
¿Dizque allá no han
corrupción? ¿Quién dice que no?
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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