Día 12/10/2012
Dos veces el tamaño de la Tierra y con temperaturas
infernales, esta joya cósmica está situada no muy lejos, a 40 años luz de
distancia
Imagen
del interior de 55 Cancri e, con una gruesa
capa de diamante bajo un manto de
grafito
Una
joya cósmica es lo que han encontrado los científicos de la Universidad de Yale.
Se trata de un planeta de diamante dos veces el tamaño de la Tierra que orbita una estrella en la
constelación de Cáncer a unos 40 años luz de nuestro mundo, no muy lejos en
términos astronómicos.
«Esta es nuestra primera visión de un mundo
rocoso con una química fundamentalmente diferente a la de la Tierra », explica el
investigador principal, Nikku Madhusudhan. Tan diferente que en vez de agua y
granito, la superficie de este nuevo planeta parece estar cubierta de grafito y diamante.
El glamuroso planeta -llamado 55 Cancri
e- tiene un radio dos veces el de la Tierra y una masa ocho
veces mayor, por lo que forma parte del grupo de las llamadas «supertierras». Es uno de los cinco
planetas que orbitan 55 Cancri, una
estrella similar al Sol y visible al ojo humano en el cielo nocturno. El
planeta orbita a una velocidad hiperbólica: su año dura solo 18 horas,
en contraste con los 365 días de la Tierra. También es increíblemente caliente, con una temperatura superior a los 2.000 grados centígrados,
muy lejos de la que se puede esperar en un mundo habitable.
La investigación sugiere que el planeta no
tiene agua en absoluto -al contrario de lo que se creía anteriormente- y parece
estar compuesto principalmente de carbono (como el grafito y el diamante),
hierro, carburo de silicio, y, posiblemente, algunos silicatos. Además, estima
que al menos una tercera parte de la masa del planeta - el
equivalente a unas tres masas terrestres - podría ser de diamante.
Mundos complejos
La
identificación de una supertierra rica en carbono significa que los planetas
rocosos distantes no tienen porqué tener constituyentes químicos, interiores o
atmósferas similares a los de la
Tierra. El descubrimiento también abre nuevas vías para el
estudio de procesos geoquímicos y geofísicos en otros planetas del tamaño del
nuestro. Una composición rica en carbono podría influir en la evolución térmica
del planeta y la tectónica de placas, por ejemplo, con implicaciones para el
vulcanismo, la sismicidad y la formación de las montañas.
«Las
estrellas son simples ,-dada la masa y la edad de una estrella, se conoce su
estructura básica y la historia -apunta David Spergel, profesor de astronomía y
astrofísica en la
Universidad-, pero los planetas son mucho más complejos. Esta
supertierra rica en diamantes es probablemente solo un ejemplo de los
descubrimientos que nos esperan a medida que exploremos otros planetas
alrededor de estrellas cercanas».
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