H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO



            Hueso duro de roer

-Terrible anarquía del transporte público
-Gobierno “le saca” a los concesionarios
-Ni un Gonzalo ni tres podrán con el paquete
-¿Se atreverá la administración panista?

    MIENTRAS el transporte público continúe en manos de un grupo privilegiado y el gobierno siga con su política de no abrir ese necesario e importante servicio urbano, no habrá poder que meta en cintura a los permisionarios y sus choferes.
    La anarquía que prevalece en las principales ciudades tamaulipecas va en razón proporcional a la apatía gubernamental por someter a los pulpos transportistas.
    En consecuencia, la autoridad estatal nada puede hacer para regularizar rutas, trato al pasaje, continuidad de las corridas y, sobre todo, hacer respetar el reglamento de tránsito local.
    Cualquier medida de presión por parte de la autoridad estatal o municipal de inmediato es desactivada mediante la suspensión parcial del transporte colectivo.
    Justo ahí es donde radica la mayor fuerza de los transportistas y la agrupación sindical a la que pertenecen, tal y como ha quedado de manifiesto en más de una ocasión.
    Por lo tanto, no es objetivo responsabilizar de la anarquía vial que padece esta entidad federativa al subsecretario Estatal del Transporte, GONZALO TREVIÑO ALANIS, quien, por cierto, fue objeto de tupida andanada mediática durante su estancia en Matamoros, la semana pasada.
    Hay quienes ubican al ingeniero de profesión egresado del Instituto Tecnológico de Matamoros como un serio aspirante a la candidatura priísta a la diputación federal del año próximo.
    Derivado de ello, TREVIÑO ALANIS es responsabilizado del grave problema, que en materia de transporte colectivo se padece en la esquina noreste del país.
    Si bien es cierto que como funcionario está expuesto a involucrarse en algunas componendas, también es cierto que intereses más poderosos son los que marcan la pauta en ese rubro, por encima, incluso, de la Dirección Estatal del Transporte.
    Cuestión de recordar el grave problema que se vivió recientemente en esta ciudad fronteriza con la paralización del transporte urbano durante la hora pico matutina.
    La movilización de miles de obreros a sus centros de trabajo se colapsó durante las tres horas que ese servicio urbanístico estuvo suspendido.
    Bastó esa demostración de fuerza para que los gobiernos federal y estatal suspendieran de inmediato el decomiso de los llamados “taxis pirata” que operan de manera irregular.
    Quienes manejan el transporte colectivo urbano saben, bien que saben, que tienen sometido al gobierno, por lo que continuamente exigen aumento en las tarifas, sabedores de que ellos cooperan con las movilizaciones masivas durante las campañas de proselitismo político.
    Por lo tanto, se antoja más que difícil que en Matamoros, por ejemplo, las mal llamadas peseras respeten el reglamento vial. También será una labor ardua que los conductores suban y bajen pasaje en las paradas oficiales que en breve se habrán de señalar.
    Actualmente, a pesar de la dureza con que actúa en algunos rubros la autoridad municipal que encabeza LETICIA SALAZAR VAZQUEZ, los choferes del transporte colectivo se detienen en pleno arroyo de calle o avenida para subir o bajar a los usuarios, con todo lo que ello implica.
    Hacer respetar la normatividad en la materia podría desencadenar la ira de los pulpos del transporte, quienes, escudados en su sindicato, podrían colapsar en cualquier momento ese servicio.
    La anarquía del transporte urbano desluce otras logros de la administración municipal panista, tales como la campaña antialcohol en las principales avenidas, prohibición de vidrio en la playa Costa Azul, la regulación de los antros de vicio en sus horarios de operación y el rescate de algunas dependencias municipales.
    Ya es momento de que se ponga un freno a los permisionarios transportistas y se les obligue a respetar la ley y, desde luego, la urgente modernización del parque vehicular.
     Mientras el gobierno del estado no se decida actuar con mano dura para atacar esa problemática, ni un Gonzalo Treviño ni dos ni tres podrán terminar con ese desorden que prevalece en las principales ciudades tamaulipecas.
   Y hasta la próxima.

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Editores periodico frontera

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