H, Matamoros, Tamaulipas:

Violencia y periodismo en México: Un acercamiento desde la ética


la otra cara de la verdad:por Jaime sosa


La situación de violencia que vive el país genera nuevos retos para los periodistas y para los medios de comunicación. Un componente fundamental de estos desafíos es la dimensión ética en la cobertura periodística ante esta nueva realidad. Si la ética, como dice Gabriel García Márquez, no es una condición ocasional sino que debe acompañar siempre al periodismo; si como dice Kapuscinski, la materia prima de los periodistas son las personas, entonces en un entorno de extrema violencia las consideraciones éticas del trabajo periodístico adquieren especial relevancia.
Obligada a informar sobre la violencia como hecho de interés público que es, la prensa enfrenta ahora una situación para la cual no estaba suficientemente preparada. Ataques contra civiles, ejecuciones múltiples,  violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades, son algunos de los hechos que forman parte de la agenda informativa cotidiana.
¿Cómo informar sobre los horrores de la violencia sin ser amarillistas? ¿Cómo hacerlo sin provocar el hastío o la indiferencia de los lectores? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre el derecho a la información de la sociedad y la responsabilidad? ¿Cómo hay que referirse a los hechos y a sus protagonistas? ¿Cómo informar sin convertirse en portavoces de los grupos en conflicto? ¿Es un asunto meramente policial? ¿Qué otros aspectos habría que cubrir y de qué manera? ¿Cómo cumplir con el deber a informar en una situación donde está en riesgo la vida misma de los periodistas?
Éstas son, entre otras, algunas preguntas que surgen de esta nueva realidad y cuyas respuestas podrían contribuir a la formulación de criterios que nos ayuden a los periodistas a cumplir de mejor manera con nuestro trabajo de informar a la comunidad lo que le ocurre. Son preguntas que urge responder porque sobre estas situaciones informamos todos los días con las consecuencias que ello implica.

 

El principio general


En una situación de urgencia y gravedad como la que vivimos donde hay que tomar decisiones cada día, podría parecer inútil remitirnos a preguntas del tipo: ¿Qué es el periodismo? ¿Cuáles son sus funciones?  Sin embargo, responder estas cuestiones de orden general adquiere pertinencia práctica pues proporciona un marco para resolver asuntos concretos.
Dice Vicente Leñero que el periodismo “es una forma de comunicación social a través de la cual se dan a conocer y se analizan hechos de interés público”1. Los periodistas informamos de hechos, pero no de cualquier hecho sino solamente de aquellos que, además de novedosos, son de interés público.

Desde mi punto de vista, la palabra interés no es sólo equivalente a interesante. No se refiere fundamentalmente a lo que resulta atractivo, despierta la curiosidad o cautiva. El interés público en periodismo tiene que referirse, ante todo, a aquello que atañe, que incumbe a una comunidad. Etimológicamente la palabra interés  viene del latíninteresse, que significa importar. Es decir: temas de los que se ocupa el periodismo tendrían que ser aquellos que importan a los miembros de una comunidad justamente porque se refieren a aspectos novedosos que incumben a su vida en sociedad.
Por supuesto que los textos periodísticos deben ser también interesantes, atractivos y cautivadores. El periodismo que no logra estos atributos es un periodismo mal hecho, pero lo que le da a un discurso su carácter de periodístico es el tipo de asuntos de los que se ocupa. No basta como criterio de selección periodística lo novedoso y lo interesante. Una nueva novela o la más reciente edición de una revista “para adultos” cumplen los atributos de novedosos y podrán resultar publicaciones interesantes para alguien, pero no son “periodísticos”.
La información periodística resulta fundamental porque se convierte en un insumo básico para que el destinatario de la misma pueda tomar decisiones y tomar postura en torno a los asuntos que ocurren a su alrededor. Como miembro de una comunidad local, nacional y mundial, la información veraz, precisa y oportuna sobre asuntos que le atañen le ayuda a formar su opinión y a decidir.
Si estamos de acuerdo con que esta es la razón de ser del periodismo podemos concluir que el tipo de información de que se ocupa, además de ser de novedosa e interesante, tiene que ser útil para que la gente comprenda qué está pasando a su alrededor y tenga mayores elementos para situarse frente a ella.
Esta reflexión no resuelve cada caso en particular, pero sí da un marco general para tratar situaciones específicas. Sobre la información que vamos a publicar, nos podemos preguntar: ¿Es de interés público o solamente es interesante? ¿De qué manera atañe a los miembros de la comunidad? ¿Les ayuda a tomar postura y tomar decisiones? Además de despertar la curiosidad, ¿es importante?

Publicar o no publicar


Existen posturas contrapuestas en torno a la manera como los medios deben tratar el tema de la violencia. En un extremo se encuentran quienes afirman que no hay que publicar malas noticias porque con ellas se deteriora la imagen de México y se provoca un desánimo nacional. En el otro extremo están los que defienden que hay que publicar todo porque la prensa tiene la obligación de decir la verdad tal cual es. El buen periodismo no se debate entre publicar o no publicar, sino que se plantea qué, cómo y para qué. Esta última pregunta obliga a reporteros, editores y directivos de los medios de comunicación a asumir la dimensión ética. Si consideramos lo planteado en el apartado anterior, la respuesta a la pregunta ¿para qué? tendría que ser: “publicamos para que la gente conozca mejor lo que está pasando a su alrededor y pueda plantar cara a esa realidad”.




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Editores periodico frontera

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