PALACIO MARTES 14 DE
FEBRERO……
A PESAR del anuncio oficial
en el sentido de que en el actual sexenio se regionalizaría la asignación de
obras de infraestructura urbana, lo cierto es que la situación continúa muy
similar a lo ocurrido, en ese contexto, en pasadas administraciones estatales.
En consecuencia, el malestar e
inconformidad han surgido entre los empresarios de la construcción que operan
en las principales ciudades de la entidad.
A manera de ejemplo, en este puerto
fronterizo, los miembros de la
Cámara de la
Industria de la Construcción consideran que las licitaciones para
obra pública no se llevan a cabo de manera equitativa ni tampoco atendiendo la
regionalización prometida por el gobernador EGIDIO TORRE CANTU.
Por lo tanto, aseguran, tal parece que nos
siguen dando atole con el dedo para favorecer a otros constructores con mayor
influencia en la cúpula del poder.
Para ilustrar su punto de vista y natural
inconformidad describen cómo una empresa de ciudad Victoria ganó la licitación
de los trabajos de modernización de un tramo de la carretera Sendero Nacional.
El gobierno estatal tiene contemplada una
inversión de poco más de 7 millones de pesos para la pavimentación a base de
concreto hidráulico, reposición de luminarias y trabajos de ornamentación.
Luego de la participación de 27 empresas
dedicadas al ramo de la construcción, finalmente la adjudicación la obtuvo una
firma con sede en la capital tamaulipeca.
Como era de esperarse, la asignación no fue
del agrado de los constructores locales, primero, porque no se respetó la
regionalización prometida por el mandatario estatal y, segundo, porque la
derrama económica se irá a la región centro de Tamaulipas.
Los integrantes de la Cámara de la Industria de la Construcción
consideran que si la decisión final tiene que ver con pesos y centavos, la
parte oficial debiera darles oportunidad de revalorar sus respectivos
presupuestos y adecuarlos en la medida posible.
Sólo así se daría puntual cumplimiento a la
perspectiva del gobernador TORRE CANTU en el sentido de regionalizar la
inversión en obra pública como una manera de fortalecer la economía de empresas
locales y las ventajas que significa la derrama económica.
Pero eso no es todo lo que a los
empresarios de la construcción locales mantiene sumamente inconformes.
Resulta que, para validar su participación
en las licitaciones regionales, los pulpos de la construcción han abierto
sucursales de sus empresas en las ciudades más grandes de la entidad.
En Matamoros, por ejemplo, operan tres
establecimientos que dependen de empresas cuyas matrices se localizan en el
puerto de Tampico y ciudad Victoria.
De esa manera justifican su participación
en los concursos regionales y al mismo tiempo evaden el espíritu equitativo que
pretende dar a ese rubro quien manda en Tamaulipas.
Al respecto, vale la pena señalar que la adjudicación
de obra pública de costo millonario generalmente favorece a empresarios
consentidos del régimen en turno, tanto en lo federal como en el plano estatal.
Los jugosos contratos que dieron a luz
nuevos millonarios, apenas en los dos sexenios pasados, son ejemplos concretos
de la falta de equidad en ese rubro.
Por supuesto, tampoco debe pasar
desapercibido el etiquetamiento federal en infraestructura urbana favoreciendo
a constructoras chilangas o bien de otras latitudes de la geografía mexicana.
Sin embargo, lo peor del caso es que,
desafortunadamente, el tráfico de influencias está afectando seriamente a
profesionistas del ramo y, como resultante, en muchos de los casos, a la
calidad de las obras.
Un par de casos concretos que ilustran la
aparición de nuevos constructores al amparo del poder político son, sin duda,
entre otros, los que representan el exalcalde MARIO ZOLEZZI GARCIA y el
exprimer síndico JUAN CARLOS CISNEROS.
Con preparación profesional distinta al
ramo de la construcción, ahora resulta que esa actividad es la predominante en
sus respectivos modus vivendi.
El caso es que poco a poco los
empresarios-políticos están desplazando a los verdaderos profesionistas de la
construcción, sin dejar de reconocer, a manera de ser objetivos, que sobran los
casos en donde éstos prefieren la mala calidad a cambio de incrementar sus
cuentas bancarias.
Como dice el dicho y dice bien, de todo hay
en la viña del Señor.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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