¿Duro paquete?
-Dice Gerardo que el PAN no está dormido
-Anaya pregona la unidad y reconciliación
-División albiazul es pasto seco para el PRI
LUEGO de un prolongado y sospechoso
letargo, por fin, el presidente del Comité Municipal del PAN, GERARDO MARTINEZ
GARCIA, dio muestras de vida a afirmar que “el PAN no está dormido”.
La víspera del debate blanquiazul que
protagonizaron el senador JAVIER CORRAL y el diputado federal RICARDO ANAYA, la
semana pasada, el dirigente local panista afirmó lo anterior, dejando entrever
que se preparan para la contienda electoral de 2016.
Extrañamente, desde que el tsunami
tricolor devastó la causa albiazul en Tamaulipas, MARTINEZ GARCIA y el ahora
excandidato RAMIRO SALAZAR RODRIGUEZ prácticamente se enconcharon en sus
actividades personales y ni las gracias dieron a los panistas que apoyaron con
su voto el pasado siete de junio. Aunque, para bien o para mal, la extraña
actitud ya forma parte de la historia del panismo en esta ciudad fronteriza.
Sin embargo, el calendario electoral que
llama a la renovación de los poderes constitucionales en Tamaulipas obliga al
dirigente albiceleste a retomar los bártulos, con un horizonte bastante
sombrío.
De entrada, GERARDO MARTINEZ GARCIA
enfrentará el divisionismo que impera al interior de su partido, situación que
provocó la debacle en el pasado proceso electoral federal.
Si bien el PAN no está dormido, según
afirma su dirigente local, tampoco está unido y reconciliado, como reclama
RICARDO ANAYA, quien se perfila como seguro presidente del Comité Ejecutivo
Nacional de ese instituto político.
Dada la pasividad de MARTINEZ GARCIA y la
revuelta interna que ha ocasionado el placeo de JOE MARIANO VEGA, que lo coloca
como el virtual candidato al relevo de LETICIA SALAZAR VAZQUEZ, el líder local
del panismo tiene una papa caliente en sus manos.
La fracción panista que actualmente
mantiene el control político en Matamoros está decidida a no permitir que
aterrice el proyecto del legislador federal CARLOS ALBERTO GARCIA GONZALEZ que
tiene como objetivo participar en la competencia por el relevo de LETY SALAZAR
en la alcaldía.
El asunto todavía se torna más espinoso si
se toma en cuenta que, según ha trascendido, la relación del presidente del
Comité Municipal del PAN con la fracción en el poder no es precisamente de
extrema cordialidad.
Además, de llegar RICARDO ANAYA a la
dirigencia nacional panista, muy seguramente habrá de analizar los puntos
conflictivos en donde no prevalezca la unidad y reconciliación. De ser así, las
candidaturas en Matamoros habrán de ser revisadas detenidamente.
Sobra decir que el problema interno que
enfrenta la causa albiazul en la esquina noreste tamaulipeca es pasto seco para
el plan tricolor de recuperar la presidencia municipal en la tierra de Rigo
Tovar.
Por cierto, todavía es muy comentado el
fracaso de GERARDO MARTINEZ GARCIA en su intento de reconciliación con panistas
de viejo cuño, en los días previos a la elección para la renovación de la Cámara de Diputados. No
lograron ni tan siquiera acordar un lugar neutro para la reunión que muy
probablemente hubiera influido positivamente en el resultado final del proceso.
Lo relevante del caso es que si no lograron
ponerse de acuerdo en la elección por la diputación del IV Distrito, menos
podrán conciliar intereses en la lucha por la alcaldía, ahora que la ley
electoral permite la reelección.
En consecuencia, por todo lo anterior y
mucho más, el horizonte político no es muy halagador para el arquitecto de
profesión y dirigente panista.
La pregunta lógica es ¿podrán los actores
protagónicos y militancia de Acción Nacional lograr acuerdos que permitan la
unidad y reconciliación?
Pronto, muy pronto lo sabremos.
Y hasta la próxma.
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