Por
José de la Paz Bermúdez Valdés
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La traición de los
principios.
·
Observado.
La
traición de los principios.
Uno
de los aspectos que mayor controversia ciudadana causó durante el sexenio
pasado 2006-2012 (Período de gobierno de
Felipe Calderón Hinojosa) fue la utilización de las fuerzas armadas en el
combate al narcotráfico.
La
polémica fue mayúscula por la posición que algunos juristas denunciaron como
violación de la Constitución Política y otros los más, que establecieron como
facultad prístina del ejecutivo federal la utilización de ese recursos en
defensa de la sociedad mexicana.
Al
margen de dicha controversia, hoy los resultados nos dicen que la medida
utilizada por el presidente Calderón fue la correcta, al definir la posición en
forma clara y señalar que de no hacerlo el país estaría siendo gobernado por el
crimen organizado.
Hoy
sabemos que el 64 % de los municipios que constituyen el territorio nacional
son víctimas de la presión de dicha delincuencia organizada y que en más de la
mitad de ellos han asumido las funciones impositivas que son atributos de la
autoridad legalmente constituida.
Sin
embargo, la utilización de los organismos castrenses en algunas entidades y sobre todo en muchos municipios del país,
ha llevado la actuación de estos cuerpos a la realización de acciones que
ridiculizan el origen y función de dichos entes castrenses.
Para
todos los ciudadanos mexicanos es del dominio público que la Secretaría de
Marina, como Fuerza Armada, fue creada durante el régimen presidencial de
Manuel Ávila Camacho (1940-1946).
Dentro
de su principal función se estableció que es la Fuerza Armada que vigila las aguas mexicanas y que tiene como organigrama:
·
Construir,
reconstruir y conservar las obras portuarias que requiera la Armada.
· Establecer y administrar los almacenes
y estaciones de combustibles y lubricantes de la Armada.
· Ejecutar los trabajos topohidrográficos
de las costas, islas, puertos y vías navegables, así como organizar el archivo
de cartas marítimas y las estadísticas relativas.
· Intervenir en el otorgamiento de
permisos para expediciones o exploraciones científicas extranjeras o
internacionales en aguas nacionales.
· Construir, mantener y operar,
astilleros, diques, varaderos y establecimientos navales destinados a los
buques de la Armada de México.
· Organizar y prestar los servicios de
sanidad naval.
· Integrar el archivo de información
oceanográfica nacional.
Que además se le
establecen funciones precisas en la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal (Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de
diciembre de 1976) fijadas en el Artículo 30 de dicho ordenamiento:
Artículo 30.- A la Secretaría
de Marina corresponde el despacho de los siguientes asuntos:
I.- Organizar,
administrar y preparar la Armada;
II.- Manejar el
activo y las reservas de la Armada en todos sus aspectos;
III.- Conceder
licencias y retiros, e intervenir en las pensiones de los miembros de la
Armada;
IV.- Ejercer:
a. La soberanía en el
mar territorial, su espacio aéreo y costas del territorio;
b. Vigilancia de las
zonas marinas mexicanas, sin perjuicio de las atribuciones que correspondan a
otras dependencias, y
c. Las medidas y
competencias que le otorguen los ordenamientos legales y los instrumentos internacionales
de los que México sea parte, en la Zona Contigua y en la Zona Económica
Exclusiva.
V.- Ejercer la
autoridad para garantizar el cumplimiento del orden jurídico en las zonas
marinas mexicanas, proteger el tráfico marítimo y salvaguardar la vida humana
en la mar, sin perjuicio de las atribuciones que correspondan a otras
dependencias.
VI.- Dirigir la
educación pública naval;
VII.- Ejercer funciones
de policía marítima para mantener el estado de derecho en las zonas marinas
mexicanas;
VII bis.- Llevar a cabo la
búsqueda, rescate, salvamento y auxilio en las zonas marinas mexicanas de
conformidad con las normas nacionales e internacionales, en su caso, en
coordinación con las demás autoridades competentes;
VIII.- Inspeccionar
los servicios de la Armada;
IX.- Construir,
reconstruir y conservar las obras portuarias que requiera la Armada;
X.- Establecer y
administrar los almacenes y estaciones de combustibles y lubricantes de la
Armada;
XI.- Ejecutar los
trabajos hidrográficos de las costas, islas, puertos y vías navegables, así
como organizar el archivo de cartas marítimas y las estadísticas relativas;
XII.- Intervenir en
el otorgamiento de permisos para expediciones o exploraciones científicas,
extranjeras o internacionales en aguas nacionales;
XIII.- Intervenir en
la administración de la justicia militar;
XIV.- Construir,
mantener y operar astilleros, diques, varaderos, dragas, unidades y
establecimientos navales y aeronavales, para el cumplimiento de la misión de la
Armada de México, así como prestar servicios en el ámbito de su competencia que
coadyuven al desarrollo marítimo nacional, de conformidad con las disposiciones
aplicables y en concordancia con las políticas y programas que para dicho
desarrollo determine la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y las demás
dependencias que tengan relación con el mismo;
XV.- Emitir opinión con
fines de seguridad nacional en los proyectos de construcción de toda clase de
vías generales de comunicación por agua y sus partes, relacionados con la
ingeniería portuaria marítima y señalamiento marino;
