Lic. Luis Gerardo González
Álvarez
EL 1º DE
MAYO
LOS RECUERDOS
Hola que tal amables
lectores de Periódico Frontera, bueno regresando de este puente feriado a
nuestras actividades diarias, y lo principal el entablar el contacto con todos
ustedes amables lectores. Como todos sabemos el día de ayer 1º de Mayo se
celebró el 126 Aniversario de los movimientos huelguísticos que dieron origen a los Mártires de Chicago,
y toda la lucha obrera por conseguir mejores salarios y sobre todo la libre agrupación sindical.
Leyendo las crónicas
periodísticas y los comentarios de connotados columnistas, todos coincidieron
en un punto muy real hoy en día; y se pueden resumir en los títulos que
utilizaron ellos para sus crónicas periodísticas: “El día 1º de Mayo nada que
celebrar”, “Dejan en el aíre desfiles obreros” y así todas por el estilo.
Pero hubo una hoy por la
mañana que me llamo la atención al escuchar el comentario del amigo periodista,
Prof. Federico Zúñiga García, y que logró mover mis fibras más sensibles al
recordar en su comentario matutino al líder local que fue por muchos años Don
Agapito González Cavazos.
Y recordé parte de mí
adolescencia y juventud como este día 1º de Mayo, como también se le conocía
como el día del magno desfile obrero, me tocó presenciar estas magnas
concentraciones que salían desde el edificio de la federación de trabajadores.
Acá por la Av. Diagonal Cuauhtémoc ya en los años 80s. Y en años más atrás la
concentración principal salía de la 12 e Iturbide del Edificio del Sindicato de
Jornaleros y Obreros Industriales hoy SJOIIM.
Don Agapito González Cavazos
iniciaba este día muy temprano con un desayuno en su domicilio a base de
machacado con huevo, huevo con chorizo, tamales el aromático café, acompañado
ya en la mesa principal de alrededor de 14 o 15 comensales entre los que se
encontraban la fuerza política y laboral de ese entonces.
Que posteriormente lo
acompañarían a esta parada cívica, recuerdo muy bien que ya para un día antes
por la tarde o noche, se reportaba el representante del Sr. Gobernador en turno
a su llegada a esta ciudad, o inclusive llegó a asistir más de una vez alguno
de ellos, sin faltar el representante personal de Don Fidel Velázquez Sánchez
líder máximo de la Confederación de Trabajadores de México la CTM.
Políticos los que se
imaginen me toco ver sentado en estos desayunos a Don Jorge Cardenas González,
a Don Ramiro González de Hoyos padre de Ramiro Garza, Don Francisco
Covarrubias, José Cruz Contreras de Reynosa, Don Ramiro Garza Cantú también de
Reynosa, en total una mesa plural por que la costumbre y la situación así lo
ameritaba una gran fiesta.
Me acuerdo que dentro de las
clausulas laborales de los contratos colectivos existe o existía, una
clausula para dotarles a las trabajadoras y a los
trabajadores de uniformes para esta fecha,
y que estos fueran de buena calidad y a su gusto, así como obsequiarles
el día siguiente como asueto por haber desfilado, la disciplina era importante
se criticaban mucho las sanciones que se les aplicaban al trabajador o
trabajadora que no asistía a esta marcha, pero créanlo que el rostro que se les
veía no era el de asistir por la fuerza, había alegría y las mujeres obreras
desfilaban muchas de ellas acompañadas de sus pequeños hijos.
Una fotografía que se me quedo mucho en la mente
era que al pasar por el balcón principal de presidencia, las obreras le
aventaban besos a Don Agapito y le gritaba consignas como “Agapo” “Papucho te
queremos”, otras más le gritaban “Padre” en ingles y en español por el en los
años 70s impulsó mucho la educación y el
aprendizaje del idioma ingles en las maquiladoras.
La plaza pletórica 60 mil a
70 mil obreros reunidos quietos esperando a que concluyera con disciplina el
paso de los demás compañeros, y escuchar con atención los mensajes que se tenia
preparados en esta parada cívica, las demandas las que se puedan imaginar
mejores prestaciones el añejo problema
del Seguro Social, la vivienda entre otras.
Con la única diferencia de
que en esos tiempos estos pronunciamientos Don Agapito los entregaba
documentados y con paquetes de fotografías ante las instancias gubernamentales
que correspondieran, el mensaje era simple y visible ¡Hay Fuerza Sindical! Una
vez concluido el acto protocolario la plaza se convertía en una gran verbena
popular tomada por la clase trabajadora matamorense, que al escuchar a los
grupos musicales que se instalaban en plataformas de trailers, empezaban a
bailar en la plaza principal al son de la música de Alegría 83, Grupo Belém,
Pegaso entre otros.
Ya una vez concluido el
desfile Don Agapito González Cavazos acompañado de la clase política,
empresarios, gerentes de maquiladoras y de todo aquel que quisiera asistir
ofrecía una gran recepción en el salón de la carreta, este que se ubica en la
ya conocida calle sexta, el menú a base de carnes asadas las fajitas,
chuletones, cabrito en sus diferentes presentaciones, whisky y sin faltar la buena música de los fara fara
de los sindicatos de la música, en total era una gran fiesta que terminaba en
horas de la tarde, la instrucción era precisa y contundente de parte de Don
Agapito González; que nadie se quedara sin comer y sin tomar lo que quisiera,
se disponían también camiones a solicitud de trabajadores y trabajadoras de
algunas maquiladoras, para poder asistir una vez terminado el desfile a
pasearse a la playa, y de igual la instrucción era que los grupos musicales se
trasladarán para ese lugar, y que la fiesta siguiera en la playa y que se
dispusiera de todo lo necesario para que la pasaran lo mejor y pedía que se les
brindara seguridad, hoy esta costumbre
se sigue llevando a cabo. La fuerza sindical y laboral quedaba de manifiesto en
el poder político con que cuenta uno de los sindicatos más grandes como lo era
el Sindicato de Jornaleros de Obreros s Industriales hoy SJOIIM
La Historia del Día del Trabajo
Los hechos que
dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la
revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era
la segunda ciudad en número de habitantes de EE.UU. Del oeste y del sudeste
llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las
primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores.
Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a
lo largo del siglo XIX.
El 1° de mayo de
1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200.000 obtenían
esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago donde las condiciones
de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las
movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo El día 2 la policía había
disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3
se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la
tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de
rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos)
comenzando una pelea campal.
Hoy el Día del
Trabajo esta presente en las conciencias de la clase trabajadora de México, la
situación laboral y política de estos tiempos es otra y los anhelos por volver
a retomar lo perdido están en la mente de todos los matamorenses al recordar a
un verdadero líder que entrego su vida a los trabajadores de Matamoros Don
Agapito González Cavazos.
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