H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO



         El marketing y la “encuestitis”

-Bailes, photoshop, besos, abrazos y puntos de ventaja
-Gestionar no debe ser una oferta electoral. Es una obligación
-Movilización y dinero serán las mejores herramientas el “día D”

    SIN duda, el marketing publicitario y las encuestas son herramientas que están siendo muy usadas durante el actual proceso electoral para la renovación de gubernaturas y diputaciones federales.
   En consecuencia, los “hacedores” (así, entre comillas) de imagen y los estrategas de campaña, hacen uso de esos recursos con el afán de inducir la preferencia de los electores a favor de tal o cual candidato.
    Es por ello que es muy común observar cómo los aspirantes a esos cargos de elección popular se desviven por ganarse la confianza ciudadana bailando, saludando de mano, abrazando y besando de una forma tierna y cariñosa, como parte de la estrategia para lograr el voto ciudadano.
    También, en tiempos electorales es común observar como la tecnología fotográfica oculta algunas huellas provocadas por el inexorable paso del tiempo y borra algunas imperfecciones físicas.
    El caso del abanderado del Partido Movimiento Ciudadano en el IV Distrito, JUAN CARLOS MONTALVO, es un ejemplo concreto de como la manipulación digital de la fotografía produjo mucho parecido con el canta-autor JUAN GABRIEL.
    Por supuesto que las aventuradas promesas electorales también forman parte del actual escenario político sin importar que, en ocasiones, los términos se malinterpreten.
    A lo largo de las actuales campañas proselitistas es común escuchar que los candidatos a la diputación federal proponen como oferta electoral que serán incansables gestores para bajar recursos a sus respectivos distritos.
   Sin embargo, quienes pretenden ser los nuevos inquilinos en el palacio legislativo de San Lázaro olvidan, o no saben, que la labor de gestoría es una obligación para lo cual fueron electos. Por lo tanto, el prometer que “serán incansables gestores si el voto popular los lleva a la Cámara Baja del Congreso de la Unión” es una frase que debería de desaparecer de las plataformas u ofertas electorales.
    Lógicamente, el trabajo legislativo tiene otras vertientes, como la de presentar iniciativas de ley que promuevan el bienestar social. No obstante, no hay que pasar por alto que, en la práctica, los legisladores en ambas Cámaras del Congreso de la Unión sirven a sus propios intereses partidistas o de grupo y no necesariamente a favor de quienes los eligieron.
    Pero así como las estrategias de mercado e imagen son herramientas muy usadas en los procesos eleccionarios, las encuestas también forman parte de los aperos electorales.
    Lamentablemente, los excesos de algunas empresas encuestadoras, con todo y la nueva normatividad en la materia, contribuyen a confundir y desalentar el ánimo ciudadano.
    Desde siempre se ha considerado que las encuestas son hechas a la medida de quien las paga. También, a ese tipo de resultados se le conoce como la “radiografía política del momento”. Por lo tanto, puede cambiar en cuestión de horas, días o semanas.
    La manipulación de la metodología para favorecer un interés específico es una práctica recurrente por parte de quienes se dedican a esa actividad empresarial con fines de lucro, en el entendido de que generalizar sería una afirmación temeraria y no objetiva.
    Se da como un hecho que esa herramienta electoral será muy utilizada a medida que se acerque la recta final del actual proceso eleccionario intermedio.
    Lo malo de caso es que ese tipo de resultados suele inhibir la participación ciudadana durante la jornada comicial, ante la presunción de triunfo del candidato que, a juicio de las encuestas, encabece la preferencia electoral.
    Al margen de la efervescencia política por la renovación de curules en San Lázaro, no hay que olvidar que la encuesta real y legítima es la que se llevará a cabo el próximo domingo 7 de junio, con todo y los efectos de la llamada “ingeniería electoral” y la compra de votos.
    Y hasta la próxima.


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Editores periodico frontera

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