XVI.- Organizar y
prestar los servicios de sanidad naval;
XVII.-Programar,
fomentar, desarrollar y ejecutar, sin perjuicio de las atribuciones que
correspondan a otras dependencias, los trabajos de investigación científica y
tecnológica en las ciencias marítimas, creando los institutos de investigación
necesarios;
XVIII.- Integrar el
archivo de información oceanográfica nacional, y
XIX.- Celebrar acuerdos
en el ámbito de su competencia con otras dependencias e instituciones
nacionales o extranjeras, en los términos de los tratados internacionales y
conforme a la legislación vigente;
XX.- Ejercer acciones
para llevar a cabo la defensa y seguridad nacionales en el ámbito de su
responsabilidad, así como coordinar con las autoridades competentes nacionales
el control del tráfico marítimo cuando las circunstancias así lo lleguen a
requerir, de acuerdo con los instrumentos jurídicos internacionales y la
legislación nacional;
XXI.- Participar y
llevar a cabo las acciones que le corresponden dentro del marco del sistema
nacional de protección civil para la prevención, auxilio, recuperación y apoyo
a la población en situaciones de desastre;
XXII.-Adquirir, diseñar y
fabricar armamento, municiones, vestuario, y toda clase de medios navales e
ingenios materiales, así como intervenir en la importación y exportación de
éstos, cuando, sean de uso exclusivo de la Secretaría de Marina-Armada de
México;
XXIII.- Prestar los
servicios auxiliares que requiera la Armada, así como los servicios de apoyo a
otras dependencias federales, de las entidades federativas y de los municipios
que lo soliciten o cuando así lo señale el titular del Ejecutivo Federal;
XXIV.- Intervenir, en el
ámbito de su responsabilidad, en la protección y conservación del medio
ambiente marino sin perjuicio de las atribuciones que correspondan a otras
dependencias;
XXV.- Inspeccionar,
patrullar y llevar a cabo labores de reconocimiento y vigilancia para
preservar, las Áreas Naturales Protegidas, en coordinación con las autoridades
competentes y de conformidad con las disposiciones aplicables, y
XXVI.- Las demás que le
atribuyan expresamente las leyes y reglamentos.
Como puede usted observar en ninguno de los
dos ordenamientos que le dan vida y sustento a la Secretaría de Marina, se
contempla servir de guaruras de funcionario alguno, sea del nivel que sea.
Por ello nos preguntamos quién o a quien se
le ocurrió ridiculizar a dicho organismo, poniéndolo a las órdenes de una novel
alcaldesa, que haciendo mal uso de dicho recurso lo emplea para violentar las
garantías ciudadanas y anular las correspondientes a la libertad de prensa en
el municipio de Matamoros, Tamaulipas.
El cuerpo castrense que paga la alcaldesa con
dinero del pueblo, impide el libre ejercicio de la libertad de expresión.
Amenaza e intimida a periodistas y comunicadores.
Ayer, fue vejado el periodista y director de
un semanario Julio Alberto Rubio, hoy la periodista y conductora de radio
Nohemí Ruth Pérez, periodistas que fueron agredidos por miembros de la marina
nacional, que cual viles delincuentes se ocultan en máscaras y al amparo de sus
armas, intentan impedir que los informadores cumplan con sus funciones.
Originalmente se dijo que los marinos se
tapaban los rostros para evitar las represalias del crimen organizado cuando
los castrenses participaban en contra de la delincuencia, pero ¿Por qué
cubrirse el rostro contra los periodistas? ¿A qué le temen? ¿A qué se les
identifique como conculcadores de la garantía de libre expresión?
Es muy lamentable lo que está sucediendo en
Matamoros, para muchos el cambio de partido político en el gobierno representó
una clara muestra del avance democrático de nuestro país, la oportunidad para
que un partido que desde 1939 viene pregonando el respeto a la dignidad humana
hizo suponer nuevos tiempos.
Pero el desencanto llegó pronto, estamos peor
que cuando estábamos mal.
Dónde quedó el lema “Por una patria ordenada
y generosa” ¿Dónde está el humanismo que en sus documentos básicos pregona
Acción Nacional? ¿Dónde quedaron los
principios de doctrina de Manuel Gómez Morín?
Ya
basta de tanto atropello del gobierno municipal panista, se hace indispensable
y urgente que todas las organizaciones de periodistas existentes en la
localidad denuncien la conducta observada por la alcaldesa y sus ridículos
guaruras, que amenazan, intimidan y coartan la función informativa.
Unámonos hoy, quizás mañana lamentaremos no actuar juntos en contra de
estas violaciones.
·
Observado.
Resulta
insultante para la ciudadanía matamorense que se despilfarre 1 millón 500 mil
pesos mensualmente en el pago de marinos, utilizados como guaruras, haciendo
suponer que alguien pudiera atentar en contra de la alcaldesa.
En
días pasados, dicha edil recorrió varias colonias de la periferia sentada en la
parte posterior de una camioneta pick up, repartiendo despensas.
La
acompaño su más íntimo colaborador el Secretario de Desarrollo social, que no
ha tenido tiempo de visitar la oficina que le asignaron, pero que no pierde
ocasión para demostrar el enorme cariño que siente por su amada jefa.
Ambos,
como luciendo un idílico servicio público transitaron por las alejadas colonias
sin la custodia de los fieles marines. Quizás sólo en el centro de la ciudad es
el único lugar donde presumiblemente corre peligro la azul alcaldesa.
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