POR: DANIELA MONTALVO.
Dzibilchaltún, cenote, museo y pirámide
Yucatán es infinito, en todas mis visitas le he
preguntado a la gente que vive ahí si ya recorrieron todas las zonas
arqueológicas y la respuesta de todos es NO, claro no es por que no salgan a
pasear, sino porque sus maravillas son muchas y el estado geográficamente es
grande, por lo que ir de un lado a otro no resulta sencillo.
Para visitarlo debemos ir preparados, con el
traje de baño puesto, solo para quitarnos la ropa y entrar al agua; pero además
zapatos muy cómodos, porque los recorridos por las ruinas arqueológicas son
largos, empedrados y con sol agobiante.
Resulta una experiencia exquisita, luego de sufrir el abrazador sol, sumergirse en aguas claras y frías, en donde los pescaditos te dan pequeñitas mordidas (sirve de exfoliación, de hecho hay spa que cobran por ello).
Como dato adicional, la palabra Dzibilchaltún
está formada por cuatro vocablos mayas: Dzib, escritura; il, locativo; chal,
plano; y tun, piedra; lo que puede traducirse como “lugar donde hay escritura
en las piedras planas”.
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