Por
José de la Paz Bermúdez Valdés
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Resultó muy cara la
indiferencia del magisterio.
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¿Por qué caravanas para
cuidar carreteras?
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La ambición por el dinero:
Gobierno estatal no quiere dejar nada a las familias tamaulipecas.
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Observado.
Resultó
muy cara la indiferencia del magisterio.
Cuando
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) lanzó el grito
de alerta de que la supuesta Reforma Educativa constituía un atentado a los
derechos del magisterio, la mayoría de los profesores en México afiliados al
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desoyeron la
advertencia.
Prefirieron
creer en las escenas que el gobierno de la república al través de las televisoras nacionales, esas, que anualmente
reciben miles de millones de pesos de exención en el pago de impuestos,
difundían, mostrando a unos vándalos que todo lo destruyen, como los prototipos
de la antítesis del magisterio nacional.
Evidentemente
el gobierno de la república se había preparado con mucha anticipación para dar
el golpe decisivo al magisterio. Primero sacaron del ostracismo político al
responsable de las muertes de Acteal, al expulsador de Elba Esther Gordillo de
la coordinación de los diputados del PRI en la cámara de diputados: Emilio
Chauffet Chemor.
Lo
rehabilitaron para combatir a la ex dirigente del SNTE, quien se había
convertido en un lastre no tan sólo para la educación, sino también para el
gobierno de la república, ante sus excesos y desplantes que vulneraban la vida
del país.
Se
prepararon y la metieron en la cárcel. La sociedad entera aplaudió la medida.
Elba Esther había arribado a un estado de odio social, el desprecio social era
mayoritario y pocos, muy pocos apreciaron que su encarcelamiento era preludio
de otras acciones.
Así,
sin el contrapeso que significaba la presencia de la ex cacique magisterial, se
avanzó a controlar a sus compinches, a uno lo ascendieron y lo condicionaron
Juan Díaz asumiría la dirección de un
sindicato silenciado por la complicidad. No habría protestas, no habría
desplantes y sí la Guadiana pendiéndose de su cabeza, en el supuesto de querer
asumir posturas de defensa de los intereses gremiales.
En
ese contexto, se dio a conocer la supuesta Reforma Educativa. Un atentado a los
derechos y conquistas magisteriales. Previamente se deslegitimó al magisterio,
se le hizo aparecer como el responsable del bajo rendimiento educativo del
país. La estrategia funcionó.
Los
únicos que no se tragaron el anzuelo fueron los Maestros pertenecientes a la
CNTE, quienes de inmediato protestaron, discutieron, señalaron los riesgos de
aprobar esas modificaciones constitucionales. No se atendió su llamado. La sordera magisterial hoy los hace presa del
más ignominioso abuso del magisterio nacional.
Hoy,
gracias a esas reformas constitucionales, el magisterio tiene que cumplir con
jornadas laborales de más de ocho horas, tiene que atender los requerimientos
de la demagogia oficial que ha decretado la instalación de escuelas de tiempo
completo, sin incrementar las percepciones de los docentes.
Los
ha convocado a una supuesta actualización, acción esta que es la más burda
farsa, los cursos siguen siendo impartidos por los mismos docentes en la
denominada acción de multiplicación de conocimientos, que no es otra cosa que
un docente de una escuela, de una zona escolar o de un sector le impartan
cursos a sus compañeros.
A
quien imparte los cursos no se le paga el trabajo adicional. A los asistentes a
dichos cursos a contra turno, es decir a los que laboran en turno matutino la
asistencia a cursos tendrá que ser en el turno vespertino y viceversa y a
quienes trabajan en doble plaza la asistencia a cursos deberá ser en sábados.
En
realidad no hay tal actualización se trata de mantener ocupados a los docentes,
de distraerlos, para evitar que se organicen y protesten. Saben y saben bien,
que el SNTE no protestará, está comprometido a guardar silencio y mientras
tanto se violentan los derechos laborales, profesionales y constitucionales del
magisterio.
¿Quién
pagará a los docentes las horas de asistencia a dichos cursos? ¿Quién certifica
la calidad de esos cursos? ¿Por qué la SEP no quiere invertir en la
preparación, actualización y superación del magisterio? ¿Por qué esa conducta
de explotación inmisericorde en pleno siglo XXI?
