Lic.
Luis Gerardo González Álvarez
CONSTITUCIÓN DE 1917
98 ANIVERSARIO
Hola que tal amables lectores este año
se cumple el centenario de una de las más connotadas novelas como lo es “Los de
Abajo” de Mariano Azuela (1873-1952).
Con una gran publicación que el Fondo
de Cultura Económica está preparando para celebrar el centenario de esta novela,
esto a partir del rescate hecho por el estudioso Víctor Díaz Arciniega.
La nueva
versión se difundirá en dos formatos: un libro rústico para el público en
general y otro de gran formato, que además incluirá la versión publicada en
1925, con el estudio crítico y las anotaciones del investigador y profesor de
la UAM Azcapotzalco.
Dentro del estudio critico que
escribirá el propio Arciniega, ilustrará un detalle casi imperceptible de la
historia: “ilustrar que Azuela construyó sus personajes no sólo a partir del
habla popular que los caracteriza, sino que recreó sus referentes culturales
mediante la invocación de poemas y canciones”.
Ahora el
investigador sólo espera la publicación de la novela y adelanta que a mediados
de noviembre próximo, viajará al Colegio de San Luis Potosí, donde impartirá
una conferencia sobre el centenario de “Los de Abajo” y presentará al público
el proceso de este rescate.
LOS MITOS DE LA NOVELA

Como la
situación en Chihuahua era muy inestable, Azuela se movió a Ciudad Juárez y
luego brincó a El Paso, donde estuvo el resto del año. En ese lapso, Los de
abajo empezó a publicarse de forma bisemanal en El Paso del Norte.
Uno de los mitos que Díaz Arciniega
combatirá en su estudio crítico, explica, es la idea de que Los de abajo es una
novela sobre la historia de la Revolución Mexicana, lo cual no es posible
porque en ésta Azuela recreó sólo su propia experiencia dentro de un pequeño
grupo de individuos que le apostaron a un segmento de este movimiento: el
villismo.
El propio
Azuela escribió la idea de sus novelas: “En mis novelas exhibo virtudes y
lacras sin paliativos ni exaltaciones, y sin otra intención que la de dar con
mayor fidelidad posible una imagen fiel de nuestro pueblo y de lo que somos”.
La novela se inspiró en los hechos que
Azuela escuchó y vivió durante los últimos meses de 1914 y los primeros días de
1915; y su registro “capta la dimensión universal del efecto de la guerra, pues
el autor tuvo la sensibilidad y el oficio impecable para contarlo”.
Sin embargo,
la pregunta esencial es: ¿por qué un médico con aspiraciones literarias, como
Azuela, se hizo a la guerra? “Ése es un fenómeno muy interesante”, reconoce
Arciniega.
Lo que se
sabe es que Azuela fue un hombre convencido del proyecto de Pancho Villa por
hacer un cambio en la sociedad, pues tenía una firme convicción de un cambio social.
Azuela llegó
a la Revolución por una razón de circunstancias, detalla el estudioso, pues él había querido
participar en la lucha. Eventualmente
fue político y se convirtió en jefe del Cantón (municipio) de Lagos de
Moreno, entre 1910 y 1911; sin embargo, su experiencia resultó un desastre.
Pues aunque
los votos lo favorecieron, los hacendados se opusieron y lo presionaron hasta
destituirlo en menos de tres meses. Eso mermó la autoestima de Azuela y, desde
entonces, no volvió a participar en ese tipo de aventuras políticas.
Luego llegó
el gobierno de Adolfo de la Huerta y el escritor lo padeció. Por aquellos días,
comenzó la noticia de que habría levantamientos en distintos lugares del país.
“Hay que precisar que Azuela no fue
testigo de ninguna de las batallas que consignó en su novela. Sin embargo, hace
algo prodigioso: indirectamente tuvo frente a sí los testimonios vivos de
quienes sí participaron en las acciones de armas y, aunque no los entrevistó
como reportero, sí los escuchó y fue registrando los detalles en hojas sueltas,
a vuela pluma”, agrega.
EL COROLARIO
El día 5 de
febrero en que se conmemora un aniversario más de nuestra magna constitución de
1917, sería interesante que los políticos de hoy y principalmente nuestro
aparato legislativo, retomaran el ejemplo de Mariano Azuela, que tuvieran una
convicción muy profunda de la responsabilidad y de los preceptos que dieron
origen a nuestra carta magna. Que evaluaran profundamente la responsabilidad
que tienen para con los ciudadanos, por los que fueron elegidos, para que los
representen en estas importantísimas tribunas legislativas, en las que se promulgan y cristalizan leyes, en las que van
inmersas principalmente decisiones políticas muy profundas.
Como bien lo dice el maestro Lic.
Ramón Durón Ruiz, en su crónica sobre la Constitución de 1917, donde describe
el patriotismo de los Constituyentes mexicanos desde.
El Congreso
de Apatzingán, que plasmó como decisiones políticas fundamentales: La Soberanía
Popular; los Derechos del Hombre y las Obligaciones de los Ciudadanos; la
División de Poderes; el Sistema Representativo y el Régimen Federal;
continuando con los constituyentes de 1824, 1857 y llegando a la de 1917.
Para José Ortega y Gasset: "Una
revolución es un cambio de la sensibilidad vital; una revolución no es una
barricada, sino un nuevo estado de ánimo, significa nuevas instituciones,
nuevas costumbres, nueva ideología".
Celebro que
en 1917, los revolucionarios y constituyentes "tuvieron la agudeza de
crear, a través del espíritu de la Constitución, la ley que concierta y a todos
concuerda".
Este 5 de
febrero, en el XCVIII Aniversario de la promulgación de nuestra Carta Magna,
vale reflexionar sobre dos cuestiones: 1.- La fecundidad creativa de nuestros
constituyentes, que transformaron "la sensibilidad vital" y los
ideales revolucionarios (educación, tierra, municipio libre, garantías
laborales, etc.) en Ley Suprema e instituciones, sentando las bases para el
cambio pacífico, y
2.- Sobre la
imperiosa necesidad de avanzar unidos, "evitando las falsas disputas o los
innecesarios debates anacrónicos", que a nada conducen, que no sea la
confrontación estéril y que en una época de crisis, como la presente, solo
promueve el desaliento.
Hoy la
llamada Novela de la Revolución Mexicana, “Los de Abajo” de Mariano Azuela que
data del año de 1915, que se arraigó en el gusto popular más por la técnica
para escribirla y por la forma de narrar los hechos.
Hasta la próxima mi
correo es archivomunicipal@gmail.com
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