H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO


 ¿Mal inicio?

    A POCO menos de cinco meses de haber iniciado el actual sexenio federal, saltan a la vista dos aspectos que ponen en duda la buena actuación del gabinete del presidente ENRIQUE PEÑA NIETO.
    De entrada, lo que parecía una efectiva campaña en contra de la corrupción con el encarcelamiento de la profesora ELBA ESTHER GORDILLO MORALES, todo parece indicar que simple y sencillamente se trató de una venganza política y una manera de hacer sentir su fuerza por parte del mandatario nacional.
     Si bien es cierto que la soberbia de la ex dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación es lo que realmente la mantiene en prisión, existen otros casos de marcada corrupción en el área sindical.
    El senador de la república y secretario general del sindicato petrolero, CARLOS ROMERO DESCHAMPS también es muy señalado por el coto de poder político y económico en que ha convertido ese organismo sindical.
CARLOS ROMERO DESCHAMPS
    No obstante, el parcial brazo de la justicia peñista ha puesto oídos sordos a la malversación de fondos sin que tan siquiera se haya ordenado una revisión por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
    Lo que llanamente significa que el Jefe del Ejecutivo Federal tiene dos varas para medir raseros, en atención a la aportación al sistema político mexicano.
    Salvo el proceso penal que mantiene privada de su libertad a la ex lideresa del poderoso sindicato magisterial, el hecho de no tocar temas relacionados con el narcotráfico y delincuencia organizada, y los viajes al extranjero, han transcurrido sin pena ni gloria los primeros meses del gobierno de PEÑA NIETO.
    De lo que no queda duda alguna es que la cruzada anticorrupción resultó más falsa que un billete de tres pesos, al igual que el vaticinio en el sentido de que la violencia en el país cedería con el cambio de gobierno y partido en el poder.
    Así como no se vislumbra ninguna acción tendiente a encarcelar a otros dirigentes sindicales corruptos, tampoco disminuye el baño de sangre en la mayor parte del territorio azteca.
    Por cierto, resulta por demás extraña la declaración del Secretario de Gobernación MIGUEL OSORIO CHONG en el sentido de que las estadísticas en ese rubro muestran una disminución de la violencia.
    Extraño, porque diariamente medios de comunicación electrónicos e impresos así como las redes sociales, dan cuenta de ejecuciones entre bandas rivales o pérdida de vidas humanas durante enfrentamientos entre delincuentes y fuerzas federales.
    El reacomodo de los distintos cárteles que operan en territorio mexicano al disputarse el trasiego de drogas, es el principal motivo que mantiene en zozobra e incertidumbre a las familias aztecas.
     En consecuencia, la polarización de la opinión pública no se hizo esperar, luego de la declaración del encargado de la política interna en México.
    Tampoco se trata de que el actual PRI-Gobierno termine con ese cáncer que heredaron a los mexicanos los sexenios panistas de VICENTE FOX QUESADA y FELIPE CALDERON HINOJOSA.
    Sin embargo, es una realidad que la percepción ciudadana confiaba en un cambio radical en lo que se refiere a la inseguridad y el avance desmedido del crimen organizado.
     Al presidente PEÑA NIETO le urge que una vez tomados totalmente los hilos del poder, concentre su atención en el flagelo que representa la violencia extrema en la  mayor parte de las entidades federativas, si es que realmente pretende pasar a la historia con un buen desempeño.
    Tienen razón quienes opinan que el trabajo presidencial tiene otras facetas que también requieren de especial interés. Sin embargo, tras doce años de ejecuciones, enfrentamientos, balaceras, secuestros y extorsiones, se requiere de urgente atención y voluntad política.
     Hoy en día, más que carreteras, escuelas u hospitales, los ciudadanos mexicanos reclaman la tranquilidad de antaño y el derecho a trabajar libremente.
    Lo malo del caso es que tanto el estado de México como el Distrito Federal comienzan a resentir los efectos de los grupos delictivos rivales.
   Ni hablar.
   Y hasta la próxima.

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Editores periodico frontera

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