H, Matamoros, Tamaulipas:

Tangente



Egidio Milutinovic

Por Oscar Diaz Salazar

Con el animo de que hasta en al palacio de gobierno entiendan mi comentario, voy a utilizar una analogía futbolera para darles a conocer mi opinión en relación a los cambios - que no fueron tales – anunciados el pasado viernes por el gobernador de Tamaulipas.

El Ingeniero Egidio Torre Cantú, al igual que el entrenador Bora Milutinovic, nos quedó a deber los cambios, como bien lo entiende la fanaticada de los ratones verdes que recuerdan muy bien el partido de la selección en la que jugamos peor que nunca y perdimos como siempre.

No abundo en detalles o explicaciones, mi conocimiento del futbol no da para más, y los que si saben de este deporte comprenden a lo que me refiero.

Regreso con la política para comentarles lo siguiente:

Ahí seguirá el mustio Jorge Reyes Moreno como enlace y custodio de los intereses del ex gobernador Tomas Yarrington Ruvalcaba. Permanecerá a cargo del desarrollo rural de Tamaulipas con el único merito y antecedente de orillar a los ejidatarios de Altamira a vender sus predios a precios de risa… para su patrón Yarrington y se testaferro Fernando Cano.

En la “General”, pues bajo su responsabilidad no alcanza para hablar de gobierno, se mantiene “Morelitos”, a pesar de sus evidentes carencias y deficiencias en el ejercicio de la posición que solía ser la numero dos en el organigrama “real” del poder Ejecutivo. Conserva la chamba el sujeto al que han querido “vender” como experto en cuestiones jurídicas, aunque no haya triunfado en uno solo de los litigios en los que ha participado como representante del gobierno. Ahí seguirá para cuidarle las espaldas a Eugenio Hernández, el padrino que le abrió las puertas de los altos cargos burocráticos en el estado de adopción de este chilango que despreció la representación de los victorenses en la Cámara de Diputados. 

Continúa en su misma responsabilidad el Coordinador de Comunicación Social del gobierno de Tamaulipas a pesar de ser uno de los principales responsables de la pésima imagen que tiene el Ejecutivo del estado, lo mismo en Tamaulipas, que en el DF o en Monterrey. La percepción de inspiración etílica del regiomontano que funge como vocero del gobierno, no le alcanza más que para reseñar los encuentros deportivos de los ejidos aledaños a la capital.

En el delicadísimo manejo de los pesos y los centavos seguiremos teniendo a un político que es hechura del anterior gobernador, a Alfredo González Fernández, un personaje que podemos definir como “geñista” químicamente puro. La continuidad que mantiene a la neoaristocracia victorense en el gobierno, es una muestra de las complicidades que unen al régimen actual con la clica que encabezó el “Geño” Hernández… acusado - Por si no lo sabía el inquilino actual de la casa de gobierno – de lavado de dinero y de tener vínculos con la delincuencia organizada.


Al frente de la responsabilidad en donde se establecieron los verdaderos vínculos que unen a la clase política que ha gobernado en  los últimos dos sexenios, se mantiene un personaje que lleva casi dos décadas repartiendo el “pastel” de la obra publica en nuestro Estado. Con Manuel Rodríguez Morales en la SCT, y ahora en la Secretaria de Obras Publicas, surgió y se consolidó el grupo de constructores metidos a la política (y a los negocios turbios) que han gobernado en Tamaulipas y en diversos municipios en la ultima década. La vigencia de “Manolo” y su permanencia en la SOP, es el indicador más claro y contundente de la continuidad y de la armonía (de intereses) entre Egidio Torre, Eugenio Hernández y Tomas Yarrington

En el enroque de Homero de la Garza Tamez, de la SEDUMA a la SEDESOL, encontramos una promoción” política para él que en estos momentos actúa como el “delfín” del Gobernador. El nuevo titular de la Secretaria de Desarrollo Social se desempeñó como un titular bis o alterno de la Secretaria de Obras, y con el nombramiento de titular del ITAVU se hizo cargo de obras que rebasan por mucho las acciones de vivienda a la que se limitaban en teoría sus responsabilidades burocráticas. Para entender la cercanía de Homero de la Garza con el gobernador en fuga – Eugenio Hernández – basta con recordarles que fue en los hechos (de facto) el jefe de la dependencia mas importante para el anterior gobernador, fue titular de la oficina a cargo de las tareas que mas entiende el Geño, la que mas le importaba, para la que se preparó profesionalmente: me refiero a la construcción, a la ejecución de obra publica.

Y por si no fueran suficientes las señales que prueban la “continuidad” entre los últimos Gobernadores, las muestras de la buena relación que une al actual mandatario con sus tres antecesores, tenemos que el único cambio real, la única modificación verdadera en el organigrama de la administración estatal anunciado el pasado viernes, es el de un político oriundo de la ciudad de Matamoros, un individuo al que en su momento le abrieron las puertas de la administración y la política su paisano Tomas Yarrington y el capitalino Eugenio Hernández.

Tras conocer los ajustes al gabinete que realizó el Ing. Egidio Torre Cantú, la sensación que nos deja es que no entendió la lección de las urnas, no buscó tender puentes con el nuevo sol, no leyó los periódicos que reseñan las andanzas de sus antecesores, no ha hecho ejercicio alguno de autocrítica, no tiene buenos asesores, no ha terminado de agradecerle el “regalito” a su antecesor y no tiene amistad o vinculo alguno con políticos ajenos a la “pandilla” que gobernó en los últimos años.
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Editores periodico frontera

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