¿Fuerza Tamaulipas?
-Inseguridad frena el desarrollo en la entidad
-Atribuyen secuestros….¡a la Unidad Antisecuestros!
-Favorece a policías
corruptos falta de credibilidad de la prensa
ES TEMA
recurrente la inseguridad que prevalece en Tamaulipas, lo mismo en sus zonas
urbanas y rurales, que en las carreteras federales y caminos vecinales.
En alta
medida, tal calamidad se ha convertido en pesado lastre que impide el
desarrollo económico y la generación de empleos en esta entidad federativa.
Con todo y
cifras alegres, la realidad es que inversionistas y sus capitales prefieren
otras latitudes del territorio nacional, derivado de la falta de seguridad.
Desde esa óptica, prácticamente de nada han servido los 15 mil millones de
pesos del erario estatal, gastados en la construcción de cuarteles y
manutención de tropas y equipo de las fuerzas federales de apoyo.
Los asaltos
carreteros, secuestros y el alarmante incremento de los delitos llamados del
fuero común son el pan de cada día en la esquina noreste del país. Ante tan
triste realidad, en nada influyen en la opinión pública los sonrientes
boletines oficiales.
Pero la
situación se ha tornado peor, ante el desempeño deshonesto de la corporación
policial pomposamente llamada Fuerza Tamaulipas.
Recientemente, en una supuesta estrategia para combatir ese flagelo, los
gobiernos federal y estatal acordaron la creación de la Unidad Antisecuestros
ante la ola de desapariciones forzadas entre empresarios de la localidad.
Sin embargo
el gozo se ha ido al pozo, ante la verdadera calamidad en que se ha
transformado ese grupo creado, supuestamente, para liberar a los secuestrados y
arrestar a los responsables.
En efecto,
ante la imposibilidad de presentar denuncias formales por acciones
intimidatorias, ciudadanos de distintos estratos sociales se quejan de las
extorsiones y secuestros momentáneos por parte de los elementos que integran la
Unidad Antisecuestros de la Fuerza Tamaulipas.
Por razones
obvias se omiten nombres y casos concretos, aunque, eso sí, la mala actuación
de esa fuerza del orden se centra en comerciantes de nivel medio.
Recientemente, a ese grupo policial “se les desamarró el toro”-como se
dice en el argot policiaco-y tuvieron que liberar a una persona por la cual
pedían 100 mil dólares de rescate, cantidad que finalmente bajó hasta los diez
mil billetes verdes.
Evidencia
clara y concisa de fotografías de placas y número de las unidades participantes
durante un operativo en el centro de la ciudad, fueron la
clave para que el secuestrado recuperara su libertad, no sin antes haber sido
despojado de dinero y pertenencias personales.
Como el caso
antes expuesto existen otros que se han registrado, sobretodo en colonias periféricas,
sin que exista denuncia formal por la amenaza de los deshonestos servidores
públicos integrados a la Unidad Antisecuestros de la Fuerza Tamaulipas.
Para buena
fortuna de esa corporación armada, las denuncias públicas que se hacen a través
de algunos medios de comunicación no generan ningún impacto mediático, como
consecuencia del descrédito y pérdida de credibilidad de los informadores.
El
sometimiento de la prensa local por parte del crimen organizado que limita y
acota información, prácticamente está beneficiando a los policías corruptos al
considerar la superioridad que las denuncias en su contra es producto de
información manipulada por los individuos fuera de la ley, para desprestigiar a
la corporación.
Lástima en
verdad que en Tamaulipas, además de la presencia de grupos delictivos que
impiden el desarrollo económico y la generación de empleos, ahora se sumen los
actos deshonestos de la Fuerza Tamaulipas y la Unidad Antisecuestros.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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