Por Ambrosio Garza D.
Realiza actos anticipados de campaña al
promocionarse en las redes sociales como
candidato a la alcaldía
Altamira, Tamps.- Todos en Altamira saben
muy bien que el síndico José Ciro Hernández Arteaga, se ha convertido en un
estafador profesional, disfrazado de “servidor público”.
En el pueblo conocen muy bien sus orígenes,
por lo que aseguran que su inmensa fortuna no pudo haber sido forjada con el
sueldo que ha recibido en los cargos que ha detentado.
Antes de llegar a la función pública, José
Ciro Hernández Arteaga era un pobre diablo, un muerto de hambre que se la
pasaba olfateando la cola a la gente en el poder para ver si le daban la oportunidad
de robar.
Por ello en el primer cargo que ostentó
comenzó su larga carrera delictiva como servidor público, disfraz que le ha
valido para meter la uña en el dinero del pueblo.
HISTORIA OBSENA
También en Altamira conocen bien las mañas
sexuales que azotan y fustigan a José Ciro Hernández Arteaga, de ahí que en la
nómina del Ayuntamiento haya incrustado a por lo menos 10 muchachitos con los
que comparte los mismos gustos por la “carne de puerco”. También logró colocar
en la lista de raya de la
Comapa a otro tanto de sus “esclavos sexuales”, algunos de
ellos conocidos desde la
Iglesia , misma que ha utilizado para saquear a los
altamirenses.
Ahora en sus sueños etílicos jura y perjura
que el mismo Papa Benedicto XVI y hasta el gobernador Egidio Torre Cantú ya lo
“palomearon” como futuro diputado de Altamira, por lo que se frota las manos y
se chupa los labios añorando los tiempos para comenzar con la cacería de carne
joven de la capital de Tamaulipas, desde su curul.
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