Por
José de la Paz Bermúdez Valdés
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Después de la farsa ¿Qué?
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Las incongruencias de la
alcaldesa matamorense.
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¿Y la transparencia?
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Observado.
Después
de la farsa ¿Qué?
Terminó
el acto protocolario de lo que pomposamente denominaron “Tercer Informe de
Gobierno”. Un evento propio de las fantasías peliculezcas, donde el primer
actor, ensoberbecido se cree las mentiras que pronuncia, jura a pie juntillas
que el escenario es real y henchido de satisfacción abraza a sus familiares y
amigos ¿amigos?, quienes corean a grito abierto vítores de satisfacción y
fingido orgullo.

Hoy,
sólo las reminiscencias del esplendor, de la seguridad, de la confianza, de la
tranquilidad que ofrecían quienes en su tránsito por la casa del pueblo,
engalanaban el orgullo de sentirse tamaulipeco.
Todo
ese esplendor se perdió ante el arribo de quien ha utilizado el poder para
enriquecerse, para repartir entre sus familiares, allegado y seudo amigos la
riqueza de los tamaulipecos. Gastándose el dinero del pueblo para festinar la
ausencia de logros, de obras, de servicios en la entidad.
Si,
hoy vivimos en un Tamaulipas donde la inseguridad es el baluarte de un gobierno
ineficiente. Hoy tenemos un Tamaulipas ausente de obras y servicios públicos.
Hoy sufrimos sus habitantes por la
desmedida ambición de su gobernante, quien trata a toda costa exprimir hasta el
último centavo a la ciudadanía, con el cobro de impuestos, y otras gabelas, que
asfixian a la población.
Gasta
millonadas de pesos en publicidad con actores nacionales. Recientemente pagó a
Joaquín López Dóriga 5 millones de pesos por unas entrevistas en el canal de la
estrellas. Egidio se siente parte de la farándula.
Con
anterior trajo a tierras tamaulipecas a Ricardo
Rocha, también de la misma empresa televisiva quien cobró 3.5 millones
de pesos por los reportajes al anciano gobernante.
Pareciera
que quiere enviar mensajes a la clase política nacional de que está haciendo un
buen gobierno, cómo si quien gobierna el país no estuviera enterado de su
ineficiencia política, al extremo de que no se perdieron más alcaldías en el
reciente proceso electoral local, gracias al voto duro del PRI.
La
incapacidad para gobernar se observa en la serie de acciones que realiza el
individuo, el cual ha generado fuerte antipatía entre la población, por su
proclividad al engaño, al absurdo. Decir “Tamaulipas Fuerte” en la publicidad
gubernamental es burlarse de la población.
Todos
quisiéramos transitar por las calles, por las carreteras, por las diversas
ciudades que integran la geografía estatal, con la seguridad de que nada nos va
a pasar, pero por el contrario salimos con el “Jesús en la boca” ante el
eminente riesgo de sufrir un atentado, si no es por la delincuencia organizada
si por quienes supuestamente representan a la autoridad.
Cuando
los ciudadanos ven aproximarse un vehículo de cualquier policía, municipal,
estatal o federal, tiene la certeza que lo van a extorsionar. ¡No hay duda! No
sabe a quien temerle más.
Mientras
tanto el desgobernador falazmente pregona que vivimos bien y vamos a vivir
mejor. Quizás se refiere a su familia, porque la ciudadanía tiene la plena
convicción que estando él al frente del gobierno estatal, las cosas empeorarán.
Las
incongruencias de la alcaldesa matamorense.
Por
supuesto las cosas en la heroica ciudad de Matamoros no andan todo lo bien que
deberían.
Quien
mal gobierna a la ciudad se ha dedicado a perseguir a todo lo que huela a PRI,
olvidándose que su compromiso es con toda la población. No debería haber
distingos partidistas.
Que
muchos trabajadores y empleados del ayuntamiento pertenecen o pertenecían al
PRI, no es motivo para despedirlos. Son ciudadanos mexicanos, tienen derecho a
trabajar, su filiación política no debe ser impedimento para permitirles
laborar.
En
todos los partidos hay personas honestas, trabajadoras, serias, responsables y
capaces. Como lo mismo sucede en ellos, los hay todo lo contrario. Pero no se
puede rasar a todos por igual.
Antes
que nada debe pensarse que se trata de muchos jefes de familia, que tienen
necesidad de trabajar, que requieren llevar el sustento a sus familias.
Pretender
hacer creer a la población que los despidos de muchas personas en el
ayuntamiento obedece a saneamiento presupuestal. Constituye una de las grandes
mentiras que pregona la actual administración municipal.
¿Cuántos
sueldos de trabajadores del ayuntamiento se podrían pagar con lo que se le paga
a Ivette Bermejo Vázquez como secretaria de educación, cultura y deporte? A esta esposa de Carlos García González le
pagan 175 mil pesos mensuales. ¿Por qué? Simplemente porque es la esposa del
diputado federal. ¿Es justo?
Y
así como ese caso hay más, muchos más.
¿Y
la trasparencia ofrecida? Duerme en Tercera y Periférico.
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¿Y
la transparencia?
A
propósito de la transparencia pregonada, ¿ Por qué no se ha dado a conocer a la
población el Reglamento del Impuesto Predial?
La
mayoría de la ciudadanía lo desconoce. Por ello quienes están hambrientos de
dinero, lo aplican convenencieramente. ¿Por qué no se aplican los deméritos?
Es
decir la ausencia de servicios públicos, el tipo de construcción y otros
elementos son suficientes para cobrar en forma parcial dicho impuesto. ¿Por qué
lo aplican sin considerar estos casos?
¿Dónde
quedó la transparencia ofrecida?
Nosotros
en lo particular queremos que la actual administración municipal haga un
excelente papel, pero para ello es indispensable que se terminen las venganzas,
se hagan a un lado los rencores acumulados por hechos y actos intrascendentes y
sobre todo se piense con miras altas en el beneficio de todos.
Hasta
ahora el actuar del actual ayuntamiento es más próximo a una vendetta que a un
desempeño gubernamental.
·
Observado.
¿Por
qué Alejandro Valladares está pensando que se puede pasar de listo? Ojalá y
pronto entienda que esa conducta lejos de ayudarle le perjudica a él y a la
alcaldesa.
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