¿Tormenta en puerta?
-Inconforma la
aplicación de la ley
-¿Decomisarán “taxis
piratas”?
-¿Y el polarizado de
fábrica?
CON todo y que se actúa dentro del marco de la
ley, tres operativos han desatado la inconformidad en ciertos sectores de la
población.
Las acciones del
Operativo Mercurio encaminadas a decomisar autos de procedencia extranjera que
no estén importados legalmente o que tengan reporte de robo; el retiro de papel
ahumado en los cristales de los vehículos; y la revisión mecánica y documental
de transporte colectivo urbano son programas de trabajo que comienzan a
levantar ámpula.
En algunos de los
casos la inconformidad no surge por la aplicación de leyes y reglamentos, sino
por la interpretación del articulado por parte de quienes tienen a su cargo esa
misión.

La aplicación del
nuevo reglamento estatal en el área de vialidad ha provocado reacción por parte
de los automovilistas que son abordados en los puntos de revisión. El problema
se circunscribe a la interpretación del reglamento.
Cierto es que
la nueva normatividad exige retirar todo
tipo de aditamento que obstaculice la visión del conductor y que impida a una
autoridad observar hacia el interior de cualquier unidad motriz. Algunos brotes
de inconformidad surgen cuando los agentes viales exigen el retiro total de
cristales polarizados a pesar de que éstos ya vienen de fábrica, excluyendo,
por supuesto, los delanteros.
A los poseedores
de autos o camionetas con vidrios intermedios y traseros polarizados les
resulta imposible retirar el aditamento diseñado para ofrecer mayor confort a
los pasajeros durante las temporadas de altas temperaturas.
Justo ahí es
cuando el asunto queda en manos del criterio del agente vial, quien, a final de
cuentas, decide si aplica o no la sanción administrativa de dos salarios
mínimos al infractor.
Respecto a la
revisión mecánica y documental a las unidades del transporte colectivo urbano,
naturalmente que es positiva la aplicación de la ley. Sin embargo, como suele
suceder, al final de la jornada se imponen viejos vicios e intereses
sindicales, de grupos y políticos.
Son de sobra
conocidas las pésimas condiciones en que se encuentran la mayoría de las
unidades que prestan ese necesario servicio a miles de trabajadores y
ciudadanos en general. A pesar de ello, con la segura complacencia de la
autoridad correspondiente, por los motivos antes expuestos, la revisión
mecánica y documental se lleva a cabo por mérito trámite y todo continúa igual,
salvo algunas excepciones que hacen suponer la real aplicación del reglamento
en la materia.
Con todo y que
los concesionarios de ese servicios logran salir avantes del escrutinio, los
usuarios del transporte son quienes tienen que seguir trasladándose hacia y
desde sus centros de trabajo en esas chatarras rodantes.
En conclusión,
tanto el operativo Mercurio, el retiro de cristales polarizados y revisión
mecánica, quiérase o no, están provocando reacciones ciudadanas adversas.
La vox pópuli se
pregunta si el decomiso de unidades “chocolates” alcanzará también a la
numerosa flotilla de “taxis piratas” que prestan ese servicio de manera
irregular.
El año pasado, un
operativo similar colapsó por varias horas el servicio de transporte, ante una
manifestación de protesta por parte de los afectados y el gremio sindical.
Tocará a los
niveles de gobierno estatal y federal decidir si enfrentan nuevamente tal
eventualidad.
Y hasta la próxima.
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