la otra cara de la verdad:por Jaime sosa
La
situación de violencia que vive el país genera nuevos retos para los
periodistas y para los medios de comunicación. Un componente fundamental de
estos desafíos es la dimensión ética en la cobertura periodística ante esta
nueva realidad. Si la ética, como dice Gabriel García Márquez, no es una
condición ocasional sino que debe acompañar siempre al periodismo; si como dice
Kapuscinski, la materia prima de los periodistas son las personas, entonces en
un entorno de extrema violencia las consideraciones éticas del trabajo
periodístico adquieren especial relevancia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6McZmQmycrCSGjq1aGO0wW1XxvkDpobkss7UWtJjawuOmHorT9VEZeJdHhz1YSRFWBw8tJtUlqKGKO617y5B9rvNTC7PFIZoct_g7fNIMj_3A3RveRx_dm53ZFS1moFg2k7uBPNfFTyM/s320/438372119_04d7cda95c_z.jpg)
¿Cómo informar
sobre los horrores de la violencia sin ser amarillistas? ¿Cómo hacerlo sin
provocar el hastío o la indiferencia de los lectores? ¿Cómo encontrar el
equilibrio entre el derecho a la información de la sociedad y la
responsabilidad? ¿Cómo hay que referirse a los hechos y a sus protagonistas?
¿Cómo informar sin convertirse en portavoces de los grupos en conflicto? ¿Es un
asunto meramente policial? ¿Qué otros aspectos habría que cubrir y de qué
manera? ¿Cómo cumplir con el deber a informar en una situación donde está en
riesgo la vida misma de los periodistas?
Éstas son, entre
otras, algunas preguntas que surgen de esta nueva realidad y cuyas respuestas
podrían contribuir a la formulación de criterios que nos ayuden a los
periodistas a cumplir de mejor manera con nuestro trabajo de informar a la
comunidad lo que le ocurre. Son preguntas que urge responder porque sobre estas
situaciones informamos todos los días con las consecuencias que ello implica.
El
principio general
En una situación
de urgencia y gravedad como la que vivimos donde hay que tomar decisiones cada
día, podría parecer inútil remitirnos a preguntas del tipo: ¿Qué es el
periodismo? ¿Cuáles son sus funciones? Sin embargo, responder estas
cuestiones de orden general adquiere pertinencia práctica pues proporciona un
marco para resolver asuntos concretos.
Dice Vicente
Leñero que el periodismo “es una forma de comunicación social a través de la
cual se dan a conocer y se analizan hechos de interés público”1. Los periodistas
informamos de hechos, pero no de cualquier hecho sino solamente de aquellos
que, además de novedosos, son de interés público.
Desde mi punto de
vista, la palabra interés no
es sólo equivalente a interesante. No se refiere fundamentalmente a lo que
resulta atractivo, despierta la curiosidad o cautiva. El interés público en
periodismo tiene que referirse, ante todo, a aquello que atañe, que incumbe a una comunidad. Etimológicamente la
palabra interés viene
del latíninteresse, que significa importar. Es decir:
temas de los que se ocupa el periodismo tendrían que ser aquellos que importan
a los miembros de una comunidad justamente porque se refieren a aspectos
novedosos que incumben a
su vida en sociedad.
Por supuesto que
los textos periodísticos deben ser también interesantes, atractivos y
cautivadores. El periodismo que no logra estos atributos es un periodismo mal
hecho, pero lo que le da a un discurso su carácter de periodístico es el tipo
de asuntos de los que se ocupa. No basta como criterio de selección
periodística lo novedoso y lo interesante. Una nueva novela o la más reciente
edición de una revista “para adultos” cumplen los atributos de novedosos y
podrán resultar publicaciones interesantes para alguien, pero no son
“periodísticos”.
La información
periodística resulta fundamental porque se convierte en un insumo básico para
que el destinatario de la misma pueda tomar decisiones y tomar postura en torno
a los asuntos que ocurren a su alrededor. Como miembro de una comunidad local,
nacional y mundial, la información veraz, precisa y oportuna sobre asuntos que
le atañen le ayuda a formar su opinión y a decidir.
Si estamos de
acuerdo con que esta es la razón de ser del periodismo podemos concluir que el
tipo de información de que se ocupa, además de ser de novedosa e interesante,
tiene que ser útil para que la gente comprenda qué está pasando a su alrededor
y tenga mayores elementos para situarse frente a ella.
Esta reflexión no
resuelve cada caso en particular, pero sí da un marco general para tratar
situaciones específicas. Sobre la información que vamos a publicar, nos podemos
preguntar: ¿Es de interés público o solamente es interesante? ¿De qué manera
atañe a los miembros de la comunidad? ¿Les ayuda a tomar postura y tomar
decisiones? Además de despertar la curiosidad, ¿es importante?
Publicar o no
publicar
Existen posturas
contrapuestas en torno a la manera como los medios deben tratar el tema de la
violencia. En un extremo se encuentran quienes afirman que no hay que publicar malas noticias porque con ellas se deteriora
la imagen de México y se provoca un desánimo nacional. En el otro extremo están
los que defienden que hay que publicar todo porque la prensa tiene la
obligación de decir la verdad tal cual es. El buen periodismo no se debate entre publicar o no publicar, sino que se plantea qué, cómo y para qué.
Esta última pregunta obliga a reporteros, editores y directivos de los medios
de comunicación a asumir la dimensión ética. Si consideramos lo planteado en el
apartado anterior, la respuesta a la pregunta ¿para qué? tendría que ser:
“publicamos para que la gente conozca mejor lo que está pasando a su alrededor
y pueda plantar cara a esa realidad”.
0 comentarios:
Publicar un comentario