HECTOR MIGUEL CHAVEZ
H. MATAMOROS, Tam.- Las notas
filtradas contra el ex gobernador Tomás Yarrington nos dan una idea de lo feroz
e implacable de la guerra sucia que ya está en marcha en este proceso electoral
federal del 2012. El tema es el origen de su riqueza.
Analizando la información publicada encontramos que da como fuente a
testigos protegidos anónimos de la DEA; cita una corte de un lugar no
determinado y afirma que el señalamiento lo hace la DEA pero no identifica a
algún funcionario o persona responsable.
La nota se refiere a documentos confidenciales que obran en poder del
periódico Reforma. De tal suerte que el único aval creíble de esa información
es el periódico. Los otros medios de comunicación que están publicando esas notas
tienen como fuente el citado diario.
De ser cierta la existencia del documento confidencial que se refiere a
supuestas declaraciones de testigos protegidos, la pregunta es ¿quién y para
qué se la entregó al periódico Reforma?.
Una información confidencial tan relevante sólo puede filtrarse por órdenes
superiores de la oficina que hace la investigación, que en este caso, según
dice el periódico es la DEA.
O bien pudo haber sido obtenida por una oficina del gobierno mexicano dentro
de los convenios de cooperación que existen y luego filtrada al diario en
tiempos electorales como estos para darle una certera puñalada al PRI.
La guerra sucia está en marcha. Si usted observa no hay acusaciones
concretas de delitos, ni habla de órdenes de aprehensión ni de persecución
policíaca, se trata de información muy general y lo demás se queda a la
imaginación y especulación de los medios y sus lectores, que la comentarán en
función de sus simpatías políticas, su militancia y afectos o desafectos con el
ex gobernador Tomás Yarrington.
Porque si hubiese acusaciones directas ¿para qué filtrar la nota en los
medios?, ¿por qué no proceder penalmente, ya sea aquí o en los Estados Unidos?,
¿O es que no tienen evidencias realmente?
Diferente es el caso de Coahuila donde hay órdenes de aprehensión,
acusaciones concretas, hechos precisos y aún así sólo están señalando a Javier
Villarreal Hernández, ex secretario de Finanzas del gobernador Humberto
Moreira. Posiblemente el siguiente paso es ir sobre el ex gobernador
coahuilense. Y el gobierno de Calderón se está encargando de darle el
suficiente vuelo para que su partido gane un poco de terreno a costa del
desprestigio del PRI.
Y por más que lo niegue el secretario de Gobernación se está politizando la
justicia, por supuesto que sí.
La guerra sucia está en marcha y se va a intensificar conforme pasen los
días. No le extrañe que el PRI dé una respuesta tan contundente como lo saben
hacer, y entonces la sociedad va a tener que escoger entre los candidatos o los
partidos menos enlodados.
El gobierno de Felipe Calderón ha empezado una guerra contra el PRI que al
final de cuentas los únicos perjudicados van a ser el gobierno, los partidos y
la política.
Una pregunta, ¿por qué empezó con los ex gobernadores de Tamaulipas y no
con otros?, ¿es que acaso están preparando el terreno para negociar sus delitos
y buscando impunidad?
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