Ganar perdiendo
Por:Lidia Rita Bonilla Delgado

Hablemos por ejemplo de la aspirante blanquiazul,
identificada plenamente como “vende campañas”, quien de antemano, nos
comenta un correligionario que se dice
asqueado de la corrupción que impera en
el seno del órgano político, “Ella perdiendo ya gano, ese es su modus vivendi desde que la conozco”, nos gustaría citar el nombre de quien se
expresó de tal manera, pero, el temor de alguna represalia, hizo al quejoso,
retraerse de lo dicho, pidiéndome que no dijera su nombre, quien continuo
externado su desencanto con la experiencia acumulada por años de ver y conocer
cómo se las gastan los personajes de la cúpula partidista. Agrega que las figuras como Tino Lee, Isaac Rebaj y los
exregidores y actuales ediles del PAN son pilotos aviadores como la candidata,
cobran sin trabajar.
Efectivamente, se estaba refiriendo a Silvia Leticia Cacho Tamez, quien a decir del desilusionado panista, ella
y su camarilla tienen secuestrado al partido y han expulsado a diestra y
siniestra a más de 10 militantes que, tenían fe en el instituto y en sus
apostolados, por lo que consideran que Gómez
Morín de vivir, si viera lo que
sucede en el seno panista volvería a morirse
Por cierto, hace unos días fui
testiga involuntaria de como la pretensa
a diputada, en su leve andar tocando
puertas para ofertar “su plataforma política” en el sector Arboledas fue
abordada por una mujer que dijo padecer cáncer en la matriz y no la querían atender en el hospital de
Madero, pese a que según la quejosa, le
habían dicho que era urgente no había sido atendida con premura que ameritaba
el caso. Sabemos que difícilmente las o los candidatos podrían asumir un apoyo
de estos, pero cuando menos, pudo haber hecho una llamada a sus múltiples
contactos y “amigos” para que le corrieran la atención a la potencial
sufragante, no para que remediaran el mal, sino para gestionar solamente la
atendieran. En vez de ello, hizo como que llamo a los representantes de la
prensa, para que éstos hicieran la
denuncia pública evidenciando el mal servicio del nosocomio y quedar ella como
adalid de las causas justas; pero no, siguió sin importar el destino de la
atribulada mujer, eso si, pego en la puerta del hogar de la señora su rostro sonriente señalándolo
como “territorio conquistado”.De ese tamaño es la falta de sensibilidad de
quien se ha curtido ya en la puja por lograr campañas a modo, para ganar
perdiendo.
Y ahora resulta que en su verborrea
que va ofertando se presenta como “ciudadana” metida a la política, cuando tiene años
pretendiendo postularse y volver a pegarse a la ubre presupuestal ahora federal
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