Mientras, el presidente
Bashar Al-Assad dijo que tomará un año desmantelar las armas químicas.
Combatientes vinculados a la red Al Qaeda tomaron la ciudad
siria de Azaz, cerca de la frontera con Turquía, después de que estallaron los
combates con rebeldes del Ejército Libre Sirio, denunciaron activistas de la
oposición local.
A medida de que las divisiones dentro de las filas rebeldes
se intensifican en el terreno, el presidente sirio Bashar Al-Assad señaló que
tardará un año y mil millones de dólares desmantelar todo su arsenal de armas
químicas.
En una entrevista con la cadena estadunidense FoxNews,
difundida este miércoles, Al-Assad admitió la posesión de armas químicas por
parte de Siria, pero negó que sus fuerzas estuvieran involucradas en el ataque
del 21 de agosto en las afueras de Damasco.
El dirigente sirio ha afirmado que su país "no está en
guerra civil", sino que se trata de un ataque de "decenas de miles de
yihadistas", mayoritariamente de Al-Qaeda.
Según el mandatario, al comienzo de la rebelión, en marzo de
2011, sus oponentes eran rebeldes sirios, pero desde el final de 2012 los
extremistas se han convertido en una mayoría en ese bando.
En ese sentido, miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda, el
Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), se enfrentaron con combatientes
sirios, que son respaldados por Occidente, en un pueblo cerca de la frontera
con Turquía.
De acuedo con diferentes versiones de la oposición siria, los
combatientes del ISIS apostaron francotiradores en la ciudad, pero no tiene
pleno control sobre Azaz, una ciudad estratégica para el abastecimiento de los
rebeldes.
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