POR: JAIME SOSA
La pobreza y
desigualdad social en México, se remonta a la época de la colonia. Existían
grandes territorios en los que se generaba mucha riqueza para muy pocos,
generalmente españoles y criollos, dejando en la marginación a la mayoría de
mestizos y población indígena. El científico alemán, Alexander von Humboldt,
aseguraba que la Nueva España era el reino de la desigualdad.
El México
independiente no cambió las condiciones de pobreza y desigualdad existentes en
el país. Para algunas comunidades indígenas, incluso aumentaron las carencias y
limitaciones sociales.

La crisis
financiera del sexenio del presidente José Lopez Portillo y las crisis
recurrentes, que marcaron el mandato de Miguel De La Madrid (1982-1988),
provocaron que la marginación y las carencias de satisfactores aumentaran en
forma significativa.
La presidencia
de Carlos Salinas de Gortari (1988
a 1994), buscó reducir el número de mexicanos que vivían
en condiciones de pobreza. Con ese fin, implementó el Programa Nacional de
Solidaridad (Pronasol), en él se invirtieron más
de 7 mil millones de dólares.
Los
instrumentos que usó el gobierno salinista para combatir la pobreza, dieron
resultados engañosos. Hubo una aparente disminución de la población marginada
del país. Pero las cifras siempre estuvieron maquilladas. El gran éxito
de estos programas se dio en el terreno electoral. En los lugares donde había
votaciones, se volcaba el presupuesto federal y la ayuda estaba condicionaba al
voto por el partido hegemónico de esa época, que era el PRI.
Los programas
del salinismo, para combatir la marginación, eran en su gran mayoría,
instrumentos asistencialistas. Se daba ayuda, pero no se desarrollaban acciones
para que la población generara riqueza para poder salir de su condición de
marginalidad.
El sucesor de
Salinas, Ernesto Zedillo (1994
a 2000), puso en marcha un instrumento muy similar a los
del Pronasol, llamado Programa Nacional de
Educación, Salud y Alimentación (Progresa), que excedió en casi 4 mil millones de
dólares el gasto de su antecesor.
Entre 1994 y
1996, el número de personas con pobreza alimentaria a nivel nacional, creció de
19 a 34
millones, una tasa de crecimiento superior al del 82% en dos años y llegó a
representar el 37 de la población total, según fuentes del CONEVAL
.
La causa del
aumento de la pobreza en el gobierno Zedillista fue el llamado “error de
diciembre”, que provocó una gran devaluación y alza en las tasas de interés. No
sólo la población de escasos recursos sufrió estragos en su nivel de vida,
también las familias de clase media perdieron sus casas o sus automóviles por
no poder pagar los créditos.
El primer
presidente panista, Vicente Fox Quezada, implementó el Programa
Oportunidades, que
sigue operando diez años después.
Según datos del
Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, el gasto
destinado a Oportunidades superaba los 13 mil millones de dólares. El gobierno
foxista también diseñó el llamado Seguro Popular, con el fin de dar cobertura universal
en materia de salud y así superar una carencia de la población. El problema del
programa de salud es que no cubre todas las enfermedades y tampoco otorga
todas las medicinas necesarias.
Muchos
mexicanos están afiliados al Seguro Popular, pero no reciben la atención,
porque los Centros de Salud están muy lejos de las comunidades
marginadas. Según el CONEVAL y el Banco Mundial, en el gobierno de Fox, los
índices de pobreza bajaron, pero esta disminución no tiene continuidad y no
está sustentada con crecimiento de la economía. Entre 2000 y 2006, el
crecimiento del PIB per cápita fue apenas del 1.3%
La disminución
de la pobreza en el sexenio de Fox, se debió a los programas asistencialistas,
similares a los usados por sus antecesores y al aumento del presupuesto
de los distintos instrumentos para combatir la marginación. En ese
entonces, el sector público contaba con altos ingresos provenientes de la
exportación del petróleo y las altas remesas provenientes de los trabajadores
fuera de México.
La
investigadora del Colegio de México, Araceli Damián, cuestiona la metodología
que usó el gobierno de Fox para medir la pobreza y su forma
facciosa de la información de ésta.
Las elecciones
del 2006 fueron marcadas por el uso ilegal de los programas de Sedesol en
beneficio de Felipe Calderón a través de la entonces titular de esa secretaria,
Josefina Vázquez Mota y sus delegados estatales.
La manipulación
con la lista de beneficiarios tuvo éxito, ya que según la encuesta del
periódico Reforma difundida el 3 de julio, el 41% de los beneficiarios de
Oportunidades y el 44% de los inscritos en el Seguro Popular, los dos programas
más importantes del gobierno de Fox, votaron por el candidato del PAN.
El combate a la
marginación del gobierno de Felipe Calderón, ha sido un fracaso. La pobreza ha
aumentado, de 49 a
52 millones de mexicanos, según el CONEVAL.
Las entidades
donde más creció la pobreza fueron: el Estado de Veracruz, de 3.9 millones de
pobres en 2008 a
4.5 millones en el 2010 y Guanajuato, de 2.4 millones en 2008 a 2.7 millones de
marginados en el 2010.
La estrategia
que usa el actual gobierno federal para luchar contra la pobreza y marginación,
es la misma de hace 30 años. Los tecnócratas delegados de Sedesol, que muchas
veces cumplen también funciones partidistas, no han dando los resultados
esperados en el combate al flagelo de la marginación social. El
poco criterio de estos empleados hizo que 20 mil rarámuris, quedaran fuera del
programa Oportunidades, ya que no cumplieron con trámites burocráticos, por la
lejanía de sus comunidades de los centros de abasto.
El cambio
climático que se está dando en el mundo ha ocasionado la peor sequia en
70 años, en 17 estados de la República Mexicana.
Por esta
situación, podrían estar en riesgo de padecer hambre, 2.5 millones de
mexicanos, según el investigador Emilio Romero Polanco, del Instituto de
Investigaciones Económicas de la UNAM.
La sequía
también amenaza con aumentar los precios de granos básicos. 1.4 millones de
hectáreas padecieron los daños provocados por las condiciones climáticas
adversas. Esto también traerá como consecuencia que muchas comunidades se
quedarán sin granos para el autoconsumo.
Actualmente, 82
millones de mexicanos, es decir, el 72.5% de la población total, tiene al menos
una carencia social. Se encuentra en un nivel de pobreza que no le permite
tener una vida plena respecto a sus derechos sociales, señala el informe de
pobreza multidimensional del CONEVAL.
En conclusión:
urge cambiar los criterios y la política económica y social de combate a la
pobreza, para revertir las condiciones de la mayoría de los mexicanos y
ayudarlos a salir por su propio esfuerzo de esta condición de
marginalidad en la que están atrapados.
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