PALACIO
Por Mario A. Díaz
EN un afán de justificarse ante la
opinión pública y los usuarios de ese servicio, la empresa de comunicación
Nextel de México ha anunciado que será hasta el mes de noviembre cuando el servicio
promocionado y contratado ofrezca el cien por ciento de su capacidad.
A través de su vocera oficial,
CRISTINA RUIZ DE VELASCO, vicepresidenta de Relaciones Institucionales, asegura
que actualmente se trabaja en la colocación de antenas satelitales a lo largo
de los 3 mil kilómetros de la frontera norte de México con los Estados Unidos
de Norteamérica.
Para reforzar su argumento RUIZ DE
VELASCO aclara que se invierte millonaria suma para mejorar el equipo y
satisfacer la demanda de comunicación de poco más de 400 mil usuarios
establecidos en la franja fronteriza.
También, la funcionaria de Nextel de
México justifica fallas en el servicio, que a su vez han provocado
inconformidad, argumentando que la empresa “Sprint” que brindaba el servicio en
el suelo estadounidense dejó la sociedad por así convenir a sus intereses,
acelerando la migración de los usuarios al sistema “Evolution”.
La vicepresidenta de Relaciones
Institucionales de la citada empresa de comunicación jura y perjura que, ahora sí,
en el mes de noviembre, los modernos equipos y tecnología funcionarán sin
problema alguno de comunicación entre México y Estados Unidos y viceversa.
Hasta ahí nada
extraño por parte de la empresa prestadora del servicio.
Sin embargo, el primer cuestionamiento
al respecto es ¿porqué Nextel de México lanzó al mercado ese producto a pesar
de que su tecnologías no estaba a la altura de las necesidades? Otra más
¿porqué obligó a sus usuarios cautivos a realizar la migración a “Evolution” a
sabiendas de que tendrían problemas para comunicarse tanto en el suelo mexicano
como en el estadounidense?
Pero eso no es
todo.
También es justo preguntarse porqué la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes autorizó un servicio con fallas garrafales.
De igual forma, habría que indagar el porqué la Procuraduría Federal
del Consumidor (PROFECO) se hizo la desentendida ante el evidente fraude de
Nextel de México.
Lo lógico, justo, moral y, además
obligatorio, es que las empresas prestadoras de servicios oferten sus productos
luego de pasar el escrutinio de la autoridad competente. Engañar al consumidor
ofreciendo un servicio que no reúne las condiciones en que se promociona, es
una situación que la PROFECO
debería sancionar y no tan solo obligar a la empresa a que se dé entrada a la
queja respectiva.
Actualmente, son centenas de usuarios
los que están regresando los aparatos del sistema “Evolution”, cancelando
contratos o bien solicitando la tecnología anterior, aunque ésta no tenga
cobertura en el lado americano.
Lo correcto en una empresa seria como
se supone es Comunicaciones Nextel de México, es que antes de haber lanzado al
mercado su fallida tecnología y equipos, se hubiesen cerciorado que funcionaba
en las condiciones establecidas en el contrato.
Cuando se anunció el sistema
“Evolution” la empresa utilizó la mercadotecnia para convencer a los usuarios de
las ventajas de ese servicio que, a partir de julio pasado, ya no tendría
cobertura en Estados Unidos.
Al momento de la contratación o
migración, la empresa nunca advirtió a sus clientes que el sistema aún estaba
en período de prueba y que, por lo tanto, la comunicación no sería al cien por
ciento.
Tampoco se les hizo de conocimiento
que las letras chiquitas del contrato respectivo precisaban que no habría forma
legal de resarcir el contrato.
Por fortuna, ante la presión ejercida
por los miles de usuarios y el comercio organizado, a la Procuraduría Federal
del Consumidor no le quedó más remedio que obligar a Nextel de México a dar
entrada y solución a todas las inconformidades.
Aunque, para los pulpos de la
comunicación no hay nada de qué preocuparse. Bajó la contratación de Nextel,
pero se elevó en la telefonía celular.
Y hasta la
próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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