Por:Lic. Luis Gerardo González Álvarez
MATAMOROS DE AYER Y HOY
Hola que tal amables lectores estoy tratando de hacer
una cronología de todas las peripecias, ritos, cábalas y tradiciones para
recibir el Año Nuevo.
Pero realmente es un pretexto para desearles a todos ustedes
los mejores parabienes de éste 2013 que esta por iniciar a unos cuantos días, y
es que tenemos que tener mucha fortaleza y nuestras mentes muy positivas para
empezar el 2013, llenos de energías positivas,
y con nuestra luz propia que cada uno de nosotros debemos de tener; pero
sobre todo con mucha esperanza y mucha salud.
Bueno empezaré a relatarles una de las tradiciones
más acentuadas en el momento de la cena del Año Nuevo, y me refiero a la
tradición de tomar las 12 uvas al son de las campanadas de Fín de Año.
Encontré algunos datos y ustedes decidan cuales prefieren,
la primera dice que ésta tradición es bastante reciente y su implantación no
obedece a razones culturales o religiosos, sino más bien a un curioso episodio histórico en el que
vieron en peligro los intereses económicos de los agricultores.
Al parecer, el origen de esta costumbre supersticiosa
se encuentra en la excesiva cosecha de uvas que se produjo a principios del
siglo XX. Debido a ello, a los cosechadores se les ocurrió deshacerse del
excedente de frutas, sugiriendo a la gente que las tomara al ritmo de las
últimas campanadas del año.
Aunque existe otra más completa, en la que se dice
que el origen de la tradición de comer las uvas tiene un precedente: un bando
municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de
1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que
quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para
ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les
hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de
enero. Con este bando José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de
disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a
la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de
Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la costumbre
burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las
campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.
La tradición marca tomar las doce uvas a los pies del
reloj de la Puerta del Sol, pero esta tradición provocó tanto interés que ya en
1903 las uvas también se comían en Tenerife y poco a poco se fue ampliando al
resto de España.
Cuenta la tradición de que en el sitio que ocupará
cada comensal, se coloca previamente un pequeño frutero o copa con 12 uvas y de
acuerdo con el ritual, se debe comer antes de la media noche, una uva por cada
una de las 12 campanadas del reloj y
pedir un deseo distinto en cada bocado.
A esto le sumamos repetir en voz alta o mentalmente
la frase "Voy a ser feliz este año" junto a cada una de las doce
campanadas, el ritual se nos pone más interesante.
Idealmente las uvas deben ser seis verdes y seis
moradas. De esta forma, los anhelos, aspiraciones y sueños se harán una feliz
realidad... por lo menos eso dicen las tradiciones.
Las Uvas, simbolizan tus deseos y proyectos para los
12 meses del año que inicia. Se considera doce uvas por los meses del año
aunque es una cifra cabalística que se remonta a los hebreos (doce tribus de
Israel) y fue adaptada por los cristianos (doce apóstoles).
LA REPRESENTACIÓN DEL AÑO
VIEJO
El año viejo es un monigote que representa básicamente el
año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o
aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la
medianoche del 31 de diciembre en un gran número de países latinoamericanos,
desde México hasta Uruguay aunque la costumbre está más arraigada desde el
punto de vista popular en Ecuador.
El ritual se debe distinguir de la Fiesta del Judas que a
pesar de tener características similares tiene distintas connotaciones y se
celebra en algunas regiones de España y de América latina, al inicio de la
semana de pascua o en el domingo de resurrección.
En México es muy común la elaboración y quema de efigies
del año viejo y de lo negativo durante el año que termina en estados como
Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Tabasco. En el Distrito Federal se conserva la
tradición sobre todo entre los inmigrantes de los estados mencionados. El
ritual puede iniciarse dos o tres días antes del Año Nuevo cuando el monigote
es puesto al frente de la casa con un recipiente para recabar limosna, que será
empleada para comprar cohetes y golosinas. También se pasea por las calles
acompañado de una comparsa compuesta por una viuda embarazada (que dará a luz
al año nuevo), una rumbera y un pequeño grupo musical.
Y por último algo que ésta en boga, el de usar ropa
interior amarilla, es quizás junto con las doce uvas, una de las costumbres más
populares. El color amarillo busca atraer las buenas energías para el año
entrante. La ropa interior amarilla en la
noche de fín de año, es la indicada para asegurar felicidad, buenos momentos y
que no falte la riqueza.
Y que decir del calzón rojo o listón rojo que equivale
a atraer el amor y la pasión. Ponte unos calzones rojos o un listón rojo
amarrado a la cintura bajo la ropa, para que el Año Nuevo esté lleno de amor y
deseo.
Nuevamente lo mejor para este 2013 en compañía de sus
familias y sus seres más queridos. ¡Muchas Felicidades!
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