¿Misterio priísta?
Por Mario A. Díaz
LA llegada de
RAFAEL GONZALEZ BENAVIDES a la dirigencia estatal del PRI, llevando a AIDA
ZULEMA FLORES PEÑA como segundo de abordo, con todo y lo que se diga, sigue
siendo un misterio cuál es el verdadero motivo en esa jugada del ajedrez
político tamaulipeco.
En principio, la
duda estriba en la amistad de muchos años con el diputado federal MARCO ANTONIO
BERNAL GUTIERREZ, eterno aspirante a la gubernatura, y el compromiso con el
mandatario EGIDIO TORRE CANTU.
GONZALEZ
BENAVIDES ha sido claro en manifestar la lealtad como uno de los elementos
principales en esa encomienda partidista.
Sin embargo,
prevalece la duda si ese concepto va dirigido a la amistad con BERNAL GUTIERREZ
o bien hacia el jefe político en la entidad.
Lógicamente, y
para efectos protocolarios, RAFAEL se considera un priísta de hueso colorado y
leal al gobernador TORRE CANTU. No obstante, su añeja amistad con MARCO ANTONIO
no deja del todo claro la postura de quien representará al priísmo tamaulipeco
durante el período 2,013-2,017.
El ritual
partidista tricolor, además del relevo estatutario, tiene como objetivo
preparar el terreno político para la elección federal de 2,015 y el relevo
gubernamental en 2,016.
En ese contexto, activistas del PRI de viejo
cuño no olvidan la estrepitosa derrota de su partido en el pasado proceso
electoral federal en donde se perdieron seis de las ocho diputaciones y las dos
senadurías y, además, la baja captación de votos de ENRIQUE PEÑA NIETO quien
fue superado en Tamaulipas por JOSEFINA VAZQUEZ MOTA.
En
consecuencia, RAFAEL GONZALEZ BENAVIDES y AIDA ZULEMA FLORES PEÑA tiene como
primera encomienda recuperar las curules federales que tanta falta le hacen al
congreso peñista, allá en San Lázaro.
De ahí que
persista la duda en el sentido de que si la propuesta como dirigente estatal
del PRI tenga su real origen en el altiplano o en el tercer piso del Palacio de
Gobierno cuerudo.
Es de sobra
conocido que la cúpula tricolor no confía del todo en la maquinaria
tamaulipeca, máxime que la competencia que se avecina es la intermedia federal.
Es decir, es la elección de PEÑA NIETO y no precisamente de TORRE CANTU.
Pero eso no es
todo respecto a la asunción del matamorense como líder del priísmo en
Tamaulipas.
Si bien es
cierto que se trata de un personaje honesto y de amplia solvencia moral,
también es cierto que GONZALEZ BENAVIDES es considerado como un buen burócrata
más no como un líder nato, que tanta falta le hace en estos momentos al Partido
Revolucionario Institucional.
Aunque, eso sí,
la diputada local AIDA ZULEMA en la Secretaría General
del Comité Directivo Estatal de ese instituto político podría armonizar la
formalidad y la simpatía, elementos ineludibles para atraer a las masas.
Cumplido el
protocolo en el relevo partidista, a partir de enero vendrán en cascada los
cambios en los comités municipales.
En este puerto
fronterizo no está del todo definido quién será el sustituto de GUADALUPE REYES
PEREZ en el liderazgo local.
En lo que no
existe duda alguna es que quién lleve esa responsabilidad tendrá un hueso duro
de roer, lo mismo en la elección federal que en la local.
Matamoros, como
plaza actual del panismo, será escenario de dura batalla electoral en 2,015
cuando se diputará la diputación por el VIII Distrito Electoral Federal.
Del mismo modo, quien releve a GUADALUPE REYES
PEREZ no la tendrá nada fácil en el proceso eleccionario de 2,016, en donde los
matamorenses decidirán quién será el relevo de LETICIA SALAZAR VAZQUEZ.
Como es
evidente, duro paquete tendrán en sus manos los nuevos dirigentes del
Revolucionario Institucional.
Y hasta la
próxima.
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