-Latente la inconformidad ciudadana
-Planicie y falta de bombeo son las causas
-Fenómenos atípicos, veneno
para la autoridad
A PESAR de
los días transcurridos, todavía es tema de comentarios los daños e inundaciones
provocados por la tromba que azotó la región la mañana del pasado viernes.
La
naturaleza descargó poco más de siete pulgadas de agua en tan solo un par de
horas, con los resultados ya de sobra conocidos a través de los medios de
comunicación y las redes sociales.
Al margen de
los trastornos ocasionados por el acumulamiento de agua que, incluso, alcanzó
lugares y hogares que usualmente no se inundaban, el fenómeno meteorológico
también generó efectos colaterales asociados con posturas partidistas.
Independientemente
de las respetables opiniones manifestadas a través de las redes sociales, lo
cierto es que tanta agua en tan poco tiempo, lógicamente, genera una
contingencia como la de la semana pasada, sin que la autoridad local en turno,
sea cual fuere el partido de extracción, esté en condiciones de resolver en
poco tiempo.
Tienen
razón las opiniones que señalan la falta de mantenimiento preventivo de
canales, redes de drenaje, alcantarillas y sistemas de bombeo, para un rápido
desalojo del agua en las zonas bajas y no tan bajas. También, quienes
consideran que las bombas de la Comisión Nacional del Agua almacenadas en
ciudad Reynosa deben trasladarse antes de que se presenten torrenciales lluvias
y no durante o después del paso del meteoro.
Sin
embargo, es justo y objetivo subrayar que durante años esta ciudad fronteriza
enfrenta problemas de inundación como consecuencia de las condiciones
topográficas y, además, por la irresponsabilidad de fraccionadores, quienes,
con complicidad oficial, han construido unidades habitacionales en resacas o
esteros naturales. No hay que olvidar que esta región noreste tamaulipeca era
conocida como “San Juan de los Esteros”.
En
consecuencia, la planicie en donde se ubica Matamoros, aunado a la falta de un
sistema de bombeo de aguas pluviales al no operar uno que se rija por gravedad
y, por qué no, la probable falta de mantenimiento al equipo actual son los
factores que colapsan la vida cotidiana cuando se presentan ese tipo de lluvias
abundantes.
Pero no tan
solo eso.
Desafortunadamente, la falta de cultura ciudadana respecto al manejo de la
basura y desechos domésticos también aporta su granito de arena en eso de las
inundaciones. Los malos hábitos y costumbres de irresponsables ciudadanos
tampoco podrán cambiar de la noche a la mañana, con todo y la imposición de
sanciones administrativas. La solución tendría su origen en acciones
culturales.
Es
entendible que el malestar de los matamorenses afectados en sus hogares por las
inundaciones, o bien, voces discordantes por motivos políticos responsabilicen
del caos a la autoridad municipal. Es probable que sus posturas tengan el
soporte adecuado en sus argumentos.
No
obstante, una opinión que trata de ser lo más objetiva posible sugiere que, al
margen de responsabilidades, no hay que pasar por alto el verdadero origen de
las inundaciones en este puerto fronterizo. Los cambios climáticos provocados
por el calentamiento global son causas de fenómenos meteorológicos atípicos,
como los que hoy en día se presentan en distintas latitudes del globo
terráqueo.
Aunque,
claro, ante tales condiciones a la autoridad municipal en
turno no le queda más salida que la labor de prevención.
Y hasta la próxima.
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