Amsterdam. – Tras el embargo del barco Arctic Sunrise de
Greenpeace, las autoridades rusas dieron a
conocer hoy en un comunicado (1) que la Dirección de Investigaciones del
Distrito Federal Noroeste de ese país ha "abierto una causa penal"
sobre los posibles delitos de piratería.
El Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, respondió a la
declaración de Rusia:
"El activismo pacífico es crucial ante el fracaso de los gobiernos de todo
el mundo para responder a las advertencias científicas sobre las nefastas
consecuencias del cambio climático en el Ártico y en otras partes.
"Cualquier acusación de piratería contra los activistas pacíficos no tiene
justificación en el derecho internacional. No seremos intimidados o silenciados
por estas acusaciones absurdas y exigimos la inmediata liberación de nuestros
activistas", afirmó Naidoo.
En un comunicado publicado en línea en respuesta al abordaje del Arctic Sunrise,
el jurista internacional Stefan Kirchner, advirtió que "clasificar actos que no son piratería
como tales puede perjudicar los esfuerzos internacionales de lucha contra la
piratería”
“Todos los Estados deben abstenerse de usar el término en relación con
actos que, obviamente, no llegan a la piratería"(2), abundó el
especialista.
De acuerdo con el artículo 106 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar "cuando la incautación de un buque o de una aeronave por sospechas de piratería haya sido sin motivos suficientes, el Estado que haya apresado será responsable -ante el Estado de la nacionalidad del cual es propiedad el buque o aeronave- de todo perjuicio o daño causado por el embargo". (4)
El Arctic Sunrise se encuentra
detenido afuera de la ciudad portuaria de Murmansk, en Rusia, con los 30 activistas
de la organización ambientalista que el pasado 18 de septiembre se acercaron a
la plataforma de perforación Prirazlomnaya
de la petrolera Gazprom para protestar de forma pacífica contra las
actividades de la petrolera en la zona.
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