H, Matamoros, Tamaulipas:

Tangente


Primer priista
Por Oscar Díaz Salazar                 
 En conversaciones con varios priistas del estado he podido detectar un sentimiento de desconfianza, malestar y temor de obtener resultados negativos en la elección local del próximo año, por la falta de compromiso, pericia y conocimiento de quien es en los hechos el jefe real de su partido.
De las frases que me han parecido más contundentes en los diálogos con los políticos priistas, hice una selección que les comparto a continuación:
No es un hombre del sistema.
No quiere al PRI.
Está dolido porque le mataron a su hermano y por eso es lógico que desconfíe de todos y de todo. 
Ordenó la cancelación del programa de reparto de despensas, por considerarlo un despilfarro, un gasto inútil, y no lo valoró ni como instrumento electorero de captación de votos, ni como programa social para redistribuir la riqueza, ni con la óptica caritativa – asistencialista.
Por su llegada sorpresiva a la cúspide del poder, tanto en la ocasión en la que brincó de una Regiduría a la presidencia municipal, como en la que fue designado candidato a la gubernatura tras el asesinato de su hermano, no conoció a los grupos políticos, ni tuvo necesidad de congraciarse con los jefes de las corrientes políticas, que si llega a tratar un político tradicional al que le cuesta un par de décadas mínimo para hacerse de la jefatura del gobierno estatal.  
Lo suyo fueron los negocios y nunca se enteró que para hacer dinero en la política había que ganar elecciones, congraciarse con todos los grupos, personajes, corrientes, expresiones y factores que integran el andamiaje político que conocemos como el “sistema” o el PRI – gobierno.
Cercanos al Doctor Rodolfo Torre Cantú recuerdan con molestia el gesto de fastidio que ponía el hoy jefe real del priismo tamaulipeco, cuando su hermano le platicaba con entusiasmo los planes que tenia para ganar una elección, para incrementar la militancia tricolor o para apuntalar a la ideología priista en el ánimo de los tamaulipecos.   
No conoce el estado, no conoce los municipios, no conoce a los actores políticos de la entidad. Su biografía indica que se fue muy joven a estudiar a Monterrey, que regresó a la capital en la que permaneció pocos años, y que una depresión provocada por una tragedia familiar lo llevó a cambiar su lugar de residencia a una ciudad texana. Parafraseando a sus defensores oficiosos les puedo asegurar que no podría trabajar de microbusero, pues lo haría tan mal como conduce el gobierno de Tamaulipas.
No quiere a los periodistas… los tolera. Nunca ha sentido la necesidad de congraciarse con los trabajadores o dueños de los medios de comunicación. Sus conquistas políticas han sido por obra y gracia de la casualidad, y jamás ha necesitado construirse una imagen o granjearse a los electores a través de los “medios”.
No es un hombre de partido. No fue seccional, no fue dirigente de colonia, no fue líder de un sector, no cuido casillas, no se involucraba en las campañas, no fue miembro de un Comité Municipal del PRI.
Su muy breve incursión en la administración pública estuvo ligada a una tarea relacionada con su profesión, una actividad técnica en el área de la supervisión de obra civil en la que permaneció gracias a la intervención de un amigo que abogó por él ante su jefe, que ya había dispuesto su cese.
Su mentalidad es panista.
Compartir en Google Plus

Editores periodico frontera

0 comentarios: