H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO



Por Mario A. Díaz

               ¿De nada sirvió?

-Probables dos buenos resultados
-Que no costará manutención de soldados
-¿Y la primera estrategia?
-¿Mejorará la infraestructura urbana?

    EL cambio de estrategia del gobierno federal y estatal para frenar la violencia en Tamaulipas sugiere dos grandes beneficios. Uno, el probable regreso de la tranquilidad de los ciudadanos de buen vivir y, dos, el sustancial ahorro presupuestal que pudiera convertirse en obras de beneficio colectivo.
   En efecto, el plan de trabajo en materia de seguridad pública anunciado la semana pasada, en ciudad Reynosa, por el Secretario de Gobernación MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG contempla el envío de fuerzas federales para desarticular grupos delictivos.
    La intervención directa del gobierno del presidente ENRIQUE PEÑA NIETO en la esquina noreste del país, obviamente, estará a cargo de la Federación, por lo que los gastos inherentes no serán soportados por las finanzas estatales.
    Como es sabido, la estrategia anterior implementada en el sexenio del mandatario EGIDIO TORRE CANTU consistió en solicitar apoyo al gobierno federal con el envío de personal del Ejército Mexicano y la Policía Federal.
   La Federación atendió el llamado de auxilio del gobernante tamaulipeco y autorizó el envío de tropas y vehículos bajo la condición que los gastos de hospedaje, alimentación, refacciones y carburantes corrieran a cargo de las finanzas cuerudas.
    En consecuencia, por esa entendible razón, la administración estatal torrista ha enfrentado problemas económicos que se han traducido en un estancamiento del progreso urbano.
    Una vez que el gobierno estatal ha reconocido el grave problema que representa la inseguridad pública en la mayor parte del territorio tamaulipeco y el gobierno de PEÑA NIETO ha tomado cartas en el asunto, se da por hecho que los gastos de la nueva estrategia ya no impactarán las arcas estatales.
     Si las cosas se dan como parece, dentro de lo malo, lo bueno será que el sustancial ahorro en el rubro de manutención de tropas federales, teóricamente, deberá aterrizar en obras de infraestructura urbana.
     Vale la pena mencionar que, a diferencia del estado de Michoacán, en Tamaulipas la Secretaría de Gobernación integró tres ejes rectores y cuatro regiones focalizadas para enfrentar al crimen organizado.
    A diferencia de la entidad purépecha en donde el presidente PEÑA NIETO designó un comisionado, haciendo a un lado al gobernador FAUSTO VALLEJO, en Tamaulipas, a través de OSORIO CHONG, se nombraron cuatro comisionados de alto rango provenientes de la Secretaría de la Defensa Nacional.
     Como es del dominio público, el Ministro del Interior, previa radiografía de la entidad, determinó que la región norte contempla los municipios de Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros. En la costa, los focos rojos están encendidos en Tampico, Madero y Altamira. En el sur Mante y puntos aledaños, y Victoria y Llera en el centro tamaulipeco.
    Sin ánimo de comparativos odiosos, es objetivo y justo preguntarse ¿de qué sirvieron los millones y millones de pesos que el gobierno de EGIDIO TORRE CANTU invirtió en la manutención de fuerzas federales?
    Durante alrededor de tres años las finanzas tamaulipecas gastaron millonario presupuesto en ese rubro, con nulo beneficio ciudadano en materia de seguridad pública.
    Los asaltos carreteros, los enfrentamientos armados en la zona conurbada, en la capital de la entidad y en la frontera norte son claros ejemplos de que para maldita cosa sirvió la sobrevigilancia de soldados, marinos y policías federales a lo largo y ancho de esta entidad federativa.
    Como una actitud positiva sugiere no ver hacia atrás, los tamaulipecos esperan que la nueva estrategia de seguridad regrese la tranquilidad que merecen los ciudadanos que viven o que tienen necesidad de trasladarse por esta región noreste de la república mexicana.
   Aunque, claro está, la pérdida de confianza y falta de credibilidad hacia los gobiernos federal y estatal en el tema de la inseguridad provoca pocas manifestaciones de entusiasmo ciudadano.
    Para mala fortuna de la flamante estrategia peñista, existe una percepción generalizada en el sentido de que se trata de más de lo mismo y que en realidad el grave problema no será atacado a fondo.
    De ahí que, al menos, tenga especial relevancia el ahorro en las finanzas estatales que teóricamente traerá consigo el plan de trabajo federal para desarticular grupos delincuenciales.
     Es decir, los ciudadanos tamaulipecos esperan que si no regresa la tranquilidad en las carreteras y principales ciudades en la entidad, al menos se observe algún avance en materia de obra pública y programas sociales.
     En caso contrario, será mayor la pérdida de confianza a estas dos instancias de gobierno.
    Y hasta la próxima.

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Editores periodico frontera

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