El mexicano Édgar Tamayo Arias murió este miércoles cerca de las 21:30 hora tras la aplicación de lainyección letal en la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas, luego de que la ejecución se retrasara por casi cuatro horas en las cuales se esperó la resolución de la Suprema Corte de Estados Unidos ante un último recurso de apelación que la defensa presentó minutos antes de la hora prevista para la ejecución.
La aplicación de la sentencia estaba prevista para éste miércoles a las 18:00 horas.
Antes de su ejecución el mexicano se dijo "listo" para morir pues veinte años en el corredor de la muerte "son demasiados". El preso no pidió ningún menú especial y comió el que estaba disponible en la prisión: costillas de puerco, arroz, verduras, maíz, café y té.
A petición suya, ninguno de sus familiares presenció la ejecución; asistieron diversos parientes del agente asesinado, entre ellos la madre, Gayle Gaddis, y otros familiares cercanos.
Los padres del morelense, Héctor Tamayo e Isabel Arias, pasaron dos horas con su hijo la mañana de este miércoles; y las otras dos horas autorizadas para la última visita, las compartió con sus dos hijas.
Tamayo, de 46 años, fue condenado a la pena de muerte en 1994 por el asesinato del policía Guy P. Gaddis, quien detuvo al mexicano junto con su amigo Jesús Mendoza, el 31 de enero de 1994 al salir de una fiesta, luego de que Mendoza supuestamente perpetraran un robo contra un ciudadano estadounidense.
El policía los esposó y los metió en su patrulla, sin embargo hizo una parada y al regresar al vehículo recibió tres disparos por la espalda. El arma con la que se hicieron los disparos fue encontrada en la parte de atrás de la patrulla, pero sin huellas dactilares de Tamayo o Mendoza.
A Tamayo Arias se le realizó la "prueba de Harrison" para detectar residuos de explosivos tras una detonación de arma de fuego, y ésta tuvo un resultado negativo, sin embargo, en las declaraciones contenidas en sus expedientes, el oriundo de Morelos admitió haber matado al policía por no haberlo dejado hablar con su esposa.
Edgar no dominaba el inglés y no contó con asistencia consular durante su proceso, además su defensa argumentó que padecía una enfermedad mental debido a un accidente; pese a ello diversas instancias judiciales de Estados Unidos se negaron a aplazar la ejecución.
Édgar Tamayo Arias era uno de los 51 mexicanos amparados por el fallo de la Corte Internacional de Justicia en el llamado caso Avena que ordenaba a las autoridades de Estados Unidos a suspender las ejecuciones y revisar de nuevo los procesos, debido a que se violó el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, que concede a los ciudadanos de un país que son detenidos en otro, el derecho de contar con asistencia consular.
Pese a ello, además de Tamayo, las autoridades de Texas ejecutaron a José Ernesto Medellín Rojas, en 2008 y a Humberto Leal García, en 2011.
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