H, Matamoros, Tamaulipas:

MATAMOROS DE AYER Y HOY

Lic. Luis Gerardo González Álvarez

LA VISITA DE EPN  A BARACK OBAMA

       

      Hola que tal amables lectores el presidente EPN arribo la noche de este pasado lunes a la Base Aérea Andrews para desarrollar a tempranas horas del martes 6 de enero día de los reyes magos, actividades enmarcadas dentro de su visita oficial que realizará a territorio estadounidense, que por cierto es su tercera estancia desde el inicio de su administración.
     Entre los principales objetivos de la visita destacan: dar mayor contenido a la asociación estratégica entre México y EU, revisar el estado que guarda la cooperación bilateral en materia de seguridad y reconocer el liderazgo del presidente Obama ante el anuncio de medidas migratorias que beneficiarán a aproximadamente cuatro millones de mexicanos en EU.
LAS PROTESTAS
    Ante la vista que realizó el presidente Enrique Peña Nieto a Estados Unidos para entrevistarse con Barack Obama, algunos grupos de mexicanos en ese país organizaron protestas por ejemplo. 
En Chicago convocaron a través de las redes sociales, a una marcha en la que tenían previsto “encarar a Peña Nieto y Obama y dejarles muy claro que no queremos más acuerdos entre Estados Unidos y México que conlleven a la opresión de nuestro pueblo”.
En Nueva York también la gente llevó protestas contra la visita con mantas con imágenes de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.
      Por otro lado trascendió que esta visita quedaría marcada con una reclamación que estaría haciendo el director ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW) José Miguel Vivanco.
Donde esta recriminando al Presidente Barack Obama mediante una misiva, su profunda preocupación de esta organización con respecto a la crisis de los derechos humanos por la que según ellos atraviesa México en la actualidad.
Comparto con ustedes extractos importantes para reflexionar en la misiva donde se describen los planteamientos a que hace mención el director ejecutivo de HRW, sobre la crisis a la que hace alusión en materia de derechos humanos.
LA CARTA AL PRESIDENTE BARACK OBAMA
Esta crisis recibió una gran atención internacional en los últimos meses, debido a dos atrocidades — las más graves que hemos visto en México en muchos años— que involucran a miembros de las fuerzas de seguridad pública. Una concierne el asesinato de 22 personas por parte de militares en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, en junio pasado. La otra trata sobre la desaparición forzada de 43 estudiantes luego de haber sido secuestrados por policías municipales en Iguala, estado de Guerrero, en el mes de septiembre. Si bien la Procuraduría General de la República (PGR) ha logrado detener a sospechosos en ambos casos, el gobierno en un primer momento demoró las investigaciones, y agentes del Ministerio Público estatal intentaron encubrir la participación delictiva de militares en el caso de Tlatlaya, torturando a testigos para obligarlas a que prestaran testimonios falsos.
Lamentablemente, estos casos no son en absoluto incidentes aislados. Por el contrario, reflejan un patrón más amplio de abusos e impunidad, y son en gran parte consecuencia de que el gobierno de Peña Nieto no ha tomado con seriedad la gravedad de la situación actual.

Desde que el entonces presidente Felipe Calderón inició la llamada “guerra contra el narcotráfico” en 2007, miembros de las fuerzas armadas y de la policía han cometido graves abusos, incluidas torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
Human Rights Watch ha documentado estos abusos cometidos por fuerzas de seguridad a lo largo del país, incluidos 149 casos de desapariciones forzadas. Expertos en derechos humanos de Naciones Unidas han concluido que la tortura es una práctica “generalizada” en el país y que ha habido “numerosas” ejecuciones extrajudiciales cometidas por fuerzas de seguridad.
Cuando Peña Nieto asumió la presidencia hace dos años, reconoció los problemas de derechos humanos que había heredado y se comprometió a adoptar medidas para remediarlos. Sin embargo, en la práctica su gobierno no ha concretado sus propias iniciativas. Por ejemplo, en 2013 creó una unidad especial de la PGR para ocuparse de casos de personas desaparecidas por miembros de las fuerzas de seguridad. Luego de casi dos años, dicha unidad no ha logrado condenas penales en ningún caso de los últimos ocho años.
Estados Unidos podría desempeñar un papel importante de apoyo a México para abordar esta crisis. No obstante, su gobierno ha enviado precisamente el mensaje equivocado, al no exigir el cumplimiento de requisitos de derechos humanos incluidos en la Iniciativa Mérida, proyecto conjunto entre Estados Unidos y México.
Destinado a combatir la delincuencia organizada, desde el año 2007 Estados Unidos ha autorizado fondos para México por más de US$ 2.000 millones en el marco de la Iniciativa Mérida, de los cuales una proporción sustancial se ha destinado a capacitar y equipar a las fuerzas de seguridad mexicanas.
A pesar de las evidencias inequívocas —incluidos casos documentados en los informes del propio Departamento de Estado— de que México ha incumplido estos requisitos, su gobierno ha permitido reiteradamente que se entreguen los fondos al gobierno mexicano. En su informe más reciente, de septiembre de 2014, el Departamento de Estado justificó la liberación de dichos fondos argumentando que México ha mostrado “avances” en el cumplimiento de los requisitos, lo cual no es el estándar establecido por la legislación ni refleja la realidad en México.
Concretamente, en su próximo encuentro con el Presidente Peña Nieto, S.E. debería solicitarle que explique exactamente qué medidas está adoptando para asegurar que México persiga penalmente a los responsables de graves abusos. Además, debería dejarle en claro que si México no logra mostrar resultados significativos en el juzgamiento de delitos que constituyen violaciones de derechos humanos, su gobierno ya no podrá certificar que se han cumplido los requisitos de derechos humanos de la Iniciativa Mérida.
LA CONTRAPOSICIÓN
Por su parte Sergio Alcocer subsecretario de Relaciones Exteriores explico que México no llega a la  reunión a la Casa Blanca señalado como violador de los derechos humanos por los casos de Ayotzinapa o Tlatlaya.
“No se puede aceptar que México este señalado como violador a los derechos humanos. Hay investigaciones abiertas, hay un proceso y hasta que haya una conclusión se podrá saber el nivel de participación que tuvieron autoridades locales”, dijo.
Hoy esta reunión entre Enrique Peña Nieto y Barack Obama, más bien podría interpretarse como un reporte que tiene que hacer EPN, a los Estados Unidos de la situación económica, social y política que le depara a nuestro país en el 2015.
Hasta la próxima mi correo es archivomunicipal@gmail.com
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Editores periodico frontera

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