Por:
María Jaramillo Alanís
Razones
y Palabras…
Ciudad
Victoria, Tamaulipas.-La sociedad cada día que pasa se ubica en una zona gris,
ahí donde suponen, no la alcanza una bala y donde además no perderá el estatus quo obtenido a base de tolerar el manoseo de sus derechos, incluso la
violación y cancelación de estos.
Hace
días, mientras en las calles la violencia mostraba sus fauces a la sociedad
entera, y que terminó con la vida de cuatro personas, la ciudad se quedó muda,
sorda y ciega y se atrinchero entre cuatro paredes. Nadie, ni por error, alzó
la voz protestando.
Y tienen razón, pues la obligación de brindar seguridad y de
informar le corresponde al gobierno electo constitucionalmente, para qué
exponer la vida y salir a protestar.
Sin
embargo, si lo vemos desde otra arista, tristemente se observa como el gobierno
ilegal desactiva a la sociedad sembrando el terror y el constitucionalmente
electo, encarcela a quienes ejercen sus derechos.
A éstas
alturas uno supondría que los dirigentes de partidos, llamarían a una
conferencia de prensa para exigirle al gobierno estatal, municipal y federal,
que cumplan con su obligación de proveer seguridad, no fue así, hasta hoy
mismo, y desde hace un año y tres meses, los dirigentes partidistas solo ven a
los ciudadanos como lo que son, simples votos.
Todos,
partidos, políticos, candidatos, se niegan a abordar el tema de la violencia,
como sugerencia; si tienen miedo, sería
mejor que se fueran a su casa, pues los ciudadanos a pesar del terror,
cumplimos con el rol que nos toca jugar, trabajar, producir, pensar.
Y aquí
entre nos, sólo a los partidos y sus candidatos les importa la elección,
nosotros simplemente validaremos a quienes nos gobernarán. Ya sabemos que
nuestro mal desde siempre ha sido
nuestra desmemoria y el valemadrismo.
No, no
es el tema lo político sino la falta de agallas y cojones de la sociedad para
salir a dar la cara por nosotros mismos. ¿Qué nos falta para exigirles,
gritarles a los violentos que ya le paren a su pinche guerrita y que junto con
Calderón vayan a Marte, ver si ya puso la marrana? ¡Somos más que ellos! ¿No?
Nosotros podemos sacar de la corbata naranja al gobernador, sus secretarios,
matahari’s, amanuenses y querreques encumbradas. Digo, ellos, todos, son nuestros
empleados.
Claro
que tenemos que hacer cadenas de oración, pero no le podemos dejar a Dios la
responsabilidad que nos corresponde a nosotros, es decir, si este y cualquier
gobierno no hace su trabajo, tenemos que exigirles que se vaya, así de simple.
Por
supuesto que ellos y nosotros no somos iguales, ellos viven a nuestras
costillas y nosotros sudamos para ganarnos 12 pesos para comprar un kilo de
tortillas, por esa razón pintemos una raya a los ilegales y a los disque
legales.
Se
necesita hacer algo por nosotros, pues de lo contrario sus hijos y los míos, nos echarán en cara la inmovilidad y la permanente
genuflexión.
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