H, Matamoros, Tamaulipas:

APLAUSOS Y RECHIFLA


PALACIO LUNES 25 DE JUNIO……..


    CON fines electoreros o no, lo cierto es que el gobierno del presidente FELIPE CALDERON HINOJOSA se anotó una buena y una mala en el inicio del pasado fin de semana.
    La buena: la firma del decreto de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Federalización de los Delitos Cometidos en contra de Periodistas.
     La mala: la pifia de la Secretaría de Marina en el arresto de un joven, presuntamente hijo del capo del narcotráfico JOAQUIN “EL CHAPO” GUZMAN, con quien no tiene parentesco alguno.
    Mientras la reforma constitucional a la fracción XXI del Artículo 73 abonó puntuación positiva al Ejecutivo Federal, la falla de la Marina Armada de México echó abajo el anuncio que hiciera con bombo y platillo ante cámaras y micrófonos.
    Pero, vayamos por partes.
   Ante el brutal embate que viene enfrentando el gremio periodístico en el país, con saldo de varias decenas de asesinatos y más de una docena de desapariciones forzadas, el decreto que autoriza a la autoridad federal a intervenir en delitos en contra de los comunicadores se convierte por el momento en una válvula de escape.
    La promulgación de esa Ley contempla medidas preventivas y de protección enfocadas a reducir la exposición de riesgo de los trabajadores de la información.
   Asimismo, la creación del Fondo de Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, con el propósito de darle cumplimiento objetivo a la flamante normatividad constitucional.
     No obstante, justo es reconocer que en base a la impunidad que envuelve a las agresiones a periodistas y medios de comunicación, la federalización de los delitos en contra de la libertad de expresión ha polarizado el criterio gremial.
     Por un lado, hay quienes piensan que la atracción por parte de la Procuraduría General de la República no representa ninguna seguridad de que la violencia en contra de los informadores y sus centros de trabajo cesará. Por el otro, que la reforma constitucional sí frenará las agresiones a periodistas, obviamente, una vez que disminuyan las hostilidades entre los distintos cárteles de la droga que operan en el territorio nacional o de éstos en contra de las fuerzas federales de apoyo.
    En el entendido de que, por supuesto, ambos criterios tienen su propio fundamento y que, finalmente, el tiempo y circunstancias darán la razón a quien la tiene.
    Pero si las palmas se hicieron notar con la promulgación de la nueva Ley Federal, la rechifla del respetable en contra del gobierno calderonista no se hizo esperar, una vez que se comprobó que el hijo del narco más buscado siempre no era JESUS ALFREDO GUZMAN  SALAZAR, tal y como lo presentó la Marina Armada de México.
    En realidad, durante el operativo militar en el estado de Jalisco fueron arrestados los medios hermanos FELIX BELTRAN LEON y KEVIN DANIEL BELTRAN RIOS, hijo e hijastro, respectivamente, de la señora ELODIA LEON VEGA.
     Es decir, ninguno de los detenidos, presuntamente en posesión de armas de fuego de alto poder y dinero en efectivo, tiene parentesco alguno con a quien se identifica como el líder del Cártel de Sinaloa.
     Lo que en un principio se presentó como una acción exitosa “derivada de un intenso trabajo de inteligencia naval iniciado meses atrás, así como del intercambio de información con agencias estadounidenses”, finalmente evidenció la pifia de la SEMAR.
    Para vergüenza del gobierno calderonista, a raíz de la “operación quirúrgica naval”, la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) y el embajador de Estados Unidos en México, ANTHONY WAYNE, felicitaron efusivamente a las autoridades aztecas. Posteriormente, como dice el dicho y dice bien, “los mariachis callaron”.
     Cabe señalar que desde el mismo día de la presentación oficial del presunto hijo del Chapo Guzmán, las sospechas de que algo andaba mal no se hicieron esperar.
    Y es que, de entrada, resulta ilógico tan sólo suponer que un hijo de tan poderoso personaje del bajo mundo fuera sorprendido y detenido sin necesidad de un solo disparo.
    Lo malo del caso es que los activos logrados por la Marina Armada de México en otras acciones, como el abatimiento de ARTURO BELTREAN LEYVA en el estado de Morelos, por ejemplo, descendieron notablemente con la pifia en Jalisco.
     Peor aún, porque esa dependencia militar es en la única en que confía el gobierno del Tío Sam.
     Ni hablar.
     Y hasta la próxima.
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Editores periodico frontera

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