POR: DANIELA MONTALVO Columna México Sin Fin
En tiempos actuales hemos sido testigos de diversas expresiones
feministas, todas reclamando libertad, equidad e incluso justicia; utilizando
métodos que para algunos pueden resultar cuestionables, las mujeres hemos
logrado abrir puertas que en pleno siglo XXI, habían permanecido cerradas.
Hoy queremos reconocer el trabajo, la entereza y la voluntad de María
Guadalupe Oviedo, de origen Mazahua y radicada en el Estado de México, pues ha
luchado toda su vida para que su voz sea escuchada, voz que utiliza para
construir un mejor futuro para su olvidada comunidad.
¿Quiénes son los
mazahuas?
Comunidad indígena, asentada principalmente
en el Estado de México y Michoacán, tienen su propia lengua, costumbres y
tradiciones que han sobrevivido a través del tiempo, constituyen una de las comunidades
con mayor Índice de Marginación del Estado de México, y tienen como fuentes de
ingresos la siembra de maíz, elaboración de artesanías y algunas actividades
del sector manufacturero, de construcción y de servicios.
Quienes pertenecemos a los llamados “grupos vulnerables”, sabemos
lo difícil que determinadas situaciones resultan, mientras para algunos ir a la
escuela es un triunfo logrado, para otros es un derecho que aún no han
conquistado; y en esta última circunstancia se encuentran los niños mazahuas.
Lupita, como es conocida entre los suyos, se ha convertido en Jefa
Suprema de su comunidad, en una ceremonia en la que recibió el “Bastón de
Mando”, cuyo significado emblemático representa la labor que ella debe realizar
a partir de su recepción.
¿Qué es el Bastón de
Mando y porque es tan importante?
Con fundamento en el artículo 2 de la
Constitución Política de México, que refiere la libre determinación de los
pueblos indígenas, las comunidades se organizan en una sesión simbólica y de
alto respeto, entregan el “Bastón de Mando” a quien habrá de fungir como su
representante, es decir, simboliza una investidura para quien fungirá como el
líder moral y político de la comunidad.
Dicho lo anterior, la ceremonia de Lupita constituyó un parte
aguas en la organización de las comunidades indígenas, nunca antes este “Bastón
de Mando” había sido entregado en las manos de una mujer.
Quienes han tenido la oportunidad de convivir con algún Mazahua,
habrán podido comprobar la riqueza cultural que su comunidad posee, desde su
colorida vestimenta, su riquísima gastronomía, pero quizá lo más importante es
el respeto que le profesan no solo a los miembros de su comunidad, sino a todos
por igual.
Lupita tiene un gran reto por delante, debe utilizar su “Bastón de
Mando” para tocar muchas puertas, para llegar a donde nadie más lo ha hecho,
todo con el firme objetivo de mejorar la calidad de vida de su comunidad.
Los Mazahuas son una parte de México, celebremos el empoderamiento
de la mujer, celebremos la libre determinación de nuestros hermanos indígenas.
Un país tan
diverso y multicultural como México, para una vida resulta sin fin.
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Editores
Periódico Frontera de Tamaulipas
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