Escenarios...miguel de la rosa
Esta semana,
arrancaron formalmente las campañas de los precandidatos que buscan sentarse en
la silla presidencial de este mágico país.
Los 3 partidos políticos que dominan la escena nacional, el PAN,
PRI y PRD, ya preparan sus estrategias para que el electorado pueda conocer que
harán para lograr el México que todos anhelamos, aunque no explicaran del todo,
como le van hacer para lograr sus objetivos.
Las distintas propuestas las estudian, desarrollan y proponen los
cuerpos de asesores que rodean a los protagonistas. Tratan por todos los medios
de ajustarse a los conceptos de los documentos básicos de sus partidos, pero si
la agenda temática del país de esos días, se confronta con ellos, se está de
acuerdo en flexibilizar los enunciados, en aras de lograr más votos para la
causa.
Es importante señalar que los candidatos poco se enteran que van a
proponer, porque no tienen tiempo para pensar ni reflexionar las propuestas.
Por lo general, no saben lo que piensan hasta que en una reunión ex profeso,
estos asesores les explican, lo que a su juicio, conviene que se exponga al
público. Entonces, en un acto mimético, el candidato asume la ideología de los
asesores como propia, en consideración, como ya se precisó, a lo que indica el
almanaque nacional.
La idea sustancial de las campañas actuales, es que los candidatos
expresen lo que la gente quiere escuchar más allá de sus verdaderas
intenciones. Bajo esta premisa, se ha ido perdiendo la autenticidad y
genuinidad del abanderado y es posible entender porque una vez en el poder, no
cambian, sino sólo se ubican en su forma original de pensar.
El caso emblemático es lo que ocurrió con el actual presidente
Felipe Calderón, que se comprometió a todo lo largo de su campaña, a hacer
crecer el Producto Interno Bruto sin aumentar los impuestos y no cumplió por lo
anteriormente expuesto.
En el libro “¿Qué es la democracia?” de Alain Tourraine, explica
como en los países ricos, el marketing tiende a reemplazar al voto o lo que es
lo mismo, la publicidad sustituye la capacidad de razonar del votante. Es
necesario reconocer la fuerza avasalladora de los medios que se producen por
aire y como cada día, las masas sucumben a su influencia. Ya se ha repetido y
es casi aceptado universalmente, como los dueños de las grandes cadenas televisivas
son ya un poder fáctico dentro del Estado. Hoy como nunca, se les reconoce como
un cuarto poder dentro de la esfera gubernamental.
La repetición de frases estereotipadas, lugares comunes y cliches
por los candidatos abundan, porque ninguno de ellos quiere exponerse a perder
la simpatía de algún segmento de votantes si abre su pensamiento a las masas.
Esto explica el aprendizaje del candidato de la izquierda, quien
en el 2006 se pronunció por un gobierno que metiera en cintura a los
empresarios quitándoles del régimen fiscal de privilegios donde no pagan
impuestos, para someterlos al imperio de la equidad legal. Y bueno, el discurso
ya lo modificó, pero ¿Quién les garantiza que una ves en el poder saque su
verdadero “yo” y les aplique, no sólo a los grandes empresarios, sino a todos
por igual, la ley a secas? Cosa de esperar.
Así mismo, se observa como los 3 candidatos del PAN utilizan la
diatriba contra el candidato del PRI para tratar de minimizar su preferencia en
las encuestas. El hecho es que los ataques, ahora sistemáticos, oscurecen sus
mismas propuestas y se empobrece la oferta política del partido en el poder.
Luego, la desesperación invade al PAN por no levantar en las preferencias
ciudadanas, lo que motiva al jefe del ejecutivo a participar subrepticiamente
en la contienda porque está impedido constitucionalmente a hacerlo. Ya luego
entra en el difícil tema de la ilegalidad, mismo que niega contundentemente
porque es poco menos que imposible comprobárselo y porque las instituciones
constituidas para este efecto no osan tocar ni con el pétalo de una rosa al
presidente de la república.
La próxima elección presidencial arranca en un marco de tensión
silenciosa y con reglas electorales laxas. La imposición de castigos económicos
por parte del IFE a los partidos que trasgreden la norma son fáciles de cubrir,
por lo que poco hacen para sujetarse a los dictados legales.
El verdadero dilema es encontrar un verdadero sistema electoral
que nos proteja contra la publicidad masiva, el marketing político y la
propaganda oficial que poco contribuyen a lograr la madurez electoral del
colectivo imaginario.
Y vaya que así podemos estar indefinidamente hasta que la tensión
sea tanta que reviente al sistema arcaico que aun vivimos y afloren en las
calles las manifestaciones de hartazgo que el actual gobierno reprime
masivamente.
Las manifestaciones violentas de Medio Oriente, Europa y algunos
países asiáticos son rotundos y acá, al parecer no aprendemos a que no sólo
basta con decir lo que conviene, sino expresar programas y proyectos a
realizar, y que la gente elija, aunque se pierda la elección.
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