Tangente
Por Oscar Díaz Salazar
Afirmar que los panistas de Tamaulipas son los grandes triunfadores de la elección del domingo 1 de julio – a pesar de la derrota en la contienda presidencial – puede parecer una verdad de Perogrullo, resultar ocioso si solo nos atenemos al contundente resultado favorable que obtuvo Francisco García Cabeza de Vaca en la elección de Senadores y el éxito de 6 (probablemente 7) candidatos a diputados federales de los 8 que en nuestra entidad buscaron una representación en la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.
Abundante fue la cosecha de votos que recogieron los candidatos del partido que en su lema propone la construcción de una patria ordenada y generosa. Aun la candidata por el distrito capitalino, que tomó la estafeta cuando ya estaba en marcha el periodo que establece el IFE para el desarrollo de las campañas políticas, en virtud de la necesidad de realizar ajustes en las candidaturas para cumplir con la cuota de genero que estipula la ley electoral vigente, y a pesar de la breve campaña, la Senadora Lazara Nelly González Aguilar entrega buenas cuentas a su partido
Afirmo que los panistas tamaulipecos resultaron ganadores no solo por los evidentes resultados que obtuvieron en las urnas, sino porque en esta elección se atrevieron a ir en contra de las designaciones que intentaron imponer los miembros de la directiva nacional del albiazul. Los resultados de la jornada electoral le dan la razón a quienes se opusieron a los panistas chilangos y se negaron a acatar la imposición de candidatos cuya única prenda es la amistad que sostienen con las elites del PAN y/o con la pareja presidencial, esa que sin llegar al absurdo en que incurrieron los Fox, en el fondo también escenificaron un protagonismo que dañó en grado superlativo al PAN de Tamaulipas.
El panismo domestico también gana con la derrota en la elección presidencial y lo digo porque los miembros del partido albiazul en nuestro estado vivían en el peor de los mundos, se manejaban en el peor de los escenarios, pues por un lado cargaban con el costo político de todas las malas decisiones de su presidente y de la administración federal y por el otro no tenían ninguna ventaja de ser gobierno.
Para el gobierno federal fue moneda de cambio la actividad política que realizaban los panistas locales. A Calderón no le importó que en los conflictos políticos los lesionados, los muertos y las mermas fueran de su propio partido, pues siempre había un asunto mas importante en su agenda. Al pelón chaparrito y de lentes no le importó el hostigamiento que su correligionario, el alcalde panista de Reynosa, padecía un día si y el otro también, de parte de las huestes del gobernador Eugenio Hernández con quien se dice mantenía relaciones de negocio en el ramo de la construcción e incluso en el frustrado proyecto de la Costa Lora.
La suerte de los panistas de Tamaulipas no le importó a Calderón, siempre se podía postergar la intervención del presidente a favor de sus compañeros de partido, pues la prioridad era el informe de gobierno, la reforma a una ley, la aprobación del presupuesto o la glosa del informe.
El trueque con el PRI - gobierno tamaulipeco fue que las votaciones federales eran para el PAN, para los intereses de Felipe Calderón y a cambio todo lo local, incluyendo lo que la federación opera en territorio cuerudo, se dejó en manos del gobierno de Eugenio Hernández y sus secuaces.
En ese arreglo perverso y dañino para los panistas domésticos (algunos domesticados) no estuvo exenta de responsabilidad Josefina Vázquez Mota quien hoy es victima de sus errores. En seis años en los que fungió como Secretaria de Desarrollo Social, y en los 3 que fue Secretaria de Educación, dejó en manos del gobierno tricolor del estado el manejo de los recursos que tenían que ejercer las oficinas a su cargo en Tamaulipas, llegando incluso a sostener en la titularidad de las delegaciones federales que de ella dependían, a personajes de evidente afinidad con el gobernador y su partido.
Otro de los beneficios que conseguirá el PAN (de nuestra entidad) con la derrota de Josefina Vázquez Mota, es que en adelante no habrá premios de consolación para los que sean derrotados en una elección local, y menos para los que juegan “arregladitos” para que gane el PRI. En lo sucesivo tendrán que aplicarse los panistas si es que quieren “comer con manteca”, si desean tener un empleo en la administración publica o hacer negocios con el gobierno.
Coloquialmente podemos decir que a los panistas les subieron la canasta y por lo tanto tendrán que crecer y adaptarse a la nueva realidad.
Bien dicen que no hay mal que por bien no venga.
Concluyo diciéndoles que en este magnifico escenario con el que se amanecieron los panistas tamaulipecos el 2 de julio, el gran triunfador de esta contienda es el ex alcalde Francisco García Cabeza de Vaca, vencedor por un amplio margen de un exgobernador y de una de las políticas preferidas del gobernador actual, ambos hijos predilectos del grupo de Matamoros.
oscardiaz482@msn.com
Reynosa, Tamaulipas a 2 de julio de 2012
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