WASHINGTON (AP) — El Presidente Donald Trump insiste en que el nuevo acuerdo comercial de América del Norte será una victoria para los trabajadores de fábricas estadounidenses con el regreso de muchos empleos bien pagados a Estados Unidos.
Tal vez. Sin embargo, una revisión del acuerdo indica que también podría traducirse en precios más elevados para los consumidores y aumentar la ineficiencia en los negocios. Y los principales beneficiarios probablemente terminen siendo robots y las compañías que los fabrican.
Mientras los estadounidenses votan en las elecciones legislativas, Trump pregona el Tratado México-Estados Unidos-Canadá como un triunfo en su antagónica política comercial, una estrategia que, dice, marcará el inicio de “un nuevo amanecer para la industria automotriz estadounidense y el empleado automotriz estadounidense”.
El pacto, develado el 30 de septiembre, parece alcanzar algunas de las metas de Trump: podría llevar más producción a Estados Unidos, por lo tanto, revertir el flujo de trabajos a México, que paga sueldos más bajos. Y podría resultar en mejores condiciones laborales y quizás mejores salarios para los obreros mexicanos, que han sufrido durante años.
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