H, Matamoros, Tamaulipas:

Mortal negligencia


PALACIO 
      VIERNES 19 DE OCTUBRE…….                  
    ANTE la negligencia de la autoridad vial y la apatía de la delegación estatal del Transporte para someter a los choferes de distintas empresas del transporte urbano y ejidal, los accidentes, algunos mortales, se han multiplicado en las últimas fechas.
     Un menor de edad arrollado y muerto por una pesera ejidal y un policía preventivo que corrió igual suerte por la imprudencia de un operador de microbús, es, por ahora, el saldo mortal. También debe agregarse a la tétrica relación el fallecimiento, luego de 15 días de agonía, de un joven que volcó su cuatrimoto en la playa Bagdad.
    La falta de precaución e imprudencia para conducir es el común denominador en los tres casos que enlutaron otros tantos hogares en esta ciudad fronteriza.
    Con cierta razón habrá alguna voz ciudadana que haga hincapié en la imprudencia de los fallecidos protagonistas, sobre todo, en lo que respecta al conductor de la cuatrimoto cuando se divertía en las dunas localizadas al norte de la entrada al balneario.
     No obstante, si los operadores del transporte urbano y ejidal respetaran el reglamento vial, la estadística de accidentes mortales al menos no se incrementaría.
    Sin embargo, sin ánimo de quitar un ápice de responsabilidad a los trabajadores del volante, mucho tiene que ver la pésima o nula actuación de los titulares de las delegaciones de Tránsito Local y de Transporte.
    El teniente RODOLFO GUERRERO y el ingeniero GONZALO TREVIÑO son en parte responsables de los hechos mortales antes señalados y de muchos otros en que registran personas lesionadas y daños materiales que lamentar.
     La apatía y negligencia oficial, bien sea por temor o componendas, está provocando una verdadera anarquía en ese rubro, lo que a su vez genera caos vial y eleva el nivel de riesgo para automovilistas y peatones.
    Mientras los agentes viales se dedican a infraccionar automovilistas con el pretexto de la falta de cinturón de seguridad o el uso de papel ahumado en los vidrios laterales delanteros de los vehículos, los microbuseros urbanos y ejidales hacen de las suyas.
     Para nadie es desconocido como las unidades de transporte colectivo detienen su marcha para subir o bajar pasaje en pleno arroyo de calles y avenidas. Del mismo modo, no es ningún secreto la constante violación a los límites de velocidad, incluso, en zonas escolares y hospitalarias.
   Tal parece que la autoridad vial ha centrado su trabajo en la captación de dinero por concepto de multas y acarreo de grúa a automovilistas, dejando en segundo término la responsabilidad de regular la circulación de los armatostes habilitados como transporte colectivo.
    Por supuesto que no faltará el argumento del responsable de Tránsito Local en el sentido de que sólo aplican el reglamento ante la falta del cinturón de seguridad y el papel ahumado en los vidrios. Lo que, obviamente, no es tema de discusión por ser una disposición oficial.
    Pero ¿Acaso el ascenso y descenso de pasaje a media calle y velocidades por encima de lo permitido no son también violaciones a la normatividad?
      Usuarios de ese servicio urbanístico que moviliza diariamente a miles de empleados hasta y desde sus centros de trabajo son fieles testigos de la anarquía.
     Por el simple hecho de pertenecer a una organización sindical que brinda servicios de acarreo durante las campañas de proselitismo político y bajo el amparo de un seguro colectivo que les permite sufragar gastos derivados de accidentes, los operadores del transporte urbano prácticamente hacen y deshacen a los ojos de las autoridades.
    Desafortunadamente, mientras el interés por el dinero prevalezca por encima del servicio público y social no avanzará la cultura vial entre los propietarios de unidades motrices.
     El problema, cíclico, por cierto, se agrava en las últimas semanas del año, a medida que se acercan las fechas decembrinas y los tradicionales gastos navideños.
    Y donde cada temporada veraniega se hace más presente la urgente necesidad de regular la circulación de vehículos de recreo como las cuatrimotos es en la playa Bagdad.
    La imprudencia, la impericia y el consumo de alcohol son los factores que están ocasionando incremento en los accidentes en el área de los médanos.
    Tránsito Local, tiene la palabra.
    Y hasta la próxima.

Compartir en Google Plus

Editores periodico frontera

0 comentarios: