Por
José de la Paz Bermúdez Valdés
· La
Cámara de Comercio de Matamoros.
· Echar
campanas a vuelo antes de tiempo puede…
· ¿Cuándo
atenderán a la ciudadanía?
· Observado.
· La Cámara de Comercio de
Matamoros.
La
Cámara de Comercio de Matamoros, tiene una histórica participación en el
devenir de Matamoros. Sus fundadores y muchos de quienes continuaron por la
senda del bienestar social de la comunidad, lograron importantes avances en el
servicio a la comunidad.
Lamentablemente
de un tiempo a la fecha, dicho organismo se ha convertido en trinchera de
intereses no siempre muy limpios. Se han cambiado acciones de corte político
con apetitos económicos, llegando a los extremos de considerar pasadas
participaciones políticas con la exigencia del pago de exclusiones en las
nuevas contiendas electorales.
Al
parecer el actuar de la delincuencia organizada de exigir pagos de cuotas para
trabajar ha contaminado el proceder de este organismo. Algunos de los herederos
del viejo luchador social y comercial Carlos Almanza Hernández, se han sentido
iluminados y piensan que las autoridades municipales están obligadas a pagarles
sus lujos y caprichos.
En
ese tenor, consideran que las administraciones municipales deben contratar los
servicios que esta Cámara ofrece al través de su Centro Empresarial, con la
denominación del famosos ISO 9000.
Hasta
ahora dicha prestación ha resultado inútil. Ninguna de las dependencia
certificadas ha logrado mejorar su desempeño administrativo y mucho menos su
atención al público. Luego entonces el pago de dicha certificación constituye
más un pago de cuota a quienes dicen
ofertar el servicio que una utilidad para las dependencias que supuestamente
son certificadas.
Aunado
a lo anterior, más allá del espíritu que generó la creación de las Cámaras de
Comercio en el país, la de Matamoros ha confundido su misión prístina. Servir a
sus socios con lealtad más allá de interese político o de ambiciones personales
de quienes actualmente detentan su supuesta representación.
Cuando
un organismo social rompe con esquema para el cual fue creado, sin lugar a
dudas, rompe con sus principios y por lo
tanto se lanza en los brazos de los apetitos personales y eso, sin duda alguna
más temprano que tarde conducirá a la debacle.
A
últimas fechas el organismo comercial ha perdido la brújula, quizás debido a la
pérdida de otras canonjías, al extremo de no atender a sus socios y
participantes de sus acciones directivas. Los han dejado en el camino, ocupados
en resarcirse de las viejas prebendas.
Mientras
exista la mentalidad de sólo quien posee la propiedad de la franquicia, es el
único que puede obtener utilidades y el resto sólo contemplar sus despilfarros,
sin lugar a dudas el desmoronamiento habrá de producirse, por la ausencia de
visión, para atender las necesidades de sus miembros.
Esa
ausencia de mística para entender que los demás requieren de solución a sus
problemas y no sólo quienes han dejado de recibir las compensaciones
gubernamentales, paulatinamente está llevando a la Cámara de Comercio a un
precipicio del cual los detentadores de la franquicia, difícilmente podrán
sacarla.
Son
tiempos de reflexión. Voltear y ver lo que ha dejado de hacerse y atender a los
demás. El gobierno estatal ya no incrementará la cuota por el pago de servicios
prestados y el municipio no está dispuesto a cubrir extravagancias, producto de
la extorsión. Hay que retornar a los orígenes, trabajar por bien del comercio
organizado ya no es permisible que sigan proliferando organismos fantasmas de supuesta
representatividad del sector, simples testaferros del poder municipal. Es lo
más saludable conciliar, para ello fueran creadas las Cámaras de Comercio.
· Echar campanas a vuelo
antes de tiempo puede…
Tal
vez, y sólo tal vez, a quien representa el poder municipal le en Matamoros,
Tamaulipas, le falta experiencia política. Muy probablemente quienes fueron
contratados para realizar la función de asesores o no saben de estos
menesteres o tienen otra óptica de la
problemática que aqueja a este municipio.
Resulta
que como niña con juguete nuevo la alcaldesa regresó de la capital del estado,
festinando que había estado con el gobernador del estado, y éste, le había
otorgado todo el respaldo a la nueva administración.
¿Ingenuidad?
Muy probablemente. En política no hay buena voluntad. Hay intereses, y por más
que el gobernante estatal le ofrezca buena disposición, la realidad es que
pertenece al partido político derrotado en la contienda electoral y eso, jamás
se lo personará.
Prueba
más que contundente cuando en legítimo derecho la novel edil se rehusó a firmar
el finiquito de la entrega recepción. El gobernante estatal salió en defensa
del corrupto ex presidente municipal, reteniendo la primera ministración de
recursos federales hasta que no fuera firma el acta señalada.
Más
adelante el gobernador del estado le dio otra cachetada a la alcalde,
ordenándole a sus corifeos en el Congreso Local que designaran como
representante de dicho cuerpo legislativo a la diputada local por el municipio
de Valle Hermoso, echando por tierra la pretensión de la alcaldesa de designar
a una correligionaria de su partido.
Si
con estas acciones no le queda claro a la edil matamorense de que no hay buena
voluntad, de que las palabras de buena relación gubernamental son sólo eso,
entonces habrá de enfilar hacia un fracaso rotundo en su gobierno.
Debe
entender la alcalde que acción que se anuncia, es fracaso obtenido. Ya aprenderá en el camino que la política se
hace con acciones, no con promesas.
Por
supuesto su reclamo – endeble por cierto—de que la diputada designada para ser
parte del Consejo de Administración de la Junta de Aguas no es de este
municipio, rápidamente fue echado por tierra ya que la nueva administración fue
conformada con distintos funcionarios que no son del municipio y que desde
luego desconocen, necesidades y realidades de la población.
Otros,
ni siquiera viven en la ciudad, pero como constituyen parte de la cuota por las
acciones realizadas, fácilmente se entiende que es un pago por servicios
prestados. En ese tenor está el diputado federal Carlos García González, quien
anda urgido de dinero y colocó a su esposa al frente de la Secretaría de
Educación Cultura y Deporte, aunque de dicha dependencia sólo la conozca de
nombre.
· ¿Cuándo atenderán a la ciudadanía?
Hemos
visto, cuanta preocupación y orgullo le causa al encargado de la Oficina Fiscal
de Matamoros, Alfonso Guzmán Guerra, que los ciudadanos pasen por la oficina
del agio a cubrir sus ¿obligaciones? En el pago de los derechos vehiculares.
Lamentablemente
dicho individuo no entiende porque así le conviene que los ciudadanos también
queremos que el gobierno y él cumplan con atender a la ciudadanía. Por lo
pronto nos digan ¿en que se gasta el dinero que con usura recauda la Oficina
Fiscal del Estado?
Los
que pagamos tenencia vehicular, por un capricho del gobernante tamaulipeco, que
embrutecido por el alcohol, sólo aspira a saquear la economía familiar,
queremos que ese dinero se invierta en calles y avenidas dignas. Donde podamos
transitar sin golpear nuestros vehículos.
¿Quién
paga los desperfectos que sufren nuestras unidades motrices por la existencia
de tanto pozo, tanto bache y tanto tope?
¿Por
qué si pagamos impuestos, que presuntamente se deben invertir en bienestar
social, no hay indicios de ello? ¿Dónde está el dinero?
¿Por
qué cualquiera coloca topes en las
calles? ¿Por qué se afecta el libre tránsito?
Constituye
una violación a los derechos de los propietarios de vehículos que las calles
tengan topes. ¿Cuándo la autoridad asumirá su responsabilidad?
Alfonso,
¿No sería más congruente que en lugar de ufanarte por la exacción de los
bolsillos de los matamorense, actuaras en función de garantizar que el dinero
fruto de la usura de esa oficina pública ¿pública? Se restituyera a los afectados
por tantos desperfectos en las calles? La ciudadanía te lo agradecería. Hasta
ahora sólo la imagen de un sátrapa es la que te adorna.
· Observado.
Seguir
pregonando saneamiento de la nomina municipal por parte del entrante
ayuntamiento, cuando se dispara ésta en el pago de funcionarios innecesarios
constituye un doble lenguaje.
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