Realmente
no hay avance en la educación. Las acciones emprendidas supuestamente de
cumplimiento de los 200 días que comprende el calendario escolar tan sólo es el
pretexto para convertir a las escuelas en guarderías infantiles, en
instituciones que cuiden a los niños durante el periodo que los padres de
familia se desempeñan como obreros en la industria manufacturera del país.
La
pretensión es clara, se quiere que México sea un país de mano de obra barata.
Constituye
una farsa la supuesta Reforma Educativa, no hay acciones concretas para superar
al magisterio nacional y hoy dicho magisterio paga caro su irresponsable
silencio, su falta de solidaridad con quienes desde las trincheras de luchas
les lanzaron el llamado a la insurrección.
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¿Por
qué caravanas para cuidar carreteras?
Gran
admiración causó la declaración del Comisario de la Policía Federal en
Matamoros en el sentido de que con el objeto de ofrecer seguridad en la
carretera Matamoros-Victoria, diariamente saldría una escolta que protegería al
convoy formado por los ciudadanos que deseen viajar de esta ciudad fronteriza a
la capital del estado.
La
mayoría nos preguntamos ¿Por qué no erradicar el mal de raíz? ¿Por qué no
combatir a esos delincuentes que asaltan, extorsionan, despojan y asesina a los
inermes ciudadanos que viajan por dicha carretera?
Realmente
resulta inexplicable el derroche de recursos públicos por no cumplir con la
función principal que tiene la Policía Federal: Proteger y ofrecer seguridad a
la ciudadanía.
No
es posible que los ciudadanos sólo podamos viajar a la hora que dicha
corporación tiene asignada para escolar a los viajeros. Las actividades
sociales, comerciales y de toda índole no pueden estar paralizadas hasta que
ellos puedan acompañarnos en el viaje.
¿Entonces
para que nos cobran impuestos? Y hay que aceptar que no son pocos. ¿Para qué
tantas exigencias de las dependencias recaudatorias, si lo principal es que no
nos pueden ofrecer seguridad? Resulta un insulto la medida adoptada.
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La
ambición por el dinero: Gobierno estatal no quiere dejar nada a las familias
tamaulipecas.
Y
en esto de la inseguridad vemos que la ambición del gobierno estatal por
recaudar no tiene moderación. ¿Dónde está su participación para ofrecernos
seguridad? ¿O su papel es sólo cobrar impuestos?
El
cinismo de toda la estructura gubernamental no tiene límites, desde el esbirro
jefe de oficina fiscal como es el caso de Alfonso Guzmán Guerra en Matamoros,
que diariamente hace declaraciones para exigir el pago de nuestros impuestos,
pero jamás nos informa cuándo habrán de invertirse esos dineros en obra alguna.
Lo
último que se les ha ocurrido es exaccionar a los ciudadanos, cobrándoles por
dar de baja vehículos que hace mucho tiempo que no circulan, que fueron
destruidos, que fueron víctimas de algún delito pero que los cobradores
estatales tienen registrados.
Según
ellos más de 40 por ciento del padrón amañado que poseen se encuentran en este
concepto, entonces lo más sencillo sería darlos de baja al no registrar
movimiento alguno en un periodo de dos años. Pero no, ellos quieren cobrar no
quieren dejar de recaudar.
Con
desvergüenza declaran que con sólo 388 pesos pueden dar de baja los vehículos ¡!
Qué buenas gentes”!! ¿Por qué no darlos de baja sin cobrar nada? ¿Por qué no
ayudar a la economía de miles de familias?
Ojalá
el gobernador del estado entendiera que estamos en momentos difíciles, que ese
adeudo no es importante para el gobierno, tienen años sin recuperar ese dinero,
y que jamás lo recuperarán, entonces, ¿por qué no actuar con criterio humano?
¿Será mucho el hambre de dinero?
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Observado.
Matamoros
requiere, se hace indispensable que sus autoridades trabajen por el bien común,
ya basta de dedicar el tiempo a hechos y actos que corresponden a la etapa
eleccionaria. Urgen proyectos, realizaciones, obras.
Las
simples buenas intenciones no resuelven la problemática de un municipio que
crece, que espera de cara al futuro que quien dirige su destino deje a un lado
sus ilusiones juveniles, sus sueños de jugar al enamoramiento y transite hacia
la madurez, hacia la consecución de una realidad.
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