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PALACIO
Por
Mario A. Díaz
COMO si el horno estuviera para
bollos, el Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas duerme el sueño
de los justos, como si los resultados de las dos últimas jornadas eleccionarias
le hubiesen favorecido.
Tal parece que ni la pérdida de seis
diputaciones federales y dos senadurías en el proceso electoral federal de
2,012, más ocho alcaldías y seis curules locales en las elecciones de julio del
año en curso son motivo suficiente para oxigenar cuadros y prepararse para le
renovación de la Cámara Baja
del Congreso de la Unión
en 2,015.
Del mismo modo, con todo y que un año
después termina el actual sexenio del gobernador EGIDIO TORRE CANTU y, por
ende, la elección constitucional por la gubernatura y congreso local, al
Tricolor y sus líderes no parece preocuparles en lo más mínimo.
Salvo la designación de AMELIA VITALES
como dirigente estatal priísta en sustitución de RAMIRO RAMOS SALINAS, nada
nuevo acontece al interior del exinvencible.
Mientras VITALES anuncia un recorrido
por la entidad con ánimo de cerrar filas, RAMOS SALINAS deja ese instituto
político con más pena que gloria, para hacerse cargo de la Coordinación
Política del Congreso de Tamaulipas.
El segundo deja la titularidad del
Comité Directivo Estatal con resultado nada favorable, tomando en cuenta que el
PRI no salió precisamente bien librado el pasado 7 de julio, mientras la
primera asume esa responsabilidad con la moral de la militancia por los suelos,
principalmente en Matamoros y Nuevo Laredo. Situación muy similar en la capital
cueruda, aún y cuando el resultado electoral favoreció al actual alcalde
ALEJANDRO ETTIENE LLANO.
Cabe señalar que la designación de
VITALES en la dirigencia estatal tricolor obedece simple y sencillamente a una
salida estatutaria para allanar el paso de RAMOS SALINAS como pastor congresal.
La apatía o frialdad como el PRI
tamaulipeco está enfrentando la nueva etapa política en la entidad podría
obedecer a dos motivos preponderantes.
Uno, a que la renovación de la Cámara Baja federal ya está
pactada en la cúpula del poder y, dos, que la misma situación envuelve a la
renovación de los poderes constitucionales tamaulipecos en 2,016.
Cierto o falso, lo cierto es que la
especulación comienza a ser motivo de comentario en los corillos políticos y
mesas de café.
En ese contexto, son cada vez más las
opiniones que auguran la primera alternancia política en la esquina noreste del
país. Lo anterior, tomando en cuenta el Pacto por México, las concertacesiones
y, lo más interesante, no perder de vista que en el plano nacional Tamaulipas
no es bastión determinante para el alto mando tricolor.
Desde esa óptica, para el presidente
de México y primer priísta en la nación, ENRIQUE PEÑA NIETO, no sería mayor
problema ceder Tamaulipas al Partido Acción Nacional a cambio, por ejemplo, de
apoyo a su proyecto de reformas estructurales.
En igual perspectiva, no sería
aventurado predecir que el gobierno de EGIDIO TORRE CANTU desearía una
alternancia política con LETICIA SALAZAR VAZQUEZ o CARLOS CANTUROSAS
VILLARREAL, en lugar de FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA.
Es decir, un primer golpe de timón
político opositor, aunque, eso sí, en un marco cordial y pactado con el
Ejecutivo Federal.
Cierto, no se trata más que de una
mera especulación derivada de la apatía priísta en la entidad, y la
efervescencia que se observa en los cuadros panistas que acusan la moral en
alto por los resultados de los dos últimos procesos electorales.
Tocará al mandatario estatal EGIDIO
TORRE CANTU decidir el rumbo político en Tamaulipas, con la desventaja que
representa la derrota tricolor justo en la elección intermedia.
Y hasta la próxima.
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