Vive
en terrenos del Exbasurero de Altamira sin apoyo alguno
Por:Lidia
Rita Bonilla Delgado
URBE
INDUSTRIAL.-La pequeña Abigail cuenta apenas con un año y medio de edad, asoma
su rostro en busca de su madre, tras la
puerta hechiza con yute, fibra de los
sacos que utilizan en algunas industrias para contener materiales diversos y
que desechan aun en buen estado, pudiéndolos adquirir con los recicladores a
bajo costo, con este mismo material está hecha la improvisada casa, junto con algunas laminas de cartón y madera,
lugar que es habitan siete personas, desde hace más de dos años; 5 de ellas son menores.

La
paupérrima e improvisada vivienda esta levantada en los terrenos que alguna vez
fueron el basurero municipal de Altamira, y que hoy colinda con algunos
sectores de la colonia Los Presidentes.
Por
cierto, el sitio fue clausurado a mediados del 2003, al abrir el relleno sanitario en el
ejido Francisco Medrano, por las autoridades municipales que con el aval del
gobierno estatal se comprometió a sanear las más de seis hectáreas ocupadas por
el basurero y transformarlo en una unidad deportiva, sin que hasta la fecha las
posteriores administraciones de estos dos ámbitos gubernamentales hayan
cumplido con abatir el pasivo ambiental que latente permanece hasta el momento.
En
febrero del 2009, el exbasurero fue reutilizado como destino final de más de
300 toneladas diarias de basura durante poco más de un mes por el Ayuntamiento a instancias
de la
Agencia Ambiental Estatal que clausurara el
relleno sanitario argumentando que éste no
cumplía con algunos lineamientos y estándares, comprometiéndose igual a sanear
el espacio donde se depositaron los residuos de los tres municipios, pero ese compromiso no ha sido cumplido por
autoridad alguna, quedando más bien en
el olvido el anuncio de invertir cinco millones de pesos para habilitarlo como
unidad deportiva.
En estos terrenos hoy se levantan como un cinturón de miseria otras 15 viviendas
que junto a la de Abigail, no cuentan con la anuencia de autoridad alguna, a pesar de que los terrenos
ya lotificados han sido adquiridos en varias ocasiones a quienes aparecen como
legitimas propietarios, los ejidatarios Elvira Corona y Pedro Maldonado, ya que
en sus mejores tiempos eran productivas parcelas del ejido “Villas de
Altamira”, mismo que ha sido absorbido por la mancha urbana y que está a punto de desaparecer.
Regresando
con la pequeña Abigail y su familia que
vive en terrenos ilegales, por lo que no pueden acceder a
programa de apoyo alguno de los instrumentados por las diferentes instancias,
incluso están marginadas del tan cacaraquaeado programa contra el Hambre, decretado por el presidente Enrique Peña
Nieto a través de la Secretaria de
Desarrollo Social, tampoco pueden acceder al programa de piso firme.
Cuenta Martha Patricia, que hace poco más de dos años llegaron a vivir al
lugar donde les dieron permiso los ejidatarios, ya que no cuentan con una
vivienda, antes, lo hicieron en la colonia Lázaro Cárdenas en la casa de un
familiar de su esposo Ricardo Saucedo
Numa , pero fue vendida y ellos tuvieron que buscar donde irse a vivir
llegando a ese lugar, porque tampoco cuenta con trabajo.
Narra que están viviendo en el terreno en calidad
de préstamo, ya que tiene varios problemas legales pues al parecer hay varios
dueños, y ella está en lo que sería la calle de ser urbanizado. Tienen la esperanza de que en su momento les
ayuden a hacerse de un terreno cuando se regularicen.
De la brigada contra el Hambre , comenta que
pretendió acceder al de piso firme, porque con las lluvias se inunda su casa,
pero por no contar con documento alguno
no fue posible contar al menos con un pisito, pero ni las peticiones realizados
con la diputada Irma Leticia Torres han sido atendidas, ya que argumentan no
hay aun apoyos.
Su esposo comenta trabaja de manera libre para
servicios públicos del municipio, pero se accidento lastimándose un ojo y está
incapacitado al verse afectado por un accidente.
Sin agua, sin luz, sin piso, transcurren los días,
con problemas de desnutrición de los pequeños, la más susceptible es Abigail
que enfrenta el problema de desnutrición, yendo a parar incluso al hospital
Rodolfo Torre, al verse afectada por la contaminación y los escurrimientos que
aun hay.
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