De que los hay, los hay
POR supuesto que tiene razón
el señor AMANDO TREVIÑO ALANIS, fundador de la Unión de Comerciantes de Matamoros, con relación
a la desmedida instalación de cadenas comerciales que viene afectando el comercio local.
Además de las farmacias Guadalajara, los
pequeños supermercados conocidos como Oxxos y Seven Eleven han entrado en
franca competencia en el territorio
nacional.
En Matamoros, por ejemplo, es cada vez más
notorio ese tipo de establecimientos en gran parte de las colonias tanto de la
zona centro como de la periferia.
Es así como inversionistas regiomontanos y
jaliscienses prácticamente están mandando a la quiebra a depósitos, minisupers
y tiendas de abarrote, negocios que generalmente son atendidos por sus
propietarios.
Lo mismo ocurre con las farmacias
Guadalajara que están acabando con ese tipo de establecimientos, de acuerdo a
la versión de los farmacéuticos locales.
Por lo tanto, tiene razón el dirigente de
comerciantes al exigir la regulación en ese tipo de inversiones ante el impacto
negativo que provoca al comercio regional e, incluso, a las propias finanzas
estatales.
Al
respecto, desafortunadamente, mucho tienen que ver la autoridad estatal y
municipal al otorgar el aval para su funcionamiento, tan sólo para alimentar
estadísticas de inversión y generación de empleos.
Hay que recordar que el gobierno del estado
otorga los permisos para las venta de bebidas alcohólicas tanto a Oxxos como
Seven Eleven con el giro de supermercados, lo que los exime de respetar
distancias con negocios similares o bien la prohibición para establecerse
frente a hospitales, iglesias o escuelas.
El otorgamiento del permiso de uso de
suelo es una facultad de la autoridad municipal, por lo que también esa
instancia gubernamental es responsable de la desleal competencia que están
enfrentando empresarios y pequeños comercios de la localidad.
Pero eso
no es todo.
Las cadenas comerciales antes mencionadas
al igual que aquella que distribuye medicamentos, no tributan en la entidad por
lo que la generación de los respectivos impuestos van a parar a las haciendas
públicas de Nuevo León y Jalisco, respectivamente.
Para nadie es desconocido que las citadas
tiendas de conveniencia son en realidad puntos de venta de bebidas alcohólicas
pertenecientes a los corporativos que se disputan ese tipo de mercado.
Si al menos la tributación de las cadenas
comerciales antes mencionadas ingresara a las arcas estatales, en algo
contribuirían a paliar el daño que están ocasionando a inversionistas locales
y, en muchos de los casos, a familias completas que se dedican y viven de esa
actividad comercial.
Cierto es que el libre mercado da cabida a
ese tipo de inversiones. Sin embargo, también es cierto y, sobretodo, necesario
que urge una regulación al respecto para evitar la desleal competencia.
Ahora que, el pez más grande se come al
menor, es una situación que siempre ha existido. No obstante, tampoco se trata
de frenar la inversión llegada de otras latitudes, aunque, eso sí, de aplicar
una normatividad que brinde alguna ventaja a los pequeños empresarios locales
y, obviamente, refuercen las finanzas estatales.
Por cierto, eso del comercio organizado
trae a colación la extrañeza y asombro de un nombramiento expedido
recientemente por la
Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas, que preside
JULIO CESAR ALMANZA ARMAS.
Se trata del primer síndico de la anterior
administración municipal, JUAN CARLOS CISNEROS GARCÍA, quien es el enlace de
ese organismo camaral ante las autoridades de seguridad pública.
Extraño, porque nunca antes había
participado en ningún tipo de actividad dentro del comercio organizado.
Asombro, porque es un individuo al que siempre se le ha identificado por sus
relaciones peligrosas.
Tampoco es desconocido que durante su
paso por la función pública, cobijado por el ex alcalde ERICK SILVA SANTOS,
ambos dos, como diría aquél, se fueron largos a la hora de hincar el diente al
erario municipal.
Ilusamente, CISNEROS GARCIA cree que con el
apoyo de la Cámara
local de comercio podría ser elegible para competir por un cargo de elección
popular.
Lo dicho. De que los hay los hay, y no hay
que batallar mucho para encontrarlos.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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