Asciende a 100 mil millones de dólares anuales
Agosto 19, 2015 La primera Conferencia de los
Estados Partes (CEP) del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que iniciará
en Cancún el lunes (24 de agosto) y que será presidida por el Gobierno de
México, ofrece una oportunidad real de salvar las vidas de millones de personas
en todo el mundo. Afirman activistas nacionales e internacionales.
Integrantes
de la coalición mundial Armas Bajo Control piden al Gobierno de México, que en
la Conferencia a celebrarse en Cancún, impulse un TCA a “prueba de balas”. Esto
se logrará si los países se comprometen a implementar los más altos estándares
en las transferencias de armas.
“Todos los mexicanos y mexicanas entienden completamente el impacto
devastador que la violencia armada tiene en las vidas de la gente común. Las
decisiones tomadas en Cancún podrían transformar el comercio internacional de
armas que asciende a $ 100 mil millones de dólares - y también a reducir el
número de armas que caen en manos de bandas criminales en México. Los
diplomáticos tienen una enorme responsabilidad en la Conferencia. Depende
de ellos asegurarse que este nuevo tratado salve vidas”. Sara San
Martín, Directora del Centro de Estudios Ecuménicos
La CEP se
centrará en los aspectos prácticos de cómo implementar el TCA, incluyendo cómo
se espera que los Estados informen sobre la forma en que se están adhiriendo a
los nuevos criterios para las transferencias transfronterizas de armas y
municiones.
El
Tratado tiene por objeto establecer las normas más estrictas para las
transferencias internacionales de armas realizadas entre Estados. Antes de que
una transferencia de armas pueda ser autorizada, ésta debe evaluarse con
criterios estrictos, incluyendo si las armas pueden ser utilizadas en
violaciones de derechos humanos o crímenes de guerra. Si existe un riesgo
sustancial de que la transferencia de armas incumpla cualquiera de estos
criterios, entonces ésta no puede concluirse.
“Es crucial que el mayor número posible de Estados ratifiquen el TCA y
que todos los Estados parte lo apliquen con firmeza y eficacia, para contribuir
así a erradicar las transferencias irresponsables de armas que propician
violaciones graves del derecho internacional humanitario y de los derechos
humanos.
En el contexto mexicano la proliferación de armas pequeñas y armas
ligeras, ha causado un fuerte impacto en los niveles de violencia e
inseguridad, la violencia armada ha cobrado miles de vidas a lo
largo de los últimos años. Por ello es crucial que los Estados adquieran un
compromiso pleno de frenar el flujo de armas hacia quienes las utilizan para
cometer violaciones graves de derechos humanos para poner fin al
sufrimiento humano causado por los flujos irresponsables de armas convencionales”.
Perseo
Quiroz, Director de Amnistía Internacional
El
Gobierno de México jugó un papel importante en los muchos años de las
negociaciones del TCA en la ONU, asegurándose que incluyera criterios fuertes
para tratar de impedir que las armas cayeran en las manos equivocadas.
Como
presidente de la primera reunión del Tratado, México tiene una oportunidad para
asegurar que los Estados se comprometan a la presentación de reportes con
información pública y completa sobre las futuras transferencias de armas. De
igual manera, se deberán acordar mecanismos de aplicación que garanticen mayor
transparencia del comercio de armas en todo el mundo.
“La unión de la voluntad política de los estados y de las sociedades
civiles más afectadas por el comercio no regulado de armas ayudó a hacer más
fuerte el TCA. La misma experiencia ahora requiere que los informes del TCA
sean amplios y transparentes, asimismo, la Conferencia de los Estados Partes
siempre deberá incluir a las coaliciones internacionales de la sociedad civil”.
Peter
Prove, Director de Asuntos Internacionales del Consejo Mundial de Iglesias
En el
ámbito local, organizaciones civiles mexicanas instan al gobierno a priorizar
sus obligaciones en la aplicación del TCA, por ejemplo, proporcionando la documentación
del usuario final a los exportadores. Tales acciones podrían ayudar a
limitar el número de armas y municiones, importadas legalmente, que terminan
siendo desviadas a las manos de criminales en México.
“Aún cuando el mayor problema de México, en relación a la violencia
armada, proviene del tráfico ilegal desde EE.UU., no podemos subestimar la
importancia de vigilar las armas importadas legalmente para las fuerzas de
seguridad del Estado. En México, en los últimos nueve años, las policías de todo
el país han reportado más de 17 mil armas de fuego como perdidas o robadas. El
desvío hacia usuarios no autorizados está alimentando la violencia en nuestro
país.
Las armas legales deben ser vigiladas para asegurar que no se desvíen,
pero también para que no sean utilizadas en violaciones a derechos humanos o
para menoscabar la paz y seguridad (todo esto estipulado en el TCA)”. Paulina
Arriaga, Directora de Desarma México
La
violencia armada en México no es menor, de acuerdo con el Secretario Ejecutivo
del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios dolosos cometidos con
armas de fuego han aumentado dramáticamente en los últimos períodos
presidenciales. Entre 2001 y 2006, el 25% de los homicidios dolosos fue
cometido con este tipo de armas, este porcentaje se elevó a 52% desde 2007
hasta 2012, y entre enero de 2013 y septiembre 2014 alcanzó el 55%.
“Necesitamos más control sobre las armas ya que no sólo la gente de mi
país está muriendo asesinada, sino también en muchos países del mundo. Las armas
no son juguetes para ser vendidos a cualquier persona por eso necesitamos mayor
regulación”. Araceli Rodríguez del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y
madre de una víctima
México es
uno de los 72 Estados Partes que han ratificado el TCA, otros 59 signatarios
aún no lo han ratificado.
“Hay trabajo por hacer la próxima semana. La conferencia se realiza
en un momento crítico. Las decisiones tomadas en Cancún dictarán cómo se
implementa el TCA en los próximos años – y por lo tanto cómo afecta la vida de
las personas que viven en los países devastados por la guerra desde Sudán del
Sur a Yemen, así como aquellos que enfrentan altos niveles de violencia armada
desde Jamaica a Brasil”. Anna Macdonald, Directora de la Coalición Armas
Bajo Control
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