H, Matamoros, Tamaulipas:

¿Real liderazgo?


       

MUCHO se ha comentado en las últimas fechas acerca del supuesto o real liderazgo en las filas priístas tamaulipecas del neolaredense RAMIRO RAMOS SALINAS.
    Sus bienquerientes alaban la labor desarrollada en favor de la unidad partidista desde el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional.
   Argumentan que, a diferencia de las fracturas panistas, el priísmo tamaulipeco ha cerrado filas en torno a sus candidatos a alcaldes y diputados locales una vez concluido el proceso interno de selección.
    También, que pese a su novatez en esos tenebrosos terrenos, las cuentas rendidas hasta ahora son más que aceptables, lo que mantiene con la moral en alto al Primer Priísta de la Entidad, EGIDIO TORRE CANTU.
     En abono al trabajo partidista de RAMOS SALINAS las opiniones favorables no se han dejado esperar con el argumento de la pugna interna del Partido Acción Nacional en Matamoros, Reynosa y ciudad Victoria.
    Sin embargo, desde un plano que pretenda ser más objetivo, probablemente la óptica no sea la misma en lo que a real capacidad de liderazgo se refiere.
    La duda estriba en que si realmente la aparente unidad del priismo tamaulipeco obedece al buen manejo de la mano izquierda del dirigente estatal tricolor, o si el resultado final tiene su origen en tajantes instrucciones emitidas desde la oficina más importante del Palacio de Gobierno.
    Salvo excepciones que confirman la regla, ningún aspirante a los cargos de elección popular que estarán en juego el domingo 7 de julio se atrevería a desafiar al jefe político de la entidad.
   En consecuencia, desde esa perspectiva, no resulta muy claro el pretendido liderazgo de RAMIRO RAMOS SALINAS en el proceso selectivo interno que aparentemente terminó en calma y llegó a buen puerto.
    Obviamente, sin restar méritos, habilidades y aptitudes en esos menesteres a quien tiene bajo su responsabilidad la operatividad política en la esquina noreste del país.
    Sin embargo, comparativamente, todavía es muy reciente cuando tirios y troyanos alababan la supuesta capacidad de RICARDO GAMUNDI ROSAS en el pasado sexenio y su “habilidad”, así entre comillas, para convencer a los aspirantes a cerrar filas en apoyo de tal o cual candidato.
    La verdad monda y lironda para lograr esas lindezas que se convirtieron en “carro completo”, “gamundiña” o “zapato”, es lo mucho tuvo que ver el millonario presupuesto que salió de las arcas estatales.
   Es decir, GAMUNDI ROSAS imponía los candidatos que ordenaba EUGENIO HERNANDEZ FLORES mediante la compra de los rivales de éstos.
    Nadie en su sano juicio es capaz de enfrentar un poder estatal y mucho menos despreciar una importante cantidad en efectivo para engrosar una cuenta bancaria.
    Luego, entonces, no resulta temerario o falto a la objetividad suponer que en la designación de los abanderados del PRI el poder gubernamental fue decisivo y que en poco o nada tuvieron que ver los pesos y centavos. La austeridad mostrada por los candidatos podría ser un indicador de lo antes expuesto.
      De lo que no queda ninguna duda es el centralismo extremo con que se está manejando el actual proceso electoral local, tanto en el ámbito político como en el económico.
   Tal parece que a la cúpula tricolor le tiene sin cuidado la alta probabilidad de volver a tropezarse con la misma piedra, esa que se convirtió en serio obstáculo durante la pasada elección para la renovación de los poderes federales.
     Lo malo del caso es que una segunda derrota para la causa tricolor en Tamaulipas representaría un serio revés político para el gobernador EGIDIO TORRE CANTU.
    Cierto es que las presiones y amenazas en la mayoría de las ocasiones suelen surtir efecto. Sin embargo, el alto mando priísta no debe pasar por alto el “fuego amigo” que surge luego de una contienda electoral interna, con todo y la llamada “operación cicatriz”.
    La “encuerdadada” masiva a aspirantes a alcaldes y diputaciones locales trajo como consecuencia innumerables amarres entre quienes sentían segura tal o cual candidatura y sus respectivos simpatizantes.
    Así que, confiar en una verdadera unidad priísta y regocijarse de las fracturas panistas podría arrojar resultados no esperados.
    Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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Editores periodico frontera

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