H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO



Por Mario A. Díaz

                 ¿Round perdido?

- Suspendido el Operativo Mercurio
- ¿Con los dedos contra la puerta?
- ¿Tregua temporal como estrategia?
- Ah, caray… ¿apoyando a la competencia?

    AL MENOS en Matamoros, el Operativo Mercurio del gobierno estatal, encaminado a sacar de circulación a los llamados “taxis pirata” no llegó a buen puerto.
   La incursión de la Policía Estatal Acreditada, que dejó un saldo de 15 vehículos asegurados y depositados en el corralón municipal el miércoles de la semana pasada, provocó que los trabajadores del volante que operan de manera irregular protestaran al día siguiente en la explanada de la Plaza Hidalgo.
     Reconociendo que actúan al margen de la normatividad, pero con el argumento de que trabajan para  sostener a sus familias, los inconformes solicitaron la intervención de la autoridad municipal y de la Delegación Estatal del Transporte.
   Pero no solo eso.
   Al menos oficialmente, algunos sindicatos se solidarizaron con su postura. El Frente Único de Trabajadores de Autos de Alquiler, Maxitaxis y Conexos (
FUTAAMYC) hizo sentir su presencia y ordenó la suspensión de actividades de las llamadas peseras desde poco antes de la siete de la mañana hasta alrededor de la una de la tarde.
    La medida extrema colapsó el sistema de transporte colectivo, impactando a la planta productiva al impedir que los trabajadores llegaran a tiempo a sus centros de trabajo. También el ausentismo escolar fue un efecto colateral de la postura sindical.
     Seis horas sin transporte colectivo en esta ciudad fronteriza fueron suficientes para que el gobierno del estado cancelara el operativo Mercurio, ante la revirada de los trabajadores del volante.
    Es decir, en la medición de fuerza, prácticamente la autoridad estatal perdió el primer round con quienes desde hace varios años se dedican a trasladar pasajeros de un punto a otro sin contar con la concesión respectiva ni tampoco con la documentación en regla de los vehículos que utilizan para tal fin.
    Estimativamente, son alrededor de 800 taxis pirata que brindan ese servicio a bajo costo y con mayor rapidez, superando en ese sentido a los asociados del FUTAAMYC.
    Mediante la devolución de los autos decomisados y la promesa de que se analizará su situación para incorporarlos a la legalidad, se desactivó el conflicto que derivó en la paralización temporal del servicio de transporte urbano en Matamoros.
     No obstante, quedó en el ambiente la percepción de que en realidad se trata de una especie de tregua, para dar tiempo a que la Delegación Estatal del Transporte se coordine con las autoridades federales que tienen a su cargo la nueva estrategia en materia de seguridad pública en Tamaulipas.
    Resulta un tanto incomprensible cómo le hará el gobierno del estado para otorgar 800 nuevas concesiones, sumado a que la gran mayoría de las unidades ilegales son de procedencia extranjera y, en algunos de los casos, robadas.
    Menos aún cuando la estrategia del secretario de Gobernación MIGUEL ANGEL OSORIO CHONG contempla la regulación del trasporte colectivo, ante la sospecha de que este servicio se utiliza también en actividades fuera de la ley.
     Aunque, es objetivo señalar, el problema de los taxis pirata es herencia que recibió el actual sexenio del ingeniero EGIDIO TORRE CANTU de parte de sus antecesores. De diez años a la fecha, esa lucrativa actividad se ha incrementado notablemente en la tierra de Rigo Tovar.
    Al margen de responsabilidades, lo cierto es que la apatía, complicidad y negligencia oficial, aunadas a oscuros intereses, son factores que ahora prácticamente tienen sometido al gobierno estatal.
    El control del transporte colectivo por grupos no gubernamentales se ha convertido en una punta de lanza que amaga a la autoridad constituida. Los hechos del pasado jueves hablan por sí solos.
    Por cierto, vale la pena analizar detenidamente la postura asumida en el conflicto por el sindicato que aglutina a los operadores de peseras y taxis.
    No resulta lógico que el organismo sindical que trabaja dentro de la normatividad oficial apoye abiertamente y con acciones extremas a quienes no solo no cumplen con lo estipulado en la ley estatal de transporte sino que, además, son potencial y desleal competencia.
    Ni hablar.
    Y hasta la próxima.
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Editores periodico frontera

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