¿Confusión?
-Confundido u
ordenado, se trató de un ataque
-Extrañó la prontitud
del esclarecimiento del caso
-Se auguran
desairadas vacaciones de Semana Santa
BASTANTE marcada
fue la división de o
piniones que generó el ataque armado que sufrieron la
alcaldesa LETICIA SALAZAR VAZQUEZ y miembros de su guardia personal.
Una corriente de
opinión afirmaba que, efectivamente, la
Jefa de la
Comuna fue víctima de un atentado del cual, afortunadamente,
salió bien librada.
Otra más, aseguraba
que el incidente que volvió a poner a Matamoros en el plano mediático nacional
e internacional tuvo su origen en una confusión por parte de los atacantes.
El caso es que,
con confusión o sin ella, lo cierto es que la noche del pasado domingo la
alcaldesa y sus escoltas hubieron de refugiarse en las instalaciones de la
presidencia municipal, en prevención de un atentado mayor.
El incidente violento
polarizó la opinión pública, tras considerarse que se trató de un montado escenario mediático, por un lado, y,
por el otro, que un grupo delictivo local confundió el convoy oficial con
enemigos de plaza.
Sin embargo, el
arresto de cuatro delincuentes que aceptaron su responsabilidad y a quienes se
les decomisaron armas de fuego, echa por los suelos la versión de que se trató
de una estrategia mediática con fines definidos.
El hecho que un
cuarteto de individuos fuera de la ley acepte que atacaron por confusión a los
vehículos oficiales, es una muestra clara de la impunidad con que se desplazan
y actúan, con todo y el patrullaje de las fuerzas federales de apoyo y la
policía estatal.
Además, el rápido
esclarecimiento del caso y la versión oficial del gobierno estatal en el
sentido de que no se pretendía atentar en contra de la presidenta LETY SALAZAR
y que todo se debió a una confusión no deja de ser un hecho sumamente extraño,
por no ser una constante en otros hechos delictivos.
El Secretario de
Gobierno, HERMINIO GARZA SOLIS, fue puntual al referir la estrecha colaboración
entre las fuerzas armadas federales y estatales para esclarecer el caso y
arrestar a los responsables. Al respecto, vale la pena precisar que la
autoridad ministerial correspondiente era la más indicada para anunciar la
indagatoria y detención.
No obstante, para el
gobierno municipal, la versión estatal prácticamente está enfocada a tratar de
minimizar lo que realmente fue un atentado en contra de la primera edil
matamorense.
Al margen de todo
lo anterior y con fiel respeto a las distintas corrientes de opinión que el
caso a provocado, de lo que no queda ninguna duda es que en este puerto
fronterizo no se aprecia ningún resultado positivo derivado del cambio de sede
de de la Coordinación
de Seguridad de Reynosa, a Matamoros.
Como si fuera
ayer, todavía se recuerda la retrasada visita del secretario de Gobernación,
MIGUEL ANGEL OSORIO CHONG, para anunciar con bombo y platillo una serie de
estrategias que devolverían la tranquilidad a los habitantes de Matamoros y la
región.
Nada más alejado
de la triste realidad que se vive en la esquina noreste tamaulipeca, situación
diametralmente opuesta a lo que aseguran los sonrientes boletines
gubernamentales.
La localización de
una granada, que no explotó, frente a la presidencia municipal y el atentado al
convoy de la jefa de la Comuna ,
son casos que no deben tomarse ni abordarse a la ligera.
Lo peor del asunto
es que ese tipo hechos generan una imagen negativa para esta sufrida ciudad,
justo cuando se acerca el tradicional asueto con motivo de la Semana Mayor.
La información
violenta de la que dan cuenta casi a diario noticiarios televisivos y
radiofónicos, medios impresos y redes sociales son para preocupar a cualquier
turista nacional o extranjero.
Para desgracia del
comercio organizado local, como si el ambiente violento no fuera suficiente,
los llamados días santos no gozarán de la garantía de un clima apropiado para
visitar la playa Costa Azul.
Ni hablar.
Y hasta la
próxima.
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