LOOR A LOS MAESTROS…
*-Un reconocimiento a mis maestros de primaria.
*-Pero, ¿en dónde quedé la ética profesional…?.
*-El negativo fantasma de doña Elba Esther Gordillo.
*-Nostalgia por la primaria “Miguel Sáenz González”.
Por Federico Castillo García
Una vez más, como desde hace más de cien años y desde que el
entonces presidente VENUSTIANO CARRANZA, instituyera un día para reconocer a
los maestros, ayer en nuestro país,
¿celebramos?, el Día del Maestro, como un homenaje o un reconocimiento a esas
personas que –en aquél entonces- hasta daban la vida por enseñar a los
mexicanos, las vocales y los números; a leer y a escribir.
Pero he aquí que en la actualidad, y como son demasiados y
poco entendibles –por aquello de que ni siquiera muchos saben conjugar el verbo
de ser o estar- la ética profesional de los maestros en realidad ya no existe,
simple y sencillamente porque “somos muchos y todos con hambre”, diría la
“maestra”, ELBA ESTHER GODRILLO.
Siempre hemos sostenido que un derecho consagrado; mejor
dicho, uno de los principales postulados de la Revolución Mexicana, como el de
la Educación. Sin embargo, hasta el momento no se ha llegado a los estándares
que todos los mexicanos deseamos, y es por ello que en estos momentos; en que
los candidatos de las diferente vertientes políticas ofrecen, prometen y hasta
se desgarran las vestiduras para hacer creer al pueblo de que cada uno de ellos
tiene la razón y es dueño de la verdad, sinceramente creo que han caído en la
mediocridad política.
Es más, ni siquiera miles de profesores, que no maestros
-porque para llegar a una maestría hay
cumplir con la respectiva pedagogía- se la creen. Es más, hay quienes siguen
pensando que por el solo hecho de haber cursado la Escuela Normal, viniendo de
la secundaria, y luego de recibir su constancia de normalista, estarían listos
o preparados para estar frente a un grupo para practicar la enseñanza
educativa.
Y esto último era en los tiempos postrevolucionarios.
¿Imagine el lector qué es lo que en la actualidad ocurre
cuando el gobierno federal no tiene la capacidad para colocar a los miles de
egresados que cada año se reciben como nuevos profesores en todo el país..?
“¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano..?”, es el título de
una película de producción nacional, - la que vimos hace ya algunos años- y en
la que se critica el “status quo” de miles y miles de estudiantes
universitarios en México que estando a punto de concluir sus estudios
profesionales y no ver en lo inmediato un futuro seguro, se van por lo fácil:
emigrar en busca del “sueño americano”, el engrosar las filas de la
delincuencia organizada o ya en la desesperación, salir por la puerta falsa:
las drogas y o el suicidio, que a final de cuentas es la misma cosa.
Por ello pienso y digo que al igual que en el Día de Prensa
y de la Libre Expresión, en el Día del Maestro, en realidad no habría mucho que
celebrar, porque, como ya lo dije líneas arriba, qué bueno que aún existan
maestros y profesores que –valga la redundancia- aún profesan el amor por la
educación y que no solamente los mueve o los motiva el bienestar económico al
contar con una, dos o tres plazas magisteriales.
Es que en esta ocasión he querido hacer un reconocimiento de
aquellos profesores que en realidad si se preocuparon por enseñarme a leer y a
escribir; cuando en la Escuela Primaria “Miguel Sáenz González”, en la que
acudíamos en turnos matutino y vespertino el mismo día, los profesores se
esforzaban porque aprendiéramos verdaderamente:
Primer grado, la profesora TOÑITA (no recuerdo sus apellidos
porque en ese entonces quien esto escribe tenía apenas 6 años de edad), aunque
si me acuerdo que por travieso me propinó un tremendo regaño. En segundo grado,
tuve como mentora a la maestra GLORIA ESPIRICUETA, (QEPD); en tercero, a ROSA
MARIA SANCHEZ CARDENAS; en cuarto, a PEDRO CERVANTES; el quinto, a GUILLERMINA
GONZALEZ, a quienes los “popofs” de la colonia Jardín consideraban como la “más
chingona”, y en sexto grado, a mi querido profesor de educación física, (ello
lo digo porque, cómo me gustaba que nos sacara del salón de clases a
ejercitarnos en las canchas de la propia escuela, CIRILO AVILA BAEZ).
El director de esta primaria era en ese entonces el profesor
ABELARDO GOMEZ LOOR, que en paz descanse.
Pero bien, volviendo con la crítica constructiva de inicios
de estos comentarios, desde luego que ninguna culpa tienen los profesores que
en la actualidad ni siquiera cuentan con una plaza de trabajo segura. Y qué
dirán los normalistas que están a punto de graduarse, viendo que el mercado en
México de plano se encuentra saturado..?. ************HASTA LA PROXIMA.
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