Por
José de la Paz Bermúdez Valdés
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El aniversario luctuoso de
Rodolfo Torre Cantú.
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¿Cómo se le puede llamar a
esto?
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Los dislates de una
alcaldesa.
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Observado.
El
aniversario luctuoso de Rodolfo Torre Cantú.
Qué
triste espectáculo ofrecieron los plañideros tamaulipecos en el homenaje
¿homenaje? Luctuoso que le ofrecieron a Rodolfo Torre Cantú, con motivo de su
asesinato.
La
mayoría de los asistentes no lo conoció en vida y los que si llegaron a
tratarlo en forma hipócrita, ofensiva dijeron lamentar su homicidio, aunque
dicha actitud fue de dientes para afuera.
¿A qué viene toda
esta digresión al motivo principal del enunciado inicial? Simplemente a que
quienes asistieron al acto luctuoso, jamás se han atrevido a exigir la
aclaración de su muerte. Han sido en la mayoría de los casos puros
beneficiarios con dicha desaparición que en el fondo de sus sentimientos se
alegran del acontecimiento.
¿Por qué su
hermano Egidio jamás ha revelado quienes fueron los autores de tan horrible
crimen? No puede argumentar que desconoce a los autores.
Hace tiempo, en
una reunión con el presidente de la república, a la sazón Felipe Calderón
Hinojosa, le hizo llegar una carpeta conteniendo la información de quienes eran
los responsables de tan nefando asesinato. Sólo espero tu decisión para
realizar la aplicación de la ley y castigar a los responsables le dijo el
entonces primer mandatario al hoy gobernador del estado.
No hubo
respuesta. De buena fe, el presidente de la república asignó la responsabilidad
de la decisión al hermano del hoy occiso. No hubo interés político como algunos
aviesos han querido señalar. Hubo las mejores intenciones y el respeto para que
el consanguíneo determinara lo conducente.
Afirma un testigo
presencial del diálogo presidencial con el hoy gobernador de Tamaulipas, que el
intercambio de miradas fueron de comprensión y de angustia.
Hasta donde pudo
el observador penetrar en los documentos que le fueron entregados al hermano
del sacrificado, se podían leer: Eugenio Hernández Flores como principal
indiciado y responsable de la ejecución, así como Mario Ruiz Pachuca, quien
contrató a personas en San Luis Potosí a efecto de que realizaran la ejecución.
Ricardo Gamundi Rosas, operador de las acciones quien informó a los sicarios de
la agenda del candidato. Oscar Almaraz Smer, quien presuntamente supliría en la
candidatura al occiso, Manuel Muñoz Cano, Edgar Melhem Salinas y Bladimir
Martínez, responsable de facilitar la huida de los asesinos.
Nada hizo el
hermano del Rodolfo Torre Cantú con la información. Calló. Es más algunos los
ha premiado en su gobierno.
¿Entonces para
qué organizarle homenajes luctuosos si en realidad nada se ha hecho para
castigar a los responsables? En el último acto de informe de gobierno se
ostentó amigo de Eugenio Hernández Flores, no obstante saber lo que desde la
presidencia de la república le había entregado como producto de la indagatoria
que se había realizado por personal especializado para tales efectos.
Hay quienes
dolosamente quieren atribuir la derrota de las elecciones federales pasadas a
una reacción del actual gobernante tamaulipeco en contra del PRI, el partido
que lo ungió, como producto de su dolor. Falso. La operación política del PAN
en la entidad ya había demostrado su organización desde las elecciones
federales del 2006, cuando llevaron a Felipe Calderón a la presidencia de la
república.
El descalabro del
PRI en Tamaulipas ha sido producto de las riñas internas, de esa voracidad por
ocupar el poder, ante el conocimiento de que el ex asesor de Eugenio Hernández,
no estaba capacitado para gobernar a una entidad que exige entrega, trabajo y
visión.
La hipocrecía en
esos actos ofende la memoria de Rodolfo Torre Cantú, ya no lucren con la
industria del muerto. Si no van a hacerle justicia, por lo menos téngale
respeto a su memoria.
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¿Cómo
se le puede llamar a esto?
Tamaulipas vive la peor
crisis de inseguridad que a lo largo de toda su historia se haya presentado.
En columnas anteriores
señalamos que esta entidad debería ser tratada como Michoacán. Aquí también
ocurre el fenómeno de un estado fallido.
Y
para colmo de los males que padecen los tamaulipecos está la voracidad
recaudatoria por parte del gobierno estatal.
No
abolieron el cobro de la tenencia vehicular y no podemos transitar libremente por
las carreteras. ¿Para qué es lo recaudado?
Quienes
tuvieron un vehículo de fuerza motriz que dejó de funcionar hace años, o bien
se lo chocaron y quedó inservible en un corralón leonino de esos que gozan de
la patente de corzo para robar a los ciudadanos y debido a los altos cobros, no
fue posible recuperarlo, o bien le fue robado y jamás fue recuperado por las
diligentes autoridades policiacas, o fueron víctimas de la delincuencia y se
los llevaron, evidentemente jamás lo dieron de baja.
La
condición económica no les permite realizar el trámite y entonces el gobierno
estatal ¡Buena gente! Quiere que el contribuyente vaya a darlo de baja, le
cobran $388.00 (Trescientos ochenta y ocho pesos) por realizar dicha baja.
El
gobierno estatal no entiende que no hay dinero, que la gente no puede pagar,
entonces ¿Por qué no decreta una abolición de dicho cargo y da de baja todos
esos vehículos?
¿Por
qué es tanta la ambición por despojar a las familias tamaulipecas del poco dinero
con que cuentan? Ese dinero que durante años no han cobrado, porque no han
podido, no porque no quieran, debe ir a fondo perdido, deben ayudar a la
economía familiar, después de todo ¿A qué rubro irá a parar es dinero?
¿Habrá
alguien en el gobierno estatal con sensibilidad humana? Total es un dinero que no depositarán en sus cuentas
personales, serán un poco menos ricos que lo que ahora ya son, pero al menos
habrán permitido que miles de familias tamaulipecas puedan respirar.
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Los
dislates de una alcaldesa.
Los
matamorenses creímos que con el cambio de partido empezaríamos a vivir una
transformación no tan sólo política sino social, de alcances económicos,
al realizarse un manejo transparente de
los recursos públicos.
Pensamos,
que la nueva administración municipal se desbordaría en la confección y
presentación de proyectos urbanísticos tendientes a obtener recursos de la
federación y que gracias a esos apoyos estatales y federales se construirían
las obras que con tanta urgencia necesitamos.
Pero
no, nos equivocamos. Hoy la alcaldesa juega a pintar la ciudad, se divierte
barriendo espacios públicos, nunca en su vida barrió su casa, pero hoy quiere
hacer creer a la población que ella pone la muestra en ese aspecto.
Ayer
tuvimos que padecer la parafernalia de los niños que jugaron con caballitos de
palo y ya gobernantes organizaban cabalgatas como fórmula de realización
personal de sus sueños. Hoy tendremos que sufrir las inhibiciones de una
reprimida niña que jamás la dejaron pintar los árboles de su jardín o las
paredes de su cuarto.
Qué
triste espectáculo el de la alcaldesa, que en lugar de estar inmersa en el
diseño de planos y proyectos de obras para la ciudad quiera gastar el tiempo
que el pueblo le paga en juegos de exhibicionismo.
En
fin. A sufrirle. Y que no digan luego que somos críticos por estar fuera de la
nómina, sino porque observamos el desarrollo de acciones de simple publicidad
carentes de contexto y validez.
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Observado.
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